-Apareamiento Inesperado-

-Capítulo Seis-

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— ¡En el mar la vida es más sabrosa! ¡En el mar te quiero mucho más!— cantaba a todo pulmón mientras su futura pareja lo miraba con diversión.

— Sabes que es un río y no un mar, ¿no?

— Lo sé, pero si cambio mar por río no pega.

— Es verdad, no te puedo discutir eso— respondió sonriendo.

Lu Han le sonrió a Oh Se Hun como si le hubiese ganado una pelea. Ambos iban caminando por la pequeña playa que se encontraba no muy lejos de donde vivía la manada. Era una cita que se sumaba a la lista de citas que habían tenido en los últimos meses.

— No quiero volver— se quejó Lu Han— ¿No podemos quedarnos aquí un rato más?

— Me encantaría que nos quedáramos, hyung, pero no podemos faltar a la reunión.

— Odio cuando tienes razón— puchereó y al instante soltó una carcajada al sentir a Se Hun treparse a su espalda—. ¡Hunnie! ¡Casi nos caemos!

— Me duelen los pies, hyung, ¿me cargas?— habló dulcemente a propósito.

— Está bien, está bien, pero que conste que a esa dulzura no me la compro.

— ¡Eres el mejor, hyung!— sonrió feliz y se acomodó mejor en la espalda de Lu Han.

Lu Han negó con la cabeza mientras se reía de la actitud infantil de Se Hun. A veces se olvidaba de la diferencia de edad que tenían. Se Hun tenía 23 mientras que él ya iba en sus 27. Bien, no era una diferencia abismal, pero aún estaba ahí, recordándole a Lu Han la desaprobación de los padres de Se Hun.

— "Te he dicho mil veces que te tiene que chupar un huevo lo que esos estúpidos piensen".

— "Lo sé, Tel, pero Se Hun quiere mucho a sus padres y sé que es importante para él que nos aprueben"— respondió Lu Han a su lobo.

— "Pues ve diciéndoles que eso no va a pasar pronto".

— "Vaya, gracias por el aliento"— le dijo sarcásticamente.

— "Cuando quieras"— habló Telekinesis divertido.

— ¿Lu Han hyung? ¿Estás bien?

— ¿Eh? ¡Ah! Si, si, lo lamento. Tel estaba hablándome.

— Oh, ya veo, me pasa también que me olvido de mi entorno cuando Wind me habla— dijo y se quedó unos minutos callado antes de volver a hablar—. Te quiero, hyung, lo sabes, ¿no?— y Lu Han sonrió.

— Lo sé, Hunnie. Yo te quiero un montón, nunca lo dudes.

Lu Han sintió un beso de Se Hun detrás de su oreja y sonrió por ello.

— Vamos, hyung, o llegaremos tarde.

— ¿Me harás cargarte todo el camino?

— Sip, ahora ¡corre como el viento, Tiro al Blanco!

— ¡Se Hun, no soy un caballo!

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Eran ya las 11 en punto de la noche y Jong Dae observó a todas las caras conocidas presentes en la reunión. Estaban todos sentados en el comedor de la casa de Kim Jun Myeon y Zhang Yi Xing, hablando de todo y nada, y comiendo comida chatarra, hasta que la reunión diera inicio.

No se imagino que ver a sus amigos más cercanos allí le iba a dar tanta tranquilidad, como si estar todos juntos le diera las fuerzas que no sabía que había perdido. Y no podía evitar pensar que si trabajaban todos juntos, las cosas iban a solucionarse tarde o temprano.