Colección de One-Shot's Spirk

17: Old friends

Jim se sintió realmente viejo. Viejo cuando salió al porche trasero de su granja de Iowa, no es que fuera una gran granja, no en estos días. Había un huerto de verduras al costado de la casa y algunas gallinas en el establo para huevos. Y Jim tenía un caballo.

Se había mirado en el espejo antes de sentarse en el porche mientras la tarde avanzaba hacia la noche. El gris en su cabello era más prominente que el rubio. O le pareció a Jim de esa manera. Sus músculos también estaban rígidos.

Se hundió en la silla acolchonada más cercana. 
- Oye, Bones, ¿puedes traer mi café? Lo olvidé -, llamó de vuelta a la casa.

Jim escuchó un gruñido, pero sabía que Bones lo traería, así que sonrió para sí mismo y se reclinó en la silla.

La puerta de la pantalla se abrió y Bones salió con dos tazas de café. Le tendió la de Jim y luego se sentó en la silla junto a él.

- ¿Por qué tenemos que sentarnos afuera de todos modos? Hace frío.
Bones calentó sus manos en la taza.

- Ese es el punto de tener un porche, Bones. Sentarse aquí y disfrutar del aire libre. Podemos tener un fuego cuando oscurece y abrazarlo.

Bones resopló. 
- Sí, eso no va a suceder.

Jim sonrió. 
- Bueno, podemos tener un incendio, tal vez no sea la parte del abrazo.

- Definitivamente no -. Bones tomó un sorbo de café. - Pareces cansado, Jim. ¿Estás durmiendo lo suficiente?

- Ya no eres mi CMO, sabes.

- Ja, esa es una posición permanente Jim, no puedes deshacerte de mí tan fácilmente y seguro que no puedes dejar de responder mi pregunta.

- Estoy durmiendo bien, Bones.

- ¿Qué hay de comer?

Jim rodó los ojos. 
- ¡Villancico! Ven a rescatarme.

Bones se rió. 
- Ella está desempacando nuestras cosas. Ella no saldrá hasta que haya terminado.

Jim sonrió. 
- Me alegra que ustedes dos puedan venir, te aleja de todo ese caos en Georgia.

- Caos, eso es, mis nietos vinieron el fin de semana pasado. Me arrojaron al suelo.- Bones suspiró. - No soy tan joven como solía serlo.

- Ninguno de nosotros lo es.- Jim terminó su café y se levantó. Palmeó el brazo de su amigo. - Voy a buscar un poco más ¿Estás bien o quieres una recarga?

- Estoy bien por ahora. Y date prisa, no quiero quedarme aquí solo.

Jim entró y se dirigió a la cocina. Se inclinó sobre el hombre de pie cerca de la estufa. 
-¿Qué estás haciendo, cariño?

Spock alzó la ceja.
- Sopa de Plomeek.

- Oh, genial -, dijo Jim con una sonrisa.

- Tu estás mintiendo.

- ¿Qué? - Jim abrió los ojos inocentemente. - No lo hago.

- Puedo decir que estás siendo engañoso a través de nuestro vínculo.

- Maldita sea, nunca podré hacer nada más que tú.

-¿Por qué continúas intentando después de todos estos años juntos?- Spock negó con la cabeza. - No espero que comas la sopa, Jim.

- Está bien, porque realmente estare asando bistecs.- Jim sonrió y levantó sus dos dedos a los que Spock contesto. Entonces Jim se inclinó y besó la esquina de la boca de Spock. -¿Vas a traer algo de té y unirte a nosotros en el porche?

- Si asi lo deseas.

- Te calentaré más tarde, lo prometo.
Jim le guiñó un ojo.

- Te retendré para eso.

Jim se rió. 
- Lo sé. Tú y tus malditos pies fríos.

- Quería retirarme a New Vulcan donde hubiera sido cálido y tu querías retirarte a Iowa.- Spock alzó las cejas imperiosamente. - Por lo tanto, obtienes mis pies fríos.

- Todo esta bien, un pequeño precio a pagar por tener a mi Vulcano, ven afuera.

Jim fue a la habitación libre que le habían asignado a Bones y Carol, asomó la cabeza por la puerta. 
- Terminar eso más tarde, ven y siéntate con nosotros.

Ella le dio una cálida sonrisa y se acercó para unir los brazos con él. 
- Suena encantador.

-¿Quieres un buen café o un desagradable té Vulcano?-, Le preguntó.

- Puedo oírte -, dijo Spock.

- Maldito sea el Vulcano escuchando.

- El té sería espléndido, Spock -, le dijo Carol mientras Jim tiraba de ella hacia la puerta que conducía al porche.

Salieron afuera.

- Mira a quién encontre.

- Oye, cariño -, Bones saludó a su esposa.

- Maldita sea, olvidé mi café. Ahora vuelvo.- Volvió adentro. -¿Necesitas ayuda?-, Le preguntó Jim a su esposo.

- Tengo el té, tú lleva tu café.

Jim se sirvió más café y añadió crema. Se unieron a Bones y Carol en el porche.

- Jim, esto es francamente tranquilo -, comentó Bones. -¿Estás seguro de que puedes manejar lo tranquilo?

Jim se sentó en el borde de la silla que Spock se había colocado, pasó su brazo sobre los hombros de Spock.
- Lo estoy intentando.

Bones miró a Spock.
- ¿Tiene éxito?

Spock inclinó su cabeza. 
- Él está tratando.

Bones murmuró algo inentendible.

Jim sonrió y miró hacia el cielo, no hay ninguna nube en el cielo. Comenzaría a oscurecerse pronto y podría ver las estrellas nuevamente, la vida era buena, incluso si él hubiera tenido que ver las estrellas desde esta distancia ahora.

- Esto es bueno -, dijo Jim. - Todos nosotros juntos de nuevo.

Bones levantó su café. 
- Sí lo es, no puedo creer que nos haya llevado tanto tiempo.

- Alguien no quería tomar un transbordador.- Jim lo golpeó en los hombros.

- Sabes lo que siento por ellos, Jim.

Jim sonrió. 
- Lo sé, Bones, lo sé.- Se inclinó contra Spock, todavía estaba claro y más tarde podría ver las estrellas nuevamente. Por lo tanto, él podría manejar lo tranquilo.

El vínculo zumbó y sintió que Spock examinaba su mente con cuidado.

*¿Estás contento Ashayam?

*Sí, contigo, Siempre lo estoy contigo.