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—¡No voy a hacer eso, Rafael! ¡Por nada del mundo!— Sus ojos estaban ligeramente rojos por el llanto y coraje. No sabía cómo a su maldito hermano se le había ocurrido pensar esa estupidez. Su felicidad... Su maldita felicidad.

—¡Nuestra carrera, Yadid! ¡Nuestra maldita carrera! Piensa en ello aunque sea un momento. Sabes que esto nos ha costado, y demasiado...— Murmuró bajando la voz. Tenía que convencerla.

—¡Lo sé, maldita sea! ¡Lo sé! Pero no voy a poner en juego mi dignidad. Piensa en eso, Rafael...

El peliazul se acercó a la menor de sus hermanas. Tomó sus muñecas entre sus manos y atrapó los ojos de la pelirosa. Era una mirada dura. Penetrante; Lesslie entonces supo que su hermano no jugaba.

—Seis años. Seis jodidos años. Tú lo sabes. Dormir tres horas al día. Grabar hasta quedar jodidos del cansancio. Editar por horas. Dejar las salidas con amigos. Esto no nos va a detener. No por unas jodidas fotos nuestra carrera se irá a la mierda. ¿Lo sabes, verdad? Sé consiente Yadid. No será por mucho tiempo, sólo hasta que esto pase. Tiempo, maldita sea. Sólo dame tiempo y todo volverá a ser como antes. ¿Podrías, Less? ¿Podrías?.

El tono era fuerte. No soltaba las muñecas de la chica y hasta comenzaba a hacerle daño. Leslie entonces lo supo. Ella era la única salvación aquí. Tenía que hacerlo. No podía defraudar a sus hermanos.

—S-si, está bien. Pero sólo será temporal, ¿V-verdad? Dime que será temporal Rafael— Soltó con su voz temblando. Tenía miedo, demasiado miedo de lo que pudiera pasar.

—Si, Less. Verás cómo en un tiempo todo volverá a la normalidad. Gracias, mierda, gracias— El chico exhaló aliviado. Soltó a la chica a lo que esta agradeció internamente. Un beso fugaz fue dejado en la frente de la pequeña, y el peliazul salió apresurado dejando sola a la chica sola. Lesslie suspiró.

¿En qué se había metido?.

[...]

Les dije que era peligroso, y ustedes de nuevo no me escucharon. En especial tú, Rafael—Yair soltaba enojado por la línea. Un cigarrillo estaba sostenido entre los largos dedos del moreno. Una calada. Sacar aire. Tenía demasiado que no fumaba. Estaba tan estresado.

—Lo sé, Yair. ¿Pero qué querías que hiciera? Era una fiesta, estaba más que ebrio. Jamás me imaginé que paparazzis supieran de esa fiesta también.

¡Pues ya viste que sí! La has cagado, y en grande. Tendré que conseguirte una chica por mientras para calmar los medios. Por favor, con una mierda, Rafael, sé más cuidadoso la próxima vez, ¿oíste? No puedo estar sacando chicas todos los días— El moreno asentía como un niño siendo regañado por su padre. Su celular estaba en su mano izquierda y rogaba que de una vez por todas Yair se callara.

Esos momentos de tensión hacían que quisiera mandar todo a la mierda. Dejar de grabar. Dejar su trabajo. Y simplemente huir con Alex de esa maldita ciudad. Irse lejos, lejos donde pudiera ser feliz. Amaba su trabajo, amaba grabar, pero vamos, también tenía una vida propia y también sentía amor hacia personas.

Escucha, Rafael. Es la última vez. Piénsalo bien. Sabes que esto se puede ir, y tú maldito sueño y el de tus hermanas también. Así que sé cuidadoso, porque no hay vuelta atrás.

Mierda, Yair. Ya te escuché, te llamo luego, adiós— Sin más colgó, para después ir a su agenda de contactos.

"Bryan" apreció en negrillas mostrado en la luminosa pantalla de cristal. Llamar. Tenía que hacerlo.

[...]

—Hola, Dai— La voz apagada de la pelimorada llegó a oídos de la Daiana. Se alegró tanto de oírle. Pero Karen no sonaba bien, su voz la delataba.

—Hey, ¿todo bien, pequeña?— Preguntó con notaria preocupación en su rostro.

—Sí, Dai. Pero quería hablar contigo— Fue directo. No quería hacerlo... Mierda de mánagers. Mierda de fama. Mierda de mundo.

—¡Claro, Anita! Lo que sea— Sintió una punzada en el fondo de su pecho al ser llamada de esa forma. Sólo había una persona que le llamaba así. Y esa no era Daiana.

«Lesslie»

Ese maldito nombre no dejaba de repetirse en su mente. Maldita sea. Lo único que ocasiona era que la culpa que sentía creciera más y más al pensar en su niña. En su pequeña. En la dueña de su corazón. Le estaba fallando.

—Te veo el Viernes, Daiana. Quiero salir contigo—. No esperó respuesta alguna. Sólo colgó la llamada.

Sintiéndose una mierda de persona al fallarle a Lesslie, de nuevo.

[...]

Todo está listo, Lesslie. Rafa ya habló conmigo. Tendrán que salir a comer juntos el Jueves por la tarde. Recuerdo que tomados de la mano, si fans les piden fotos, acepten, pero siempre juntos. Nada de distracciones Yadid. Debes hacerlo bien.— Lesslie asentía a todo lo que Yair le decía. Sus mejillas estaban sonrojadas.

Tenía tantas ganas de llorar. Tantas ganas de mandar todo a la mierda. Lo único que quería hacer era ir con Karen y besarla hasta que no hubiera mañana.

Todo estaba pasando tan rápido. Y tenía miedo, no iba a negarlo.

«Todo por mis hermanos»

Se repetía una y otra vez, esperando que lo que estaba haciendo fuera lo correcto.











They don't know about us; [Lessren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora