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—Necesitas hablar con Less para que arreglen esto, en verdad necesitas hacerlo— Aconsejó Raiza preocupada. Ambas estaban en la casa de Yair, la gira pronto comenzaba y estaban hablando sobre gastos, transportes y todo lo necesario para que quedara perfecto. La noche anterior había sido un maldito desastre, Karen tomó hasta que su estómago no se lo permitió más, estaba mal.

Ella no quería terminar con Lesslie, esa chica era todo para ella, pero las jodidas circunstancias la habían obligado a hacerlo.

Raiza era la persona en la que más podía confiar respecto a aquel tema, era la única de sus amigos que sabía de la relación secreta entre ella y Lesslie, y Raiza estaba sirviendo de ayuda en esos momentos.

—Lo sé, lo sé, joder—Respondió la pelimorada llevándose ambas manos a su cabeza— Pero no es tan fácil como parece, Lesslie fue la que decidió hacer esto.

Raiza rodó los ojos, si había una persona con un ego y orgullo enorme, definitivamente era Karen —Ana, si quieren arreglar esto, debes poner de tu parte— Advirtió a la chica.

—Mierda, lo sé, Raiza, lo sé—  Ella también quería arreglar las cosas. Toda la noche no había podido dormir ni un poco, el alcohol era algo efectivo para olvidar los problemas en el momento, pero después horas se volvía a la estúpida y cruda realidad.

—¿Entonces por qué no dejas tu orgullo a un lado, Ana? Recapacita.— Murmuró rodando los ojos. Karen sólo miraba algún punto fijo de la habitación, no podía responderle a Raiza porque simplemente tenía razón.

—Lo he intentado, créeme que lo he intentado— Trató de defenderse— Pero es difícil a hablar con ella, cuando intento hacerlo comienza a ponerse a gritar y enojarse como loca, me enferma— Le avergonzaba un poco hablar de ese tema con Raiza, pero de todos los presentes era en la única que confiaba y sabía que le daría un buen consejo.

—¿Entonces por qué mierdas dejaste que su relación fuera más y más allá? ¡es obvio que ella estaba ilusionada! Vamos, Karen, ¡esperaba algo más de ti! Sabes cómo es Lesslie, es una chica sensible y delicada, y sabes que cualquier mierda de acción tuya la puede destruir..

No pudo continuar porque ambas chicas sintieron la puerta del estudio abrirse. Diego entró y seguido de él Danna, la simpática amiga de los tres Polinesios.

—Buenos días— Dijo Diego sonriente y amable; Raiza esbozó una ligera sonrisa, y Karen sólo movió su cabeza en señal de saludo.

Danna sabía que algo andaba mal, desde afuera ella había escuchado algunos gritos. Miró a Raiza y a Karen, el ambiente entre esas dos era tenso e incómodo.

—¿Todo bien, chicas?— Preguntó, sentándose en medio de las dos. Karen apoyó su mano en la esquina del sillón, y escondió su rostro entre las palmas de sus manos.

—Por supuesto, todo está bien, perfecto en realidad—. El tono que usaba ni era amable, no era gentil ni mucho menos sincero, Danna había entendido la indirecta, «Cállate y deja de hacer preguntas».

—Okay...

—¿Y Less? ¿Aún no llega?— Dijo de repente Diego mientras bebía un sorbo de su café, Karen se tensó a oír el nombre de la chica, y agudizó su oído para oír lo que dirían de ella.

—No, avisó a Yair que no vendría, está enferma— Raiza y Karen se miraron apenas escuchar aquello, era obvio que la “enfermedad” de Lesslie se debía al rompimiento de la noche anterior.

—Me tengo que ir— Soltó de repente Karen levantándose con rapidez del sofá, tomó sus llaves y su celular y caminó con pasos rápidos a la salida.

They don't know about us; [Lessren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora