Luna, Matteo y todos los chicos del Jam and Roller han crecido, ahora tienen hijos y es su turno de vivir locas aventuras, ¿Estas dispuesta a leer cada una de ellas?...
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—Mamá, los chicos van a traer frituras, no hace falta que prepares algo— dije a mi mamá retirando la tabla llena de zanahorias que acababa de picar.
Mi mamá heredó esa mania de comer nutritivo de la abuela Ana y aunque cocina delicioso, hoy había quedado con los chicos de comer otra cosa.
—Daniel, no quiero que se llenen de pochoclos o cosas que no los nutren, están en pleno desarrollo— sonreí. Tomé la bandeja que mamá me estiró y le agradecí.
—¿Entonces solo serán vos y los chicos?— preguntó mamá sacando de la alacena 3 vasos.
—Sí, por hoy sí. Cel no puede venir. Pero las próximas semanas seremos los 4. Gracias por ayudarme a convencer a papá de prestarnos el garage para ensayar— mamá me sonrió cálidamente.
—Me encanta que quieran invertir su tiempo en algo productivo. Si los veía un día más en la consola iba a culpar al abuelo Ricardo por regalarles una— solté una carcajada. — así que... Cel, ¿Te gusta?—
—¿Qué? No no no, es mi mejor amiga, es como una hermana más para mí — negué rápidamente. Mamá asintió con su cabeza.
— Entonces sigue siendo Sol— aseguró mamá.
—¿Esa niña de papi?, ni loco— respondí rápidamente. —Espera, ¿Cómo que "sigue siendo"?— mamá me dió los vasos que llenó de agua de frutas que preparó.
—Vamos Dan, desde que eras un niño has estado tras Sol. — la miré confundido — ¿No recuerdas cuando quisiste que Mora te hiciera un traje de príncipe porque querías ir a juego con Sol en su fiesta de 5 años?—.
— ¿Yo hice eso?— mamá asintió.
—Matteo casi mata a tu padre porque "su hijo se iba a robar a su princesa"— me reí junto a mamá.
—Bueno, pues papá no tiene que preocuparse porque lo mate tío Matteo. Sol no me gusta, es muy caprichosa para mi gusto— confesé.
—Lo mismo oí decir a Luna cuando conoció a Matteo— confesó mamá. La miré y negué.
Iba a responder pero sonó el timbre de la casa.
— Iré a abrir, pero en verdad mamá, Sol no me interesa— salí de la cocina mientras mamá gritó un "no te resistas Daniel".
Abrí la puerta y sonreí al ver a mis dos amigos.
—Los extrañé mucho— dije mientras soltaba a Lucas para abrazar a Axel.
—Sé que no podéis vivir sin mí — Axel rodó los ojos ante el comentario de Lucas.
Nos encaminamos a la cocina para colocar en un plato todo lo que habían traído para comer.
—Chicos, que gusto verlos— mamá abrazó a mis amigos.
—Gracias por prestarnos vuestro garage tía Nina— dijo Lucas.
