Fuego de Amor 🌙 Sailor Moon Fic.

Fuego

POV. Rei

La mañana luce muy prometedora, una calma parecía reinar en nuestras vidas, probablemente durante más tiempo del que hubiéramos querido, pero el fuego parece inquieto, un evento sucederá, algo nuevo.

Durante cada día suelo ocuparme de las tareas dentro de nuestro Templo, pero hoy todo ha sido cambiado; mi abuelo asistirá a un retiro espiritual y a diferencia de otros éste simula más importancia ya que, ni yo misma puedo ir con él. A pesar de su temperamento usualmente sereno parece olvidar cada mínimo detalle de lo que tiene que preparar para iniciar su viaje, es sumamente cómico, me hace feliz.

Rei Hino es mi nombre, tengo 18 años de edad, soy la doncella del Templo Hikawa y también la honorable Sailor Mars guardiana de la Princesa Serenity de la Luna.

En mi consideración tengo todo lo que podría pedir, un hogar maravilloso con un abuelo quién ha cuidado de mi desde muy pequeña, preciosas amigas y un propósito en la vida, honestamente no debería ser capaz de querer algo más... excepto que mi egoísmo me pide algo que no puedo tener, sólo a una persona que me parece imposible, un sueño más lejano que ningún otro.

-¡Rei!- me decía mi abuelo mientras me sacaba abruptamente de mis pensamientos. – ¿Tienes mi equipaje? ¿Te encuentras bien hija?

-¡Sí Claro! Abuelo, una disculpa, siento mucha ansiedad el día de hoy.-

-¿Ansiosa? Ya veo, es por la reunión que tienes con tus amigas ¿no es verdad? – lanzándome una mirada llena de burla.

-Supongo, debe ser por eso – Dije más calmada- ¿A qué se debe esa expresión tuya?

-A nada, te imaginas cosas Rei -¡Sí claro!- sólo te recuerdo que no estaré disponible en caso de que me necesites, iré muy alto en las montañas y no tendré forma de comunicarme contigo.

-Lo sé.

-De acuerdo, yo no estaré hoy así que dejo el Templo en tus manos mi querida nieta, lo más probable es que llegue el día de mañana por la noche.

-No tienes nada de qué preocuparte, estaré bien- Conteste con una sonrisa.

-Sé bien que lo estarás- Me dijo mientras caminábamos hacia el arco para bajar las escaleras del Templo.

Al final vi a mi abuelo tomar un taxi y marcharse a gran velocidad, al parecer cree que no tengo idea de que algo trama, pero tampoco tengo la intensión de averiguarlo.

No tengo dudas de que un evento muy extraño sucederá, algo inusual y no sé qué cosa podrá ser.

Al acercarme nuevamente a mi fuego una gran inquietud se apodera de mí, en el último par de años he sentido cosas que están fuera de orden y no sé porque... quizás son producto de mi egoísmo.

¿Qué es correcto? Y ¿Qué no lo es? Antes lo sabía, pero ahora todo parece tan confuso... es como si no logrará reconocerme a mí misma, ésta chica que sólo tiene un nombre en la mente, que lucha todos los días por no revelar su secreto, que se mantiene cautiva en una prisión que creo para ella hiriendo incluso a la persona más importante de su vida y que sí encontrará algo parecido a lo que siente cuando está a su lado, sería el fuego mismo el inextinguible fuego.

El calor de la mañana perdía intensidad, las sombras se movían y el tiempo había pasado.

-¿Señorita Rei?- Se escuchó fuera del templo y me aparto de mi prisión. Al salir del Santuario vi a una pequeña niña tocando con sus manos sus rodillas en señal de cansancio y pidiendo aire desesperadamente.

-¿Qué sucede? ¿Has venido corriendo hasta aquí?

-Así es señorita, vine por su consejo.

-Dime de qué se trata- conteste mientras guiaba a la pequeña a las escaleras para que pudieras sentarnos ahí.

-Bueno, yo la verdad... -continuo dudando- Quisiera saber ¿Sí una persona puede gustarle a otra a primera vista?

Inmediatamente noté la importancia de su pregunta, al ver como sus mejillas se volvían más y más rojas como el mismo fuego.

-¿Qué tenemos aquí?- pregunté- ¿A caso tú sientes que es posible?

-Sí señorita, hay un chico en mi escuela "Ryu-kun" y él... bueno, desde el día en que lo conocí, el me agrada mucho y yo... -Saco una carta de su mochila- quisiera decirle lo que...

-¿Sientes?-termine su oración.

Asintiendo me había respondido.

-Sí te refieres a ¿que sí es posible que el amor llegue a ti, tan repentinamente?, Sí lo es –sonreí– Aún eres muy joven y no debes perder tiempo cuando de algo tan delicado se trata.

-Muchas gracias señorita, sólo quería más fuerzas para atreverme a entregarle la carta.

-Entiendo Kanako.

-Y dígame, ¿usted tiene a alguien que ame? ¿Cierto?, por eso describe y suspira tanto cuando habla de amor.

Impresionada más no ofendida por su pregunta tan directa, me vi con deseos de serle honesta a esa pequeña.

-¿Te parece?- respondí con diversión.

-Creo que sí.

-En realidad, yo si tengo a una persona amada, le pienso todo el tiempo.

-¿Y cómo es él?

-¿Él? –Deje escapar una leve risa- Bueno, él es todo lo opuesto a mí, no es que sea mala persona, es extraordinaria en su propio estilo, pero es un escándalo total.

-¡Vaya! Debe amarla mucho.

-¿Por qué lo dices?- sorprendida por la afirmación de Kanako.

-Porque usted ríe y suspira cuando lo describe, sí él no la amará no sería capaz de irradiar tanto amor. Pienso que esa persona le corresponde señorita y mucho... de lo contrario, usted no se vería tan feliz.

-Gracias Kanako.

-¿Por qué?

-Por darme el valor que necesitaba para ser yo misma.