-Capítulo Ocho-

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Un gemido profundo salió desde su garganta. Se sentía tan bien que lo único que quería era recordar cómo había sido la primera vez que habían estado juntos. Estaba completamente seguro de que debió haber sido de puta madre.

La ropa de ambos había terminado en el suelo hacía rato, y parecía que Thunder no podía dejar de frotarse contra él para marcarlo con su aroma. Besaba y lamía su cuello y hombro sin parar, queriendo borrar cualquier rastro de que la mano de Lu Han estuvo en él. Min Seok no sabía si estaba loco por sentirse tan enternecido debido el gesto posesivo del lobo pero era así como se sentía.

Igual, por más enternecido que estuviera, no podía dejar que Thunder estuviera a cargo. Era el cuerpo de Jong Dae pero su el lobo estaba en control, y los lobos eran muchos más fuertes y feroces, el apareamiento más brusco, y Min Seok sabía que corría el riesgo de salir lastimado. Era consciente de que si era Thunder el que lo mordía, posiblemente le iba a arrancar una parte del cuello y a morir desangrado. Necesitaba que volviera Jong Dae para controlar la mordida. Además, él necesitaba saber que Jong Dae estaba en esto tanto como él y no era solo Thunder actuando por instinto.

— Tráeme a Jong Dae o en tus sueños vas a marcarme, Thunder.

El lobo le gruñó, molesto de ser interrumpido, y Min Seok resopló. Traer a Jong Dae no iba a ser tarea fácil, lo que lo hacía sentirse un poco nervioso.

— "Algo de ayuda no vendría mal, ¿sabes?"

— "¿Qué esperas que yo haga?"

— "Pues comunícate con él, Snowflakes, dile que retroceda o no va a ser el único que va a salir frustrado de aquí".

La amenaza pareció surtir efecto porque Min Seok sintió como Snowflakes tomaba posesión de su cuerpo para llegar a Thunder.

— Trae a Jong Dae, Thunder— dijo Snowflakes con insistencia. El lobo gruño y Snowflakes le dio una leve palmada en la cabeza. —No me hagas repetirlo de nuevo, este no es nuestro lugar y lo sabes. Podrás hacer lo que quieras cuando estés en tu forma pero ahora no, el cuerpo humano es de Jong Dae. Devuélvele el control, ahora, o no me marcaras ni a mí ni a Min Seok. — En respuesta, Thunder soltó un bufido pero accedió y retrocedió.

Min Seok, volviendo a tomar el control de su cuerpo, pudo apreciar el momento exacto en que Jong Dae volvió a tomar control del suyo.

— Bienvenido de vuelta.

— Lo lamento, hyung, intenté pararlo pero estaba irascible, podemos...

— Hagámoslo.

— ¿Qué?

— Jong Dae... si no me marcas esto volverá a pasar.

Jong Dae se mordió el labio inferior sintiéndose indeciso. Sabía que su hyung tenía razón pero, joder, él se sentía nervioso, muy nervioso. Ni siquiera sabía dónde poner sus manos, o si debía tener el control o cederlo. Su mente era un caos y Thunder gruñéndole desde su interior tampoco ayudaba mucho a calmarlo.

— Deja de pensar, estás pensando demasiado— lo regañó.

— Pero...

— Se que es... extraño e incómodo todo esto, pero ¿qué más podemos hacer? Lo hecho está hecho, Jong Dae, sabes que ya no hay vuelta atrás. Lo único que podemos hacer es intentar que esto funcione.

Jong Dae no podía discutir con esa lógica. Podía sentir en sus huesos que si no marcaba a Min Seok, podía perder el control de su lado animal. Y un Thunder fuera de control no iba a ser nada bonito de ver.

-Apareamiento Inesperado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora