Puedes pensar que tu vida es perfecta y que nunca podrías llegar a ser más feliz de lo que eres en este preciso momento, pero ¿y que si todo en lo que crees parece ser una mentira?
Anna es una niña de 14 años, con padres divorciados, que un día tien...
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Narrador en tercera persona
Hace tres o cuatro días que Anna se despertó del coma. Nada más enterarse su madre fue a ver como estaba su pequeña. Anna decidió contarles lo de aquel bosque en el que estaba mientras se encontraba en coma, no haciendo caso de las peticiones del niño. Cuando Anna llego a la parte del niño rubio con ojos verdes su madre palideció. Ella estaba segura de que lo había visto antes, pero su madre intentaba convencerla para que se olvidase. Anna notó lo incomoda que estaba su madre con ese tema y decidió preguntar.
- ¿Qué te pasa mamá?
- No es nada cielo, tranquila. Lo mejor será que me marche y te deje descansar. Recuerda que mañana por la mañana te hacen la resonancia, así que yo de ti descansaría todo el día. - dijo su madre intentando cambiar de tema.
- Será mejor que me quede aquí con Lucas, si quieres puedes irte, estoy bien. - dijo Anna triste.
Cuando su madre salió por la puerta Lucas le dijo:
- Está distinta desde que la conocí.
- Desde que me ingresaron esta distinta, el primer día lo pasó conmigo pero el segundo y el tercero estuvo perdida por ahí, luego pasó aquello, que según me ha dicho Dani no vino a verme en toda la semana, creo que esta distante conmigo. - dijo Anna levantándose para asomarse a la terraza.
- Espera que voy contigo. - dijo Lucas intentando levantarse.
- Deja que te ayude, no me quiero ni imaginar la de veces que te habrás caído sin mi ayuda esta semana. - dijo Anna con una carcajada.
- No creas, Diana me ha ayudado bastante. - dijo Lucas sonrojándose.
- Cuánto amor hay por el aire ¿no? - dijo Anna burlándose.
- ¿Por qué lo dices? - preguntó Diana entrando en la habitación.
- Nada, la chica de enfrente que va a por Lucas, pero él no quiere nada con ella. - dijo Anna riendo.
- La chica es guapa, todo hay que decirlo. - dijo Lucas más rojo que antes.
- Ya... ¿Y a dónde ibais? - preguntó Diana.
- A la terraza, ¿vienes? - dijo Anna.
- ¿Habéis montando una fiesta y no nos habéis invitado? - preguntó Jesús entrando acompañado por su hermano.
- ¿PERO ME PUEDO IR A LA TERRAZA A PENSAR O ES QUE TODAVÍA TIENE QUE VENIR ALGUIEN MÁS? - preguntó Anna ya cansada de tantas interrupciones.
- Venga vamos. - dijo Jesús acercándose a ella.
Si estaban ellos no podría pensar mucho, la verdad es que eran los únicos que conseguían sacarle una sonrisa en esos momentos. Poco a poco fueron marchándose, Diana tenía que ir a clase ya que las dos primeras no había ido porque los profesores no estaban. Lucas estaba cansado de estar en la terraza y empezaba a tener frió, así que decidió entrar. Jesús tenía que ir a ver a su abuela y Dani decidió quedarse con Anna ya que este quería contarle una cosa.
