Desperté con un sentimiento extraño en mi cuerpo, como si hubiese dormido una eternidad y no supiera lo que me esperaba.Entonces, ¿era miedo?
Me senté en la cama y me resfregue el rostro con mis manos, me removí incomodo en mis piernas y recordé lo que sucedió anoche.
Enrojecido me dirigí al baño y me duche rápidamente intentando descubrir si aquella era la sensación extraña en mi.
Pero no.
Cuando salí y me vestí con ropa de Jungkook aun sentía mi estomago revolverse inquieto. Bien, probablemente eran nervios y simplemente...
De la nada, comienza a rugir fuertemente y me golpeo la frente.
—Claro, hambre.
Salgo del cuarto rodeando mi estomago con mis brazos intentando calmarlo, tragando saliva y caminando descalzo hasta la cocina donde rápidamente el aroma a comida despertó aun mas a mi estomago y la figura de Jungkook semi desnudo con un delantal en la cocina distrajo a mi estomago lo suficiente.
Wow.
—Por dios —susurre mirando su trasero tras esos ajustados boxer. Accidentalmente mi mano agarro una de sus nalgas y el dio un salto asustado y reí enternecido.
—Buen dia —dijo y se giro por completo para besarme profundamente y luego apuntarme hacia la isla—. Toma asiento.
—Hyung —agregue aun sonriendo. No me había dado cuenta del tono en que lo había dicho, sonaba terriblemente coqueto, se iba a dar cuenta de que amaba cuando me llamaba así, y bueno, que me excitaba también.
—Hyung.Calma, Jimin.
Continuó preparando el desayuno y luego de unos minutos en donde casi me termino las fresas de encima, coloca pocillos con comida frente a mis ojos y siento como se me cae la baba.
—Gracias por la comida —dije y agarre los palillos, Jungkook se sentó frente a mi y sentí su mirada.
Bien, había algo extraño que estaba pasando y yo no tenia idea de que era. Ayer fue como si hubiera soñado eternamente así que no entiendo de que era esta sensación, solo seguí comiendo tranquilamente bajo la atenta mirada de Jungkook.
—¿Sucede algo? —pregunté ya sin paciencia.
Dejo los palillos a un lado y bajo las manos, supuse que se afirmo del taburete de los nervios y eso me hizo ponerme alerta de inmediato.
Se había arrepentido, ¿no?
—Yo... —miro fijamente la comida y sentí como sus nervios se ansiaban intensamente en su lengua—... A-Ah lo que quiero decir es que... Ahora... No. Ayer...
—Tranquilo, Jungkook. Entiendo que te sientas culpable aún...
—¿Que?Asentí levemente y sonreí de una manera tan forzada que me dolieron las mejillas.
—Se que para ti aun es difícil, pero lo que hicimos ayer no fue malo... —intente explicarle antes de que pudiera comenzar a llorar.
—¿Que? —repitió y un leve sonrojo se asento en sus pómulos—. No es... No estoy hablando de eso, hyung. Ayer fue perfecto lo que hicimos —rió nerviosamente.¿que?
—Quería hablarte de mi viaje.
Ah, por dios. Que idiota que soy.
—Claro, claro... —respondí distraídamente mientras me golpeaba en mi interior por mi torpeza. Ahora iba a pensar que yo si me arrepentía, solo eso me faltaba.
—Seguí a Suga, y descubrí que su proveedor es nada mas ni nada menos que Jung Hoseok —asentí con la cabeza aun molesto conmigo y de pronto recapacite lo que dijo y lo mire sorprendido—. Está en esta ciudad.Por alguna razón mi estomago sintió un cosquilleo y luego ya no tenia apetito. Tenia nauseas y no quería arruinar el desayuno que Jungkook preparó para mi así que me di un descanso y mire a Jungkook.
—Tal parece que tiene una red de drogas por toda la ciudad y Suga es uno de sus empleados mas activos. Pero todo eso no tiene que ver con Taehyung, entonces no entiendo como es que llegué hasta ahí buscándolo.
No pregunte para no levantar sospechas, solo escuche conversaciones que no debía escuchar y en ningún momento escuche algo de Taehyung, como si...Se quedo en blanco.
Como si... ¿hubiera desaparecido?
