They don't know about us; [Lessren]

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Entró al estudio. Había voces ahí y supuso entonces que todos estaban ya listos. No se equivocó, y al abrir la puerta lo primero que encontró que a Diego tomando su típica taza de café.

—Buenos días— Murmuró ligeramente con su voz ronca por el llanto, no levantó la mirada, no quería que notaran su rostro.

Diego sonrió y simplemente le respondió un amable “buenos días”.

—¡Hey, Less!— Saludó Danna alegre— ¿Cómo seguiste?— Preguntó refiriéndose al día anterior que la pelirosa había faltado por su “enfermedad”.

“Como la mierda” quiso responder. — Bien, Estoy bien, gracias por preguntar.

Miró a la esquina de la habitación, su respiración comenzó a acelerarse y las ganas de llorar volvieron por milésima vez. Sostuvo su labio entre los dientes, queriendo hacer alguna cosa para no llorar.  Culpa, culpa, y más culpa.

Sus cabellos morados estaban en una coleta llena de bordos, su piel morena estaba cubierta por unos pants y una sudadera deportiva, y su vista totalmente centrada en su celular. Ni siquiera alzó su mirada al escuchar a Lesslie llegar, y la chica sintió aquello, lo que fue un golpe bajo para Lesslie.

Raiza también se encontraba ahí, pero ella no era tonta. No creía el cuento de “estoy bien” sabía que algo andaba mal entre Karen y Lesslie, vamos, sus actitudes las delataban. Además, ella podía ver lo que había dentro de esas gafas obscuras. Unos ojos cargados de tristeza, coraje, depresión y sus grandes ojeras de no haber dormido ni un poco. Algo andaba mal.

—Me alegro que estés bien, Lesslie—. Habló de repente Raiza desde el fondo de la habitación, Lesslie sólo asintió con su cabeza en señal de agradecimiento.

La pelirosa se sentó en el sofá, alejada de Karen. La observaba de reojo, sin alguna expresión que demostrara su estado de ánimo, jamás despegaba la vista de su celular. De pronto todo el dolor que sentía por ella minutos antes se había esfumado, el coraje comenzó a invadir su cuerpo. Quería lastimar a Karen justo como ella la había lastimado. Quería que la morena sintiera aunque fuera un poco lo que Lesslie estaba sintiendo.

—Chicos, ya que estamos aquí casi todos presentes, quería contarles algo— Alzó la voz la pelirosa y todos en el lugar centraron su atención en ella. El "casi todos" se debía a que Jorge aún no llegaba.

Karen por fin despegó su vista de su móvil, cruzó sus brazos, y centró su atención en Lesslie.

—Tengo novio, y muchos de ustedes lo conocen— Soltó de golpe. No lo pensó, simplemente lo dijo. Era mentira, Jorge jamás le había pedido a Lesslie alguna relación, pero la pelirosa estaba desesperada por tener la atención de la morena.

—¿Qué mierdas estás diciendo?— Habló por primera vez Karen en la conversación. Raiza soltó un suspiro, sabía que eso no terminaría bien, así que hizo una señal para que todos abandonaran la habitación. Sólo quedaron en ella Lesslie, Karen y Raiza.

—¡Lo que acabas de oír! ¿Quieres que te lo repita? ¡Pues te lo repito! ¡Tengo novio!— Dijo Lesslie con una sonrisa amarga, mirando desafiante a Karen.

—Cálmate Lesslie, estás haciendo las cosas mal, estás molesta, es todo— Habló Raiza tranquila, tratando que Karen quitara su cara de molestia.

—Siempre hace las cosas mal, Raiza, ¿qué más dá?— Habló Karen mirando de arriba a abajo a Lesslie, como si fuera una chica cualquiera.

—Creo que es mejor que me vaya para que puedan hablar— Dijo Raiza comenzando a dirigirse a la puerta.

—Yo ya dije lo que tenía qué decir, y si no lo aceptan sólo dígamelo, porque créanme que no estaré con gente que no me quiere ni valora— Se dió la vuelta tomando sus llaves y celular. Justo cuando estaba por salir, Raiza la sostuvo del brazo.

—Hey, tranquila, nadie te está hablando mal— Dijo extrañada por el comportamiento tan agresivo que Lesslie comenzaba a tomar de la nada.

—Váyanse a la mierda, todos—. Dijo saliendo y azotando la puerta.

—¿Qué pasa con Lesslie, Karen? ¿Por qué se hablan de esa manera?

Lágrimas comenzaron a bajar por las mejillas de la morena, sin poder contenerse, Raiza entonces supo que su amiga estaba mal, muy mal. —T-terminamos, ayer la encontré en la cama con Jorge— Raiza se llevó una mano a su boca.

Karen se dejó caer al suelo, todo su mundo se estaba viniendo abajo.

Ella también estaba rota.