Capítulo 3

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Pasaban las horas y no me encontraba mejor, por suerte mi madre estaba durmiendo y no se enteraba de nada

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Pasaban las horas y no me encontraba mejor, por suerte mi madre estaba durmiendo y no se enteraba de nada. Me pasaron mil y una ideas por la cabeza, ¿Por qué mi mejor amiga me prometió venir a visitarme, pero no vino? ¿Papa sabrá algo de esto? ¿Quién es aquel chico que vi al desmayarme? O mejor dicho aquellos chicos si es que no veía yo doble...

Decidí dar una vuelta para despejarme, serían las 3 de la madrugada, pero yo necesitaba pensar, así que salí al pequeño jardín de la primera planta. Estaba sentada en un banco cuando escuche pasos acercándose hacia a mí.

- Hola, ¿Qué haces aquí sola, y a estas horas? - Una voz profunda y masculina hizo presencia tras de mi.

- Hola, ¿te conozco? Me suena tu cara. - Pregunte girándome hacia aquel chico.

- No. - Dijo sentándose a mi lado.

- ¿Seguro? Me suenas un montón. - Volví a preguntar siguiendole con la mirada fija en sus ojos.

Esos ojos marrones ambarinos me encantaban.

- Créeme que si te conociera nunca hubiese olvidado esa cara tan bonita. - Dijo el con una sonrisa en la cara.

En ese momento no sabía cómo reaccionar, al principio me sonroje un poco y decidí apartar la vista de él, me estaba poniendo muy nerviosa y creo que lo noto porque nada más girarme él se puso de puntillas delate de mí para no perder el contacto.

- Tranquila que no muerdo. - Dijo haciéndome reír.

- Por cierto, aun no me has dicho tu nombre. - Dijo con mirada intrigante.

- ¿Y porque tendría que decírtelo? - Pregunte graciosa.

El me mando una mirada seria y yo me asuste un poco.

- B... bien, me has con...convencido. S..soy Anna- Dije tartamudeando, de repente sin saber porque me puse nerviosa.

- Encantado, yo soy Da..Dani - Esto último lo dijo burlón y los dos nos echamos a reír.

Estuvimos charlando un buen rato, aunque a mí me parecían segundos.

Dani miro el reloj, me dijo que eran las 4 pasadas y que se tenía que ir o lo echarían de menos, asentí un poco triste así que el decidió abrazarme y aun abrazados me dijo:

- Mañana a las 9 nos volvemos a ver, ¿te parece bien?

Cuando nos separamos asentí y cada uno se marchó por un lado.

El día al final no iba a acabar tan mal después de todo, había hecho un nuevo amigo, aunque con la oscuridad del jardín no me fije en si también estaba ingresado o solo era un acompañante, mañana se lo preguntaría sin falta. Me levanté de aquel banquillo decidida a dirigirme a mi habitación a dormirme de nuevo.

Al llegar a la habitación, mi madre noto como abría la puerta y se despertó de su dulce sueño. Al verme despierta y llegando a tales horas de la madrugada me pregunto qué de donde venía, yo solo le dije que me encontraba un poco mal y necesitaba tomar aire, parecía convencida asique asintió y nos fuimos a dormir. Esa noche soñé con mi nuevo amigo, Dani.

A dos pasos de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora