-Apareamiento Inesperado-

-Capítulo Cuatro-

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Kim Jun Myeon no necesitaba más cosas en su plato, pero su suerte era una perra y parecía que a propósito se la agarraba con él cuando menos la necesitaba. Y para su desgracia, su padre, el alfa superior, estaba de viaje de negocios y por ende él, como futuro sucesor, había quedado a cargo.

Ahora no solo tenía que lidiar con situaciones y problemas diarios de la manada, con cambiaformas que venían de otros lugares, con humanos que estaban de paso, con los futuros emparejamientos a los que hacía legales, sino que también tenía que lidiar con un apareamiento inesperado que llevó a un emparejamiento inevitable sin el consentimiento de los involucrados –no de sus lados humanos al menos. 

Definitivamente mejor no podía irle ese día... O quizás sí.

Escuchó la puerta de su oficina abrirse, y él sabía perfectamente quien era el que entraba sin tocar.

— ¿Qué tienes para mi, corazón?

— Absolutamente nada— respondió Yi Xing, soltando un suspiro de frustración—. Todo está perfecto: sus lobos, ellos, e incluso el apareamiento y emparejamiento fue normal— siguió hablando mientras rodeaba la mesa para acercarse a él—. Les dije que regresaran cuando sus lobos despertaran, me gustaría hacer más estudios y ver las reacciones de sus lados animales estando despiertos— se sentó en las piernas de su pareja, recostándose sobre él—. Ambos lobos son alfas, me preocupa un poco como vayan a reaccionar cuando despierten. Solo suponemos que Thunder y Snowflakes lo hicieron porque quisieron, pero...

— Qué tal si no es así— completó Jun Myeon.

— Exacto. Llamé a Tao y le pregunté si podía hacer un poco de investigación. Me dijo que jamás había escuchado de dos alfas emparejándose pero que iba a registrar en la biblioteca para ver si encontraba algo útil.

Huang Zi Tao pertenecía al clan del Control del Tiempo y ese clan estaba a cargo de la biblioteca de la manada, donde la historia de la misma estaba escrita y conservada.

— Piensas en todo siempre— le alabó, dándole un beso en la mejilla—. ¿Qué haría yo sin ti?

— No nos pongamos cursis, Junnie— le pegó suavemente en el hombro, riéndose, para luego devolverle el beso, pero en los labios—. Estarías perdido sin mí como yo sin ti— respondió cariñosamente, para volver al tema central rápidamente—. Creo que sus lobos quedaron fuera de juego por la fuerza de su emparejamiento. No estuvieron de broma cuando se aparearon.

— ¡Lay!— Jun Myeon soltó la carcajada luego de mencionar el apodo de su pareja—. ¿Tan así? ¿Se lo dijiste?

— Solo les dije que sus lobos estaban cansados, nada más— sonrió divertido—. Fui sutil, el mensaje estaba implícito.

— Me alegra que solo les hayas dicho eso— rió.

— ¡Es que sí! Estaba súper tentado de decirles eso sin filtro, pero ser buena persona me ganó. No quería ponerlos incómodos.

— ¿Te he dicho que amo ser tu pareja?

— Si, pero sabes que no me molesta oírlo— se acurrucó contra él.

Jun Myeon suspiró encantado, abrazando con fuerza a Yi Xing. Eran esos momentos con su pareja los que más disfrutaba. Yi Xing le traía una paz y tranquilidad como ningún otro. Y también tenerlo cerca tranquilizaba a Waterdrop. Cada tanto su lobo tenía que sentir a su pareja, Unicorn, cerca y bañarse en su aroma. Era una cosa de lobos que también afectaba a su lado humano.

Todavía le costaba creer que habían llegado tan lejos. Cuando conoció a Yi Xing, en uno de sus tantos viajes para tratar con otras manadas en nombre de su padre, simplemente supo que el chico era suyo. Aún recordaba la sorpresa que se había llevado cuando Waterdrop le dijo que eran ellos, que tanto Yi Xing como Unicorn les pertenecían, que eran parejas destinadas, almas gemelas, que no era mera atracción lo que sentía, que la suerte le había sonreído a ambos al ponerles en el camino a sus parejas de vida. Las parejas de vida eran casi imposibles de encontrar, y él y Waterdrop habían encontrado las suyas de pura casualidad.