—Yo... —buscó las palabras para seguir y luego de un minuto subió su mano empuñada y la apoyó en la isla junto a su comida—. Supongo que fue a Hoseok a quien escuche hablar de un viaje valioso. Saldrían el jueves y transportarían las ganancias del mes hacia la "guarida" —añadió con el semblante serio—. Quiero ir, quizá tenga... Algo.
En el fondo, me parece una terrible idea, Jungkook se esta metiendo en asuntos peligrosos, no me imagino a Jungkook metido en las drogas, sin embargo, todo este asunto de investigación es una esperanza que ambos compartimos.
No puedo romperla.
—No podrás mantenerme bajo techo, seguro, esta vez. Voy contigo.
—¿Que?
—Eso, no voy a escuchar réplicas, Jungkook. — Digo lo más serio posible, y me sorprendo cuando luego de unos segundos en blanco, con la vista fija en mí asiente una sola vez con la cabeza y estrecho la mirada.
Para nada confiable.—Esta bien. — se agachó de una forma extraña por debajo de la isla. Me lo quedé mirando como si él estuviera vomitando o algo así. ¿Que demonios estaba haciendo? — Ayer de la emoción olvidé darte tu regalo.
Pude sentir como todos mis músculos se aflojaron, hasta los del rostro. Un regalo, de Jungkook.
Colocó una caja de tamaño mediano sobre la isla entre nosotros y la comida, forrada de un papel azul y una cinta amarilla, mis labios se curvaron lentamente.
No habia recibido un regalo desde... Años.
—Jungkook... No tenias que... — acerqué mis manos a la caja como para comprobar que esta era real. Jungkook sonreía brillantemente y con orgullo. Que chico.
—Ah, no es nada, no te preocupes. Ábrelo.Y lo haría. Pero primero debía hacer lo que el corazón mandaba, aun así fuese una cursilería. Queria besarlo. Besarlo hasta que pudiera marcarlo para siempre con solo un beso profundo e intenso. Me levanté del taburete y en solo un segundo ya estaba a su lado lanzándome a sus piernas como todo un hombre y acunando su rostro en mis manos, acercándonos rápidamente y besando sus tan exquisitos y deseados labios.
Maldición Jungkook, me tienes mal.
—Gracias, Jungkookie. — dije cuando por fin nos di un respiro. Y le sonreí, de la manera más feliz y honesta que nunca antes pude haberle mostrado a alguien. Y ver su rostro apreciativo, iluminado, valía mas que todo lo que se puede vender en el mundo. Jungkook tomó mi cintura, y mirando únicamente mis labios, volvió a tomarlos, pero de una forma más bruta, más necesitada, como si quisiera probar que tan lejos era capaz de llegar por ellos. Podía pensar solo en eso cuando Jungkook realmente me besaba.
Cuando me quedé sin aire, tomé sus hombros y lo alejé aun en contra de mi corazón suicida que por él se quedaría sin mundo solo por besar a Jungkook, cómplice de una imaginación activa que había despertado de un suelo entre ilusiones abandonadas.
—Ábrelo.
Sonreí negando con la cabeza al notar que había vuelto a su actitud de chico genial y muy macho. Niño mimado.
Y bien que te gusta mimarlo.
Sorprendido por la nueva voz en mi cabeza volví a mi lugar y puse la caja sobre mis muslos para abrirla. No quería romper el papel, pero era totalmente inevitable.
Cuando por fin pude abrirla, todo bajo la atenta mirada de Jungkook, me encontré con una lámpara de forma gatuna.
—Es porque tu eres como mi gatito, y yo voy a cuidarte aunque no éste contigo, pero tienes que recordarlo de todas formas.
Coloqué la creativa iluminación sobre la isla y la contemplé con emoción, no era solo por eso, el gato parecía estar embobado con la ampolleta como la única luz que quisiera mantener y seguir. Esto podía no solo recordarme que tengo a Jungkook, si no que también cuanto lo amo.
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Lost | 국민
Fiksi PenggemarLas pérdidas a veces cuestan demasiado trabajo para soportar, a veces tenemos que entregar cosas de nosotros mismos para poder aliviar el dolor, y a veces no nos damos cuenta de cuanto entregamos hasta que creemos haberlo perdido todo. Protagonista...