-Apareamiento Inesperado-

-Capítulo Nueve-

ADVERTENCIA

Este capítulo contiene lemon, no muy fuerte (creo) pero lemon al fin y al cabo. Si no te gusta, no leas este capítulo.

Aclaro también que no soy muy buena escribiendo este tipo de cosas. Hice lo posible para que quedara decente. No se si lo conseguí pero me quedé bastante conforme.

Si esperan sexo duro, pues no lo van a encontrar aquí. Creo que me salió mucho más suave de lo que pretendía.

Perdón si los decepciono con este capítulo que se que esperaban hace como mil años.

Sin más, los dejo para que lean.

-----

Min Seok no estuvo muy seguro de qué fue lo que sucedió. Hacía un momento prácticamente había dicho en voz alta una revelación repentina y, al siguiente, tenía a Jong Dae aplastándolo contra la cama y comiéndole la boca como si Thunder hubiera vuelto a tomar el control. Pero definitivamente el que lo besaba no era Thunder en lo absoluto, era solo Jong Dae, puro Jong Dae. Y la euforia que se estrelló sobre él casi lo deja sin aliento. Al fin Jong Dae y él estaban en la misma página.

Enredó una de sus manos en los cabellos de su acompañante mientras que en la otra se sujetaba a su espalda. Sus piernas se engancharon en sus caderas para apegarlo más a él. Era como si no tuviera suficiente de Jong Dae apretándolo contra el colchón, frotándose contra él como si quisieran fusionarse en uno.

Podía sentir con total perfección los estremecimientos que azotaban el cuerpo de Jong Dae y Min Seok se sentía igual de electrificado. No podía evitar preguntarse si la causa era por la afinidad de Jong Dae con la electricidad o era solo la sangre que hervía en sus venas la causante de todo.

Un sonido ahogado salió desde lo más profundo de su garganta. La lengua de Jong Dae se frotaba contra la suya de una manera que no podía explicar pero que mandaba choques de placer hacia todo su cuerpo. La manera en que lo tocaba era magnífica, acariciando sus brazos, su pecho y yendo hacia abajo, hacia sus caderas, para luego volver a subir haciendo el recorrido inverso.

Min Seok nunca se había sentido tan sumiso en su vida, y lo que más le sorprendía era el hecho de que no estaba enloqueciendo por ello. Era como si todo estuviera bien y en su lugar, como si nada estuviera alterando el equilibrio que se supone que debe haber en un alfa. Había algo allí, y Min Seok no podía poner el dedo en la llaga. Sentía en sus entrañas que había algo que se estaba perdiendo, algo que estaba pasando por alto, y sin embargo, aún sabiéndolo, no podía dar con la respuesta.

Parecía que él mismo no tenía suficiente de ser acariciado y no dejaba de tocar a Jong Dae a cambio, lo que no le sorprendía a Min Seok en lo absoluto. Él se conocía a sí mismo y sabía que era una persona muy táctil porque lo agradecía infinitamente que a Jong Dae no parecía molestarle. Pero estaba descubriendo algo nuevo sobre su amigo de toda la vida: Jong Dae parecía tener fijación oral. Este no para de besarlo como si su vida se fuera en ello y parecía disfrutarlo mucho, haciendo sonidos de puro gusto. Min Seok guardó esa información en su cerebro. Sin duda era algo que quería e iba explorar más adelante.

Min Seok agradecía que la ropa se la hubiesen sacado antes porque ahora podía tocar a Jong Dae con total libertad. Era una sensación familiar y a la vez totalmente nueva y emocionante.

Jong Dae abandonó su boca y descendió hacia su cuello, besando, chupando y lamiendo la zona como dándole a entender que era ahí en donde iba a morderlo pronto. Min Seok no pudo evitar notar que era el mismo lado, el hombro izquierdo, en el que él había marcado a Jong Dae. Si quisieran reafirmar sus marcas, podrían hacerlo ambos a la vez perfectamente. Eso sonaba malditamente emocionante y excitante. Sin falta debían intentarlo en algún otro momento. Min Seok presentía que iba a salir de esa habitación con una inmensa lista de fantasías que hacer realidad.