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-¿Qué haces aquí, pequeña?- preguntó David sentándose a mi lado.

-Espero a alguien- comenté alzando mis hombros y restandole importancia.

-Oh, vale. Si quieres me voy- me miró arqueando levemente sus cejas.

-No, no. Quédate. No creo que sea muy importante, la verdad.- Sonreí mirándole a los ojos.

Pasamos hablando hasta que llegó Daniel. David al verlo tenso la mandíbula y su cara cambió.

-¿Qué haces tú aquí?- preguntó con un poco de odio en su voz.

-Eso debería preguntarlo yo- sonrió con arrogancia y dirigió su mirada a mí.- quiero hablar con ella, no contigo- siguió.

David me miró algo decepcionado para levantarse e irse. Luego iría a su casa a arreglar las cosas.

-¿Qué quieres hablar?- medio sonreí.

-Sobre tus cortes- dijo tenso.

-Ya te lo expliqué- Suspire.

-pero... ¿Por qué sigues haciéndolo, joder?- pasó sus manos por su cara.- he estado para ti siempre sólo para que no estés mal, me he preocupado por ti casa día y te he llamado siempre. Jamás me has dicho que te encontrabas mal.- Mordió leve su labio mientras lentamente sus ojos se iban poniendo algo llorosos.

-Daniel, jamás te lo habría dicho. No me gustaba que te preocuparas.- solté.

-¿Por qué esconderme algo así?- Cayó una lágrima por su mejilla.

Le abracé lo más fuerte que pude. Noté como al roce sus músculos se tensaron para relajarse y luego suspirar.

-Por que te amo, Daniel.- Respondí y él correspondió a mi abrazo.

Suicidate {ByTarifa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora