Pasaban las horas y no me encontraba mejor, por suerte mi madre estaba durmiendo y no se enteraba de nada. Me pasaron mil y una ideas por la cabeza, ¿Por qué mi mejor amiga me prometió venir a visitarme, pero no vino? ¿Papa sabrá algo de esto? ¿Quién es aquel chico que vi al desmayarme? O mejor dicho aquellos chicos si es que no veía yo doble...
Decidí dar una vuelta para despejarme, serían las 3 de la madrugada, pero yo necesitaba pensar, así que salí al pequeño jardín de la primera planta. Estaba sentada en un banco cuando escuche pasos acercándose hacia a mí.
- Hola, ¿Qué haces aquí sola, y a estas horas? - Una voz profunda y masculina hizo presencia tras de mi.
- Hola, ¿te conozco? Me suena tu cara. - Pregunte girándome hacia aquel chico.
- No. - Dijo sentándose a mi lado.
- ¿Seguro? Me suenas un montón. - Volví a preguntar siguiendole con la mirada fija en sus ojos.
Esos ojos marrones ambarinos me encantaban.
- Créeme que si te conociera nunca hubiese olvidado esa cara tan bonita. - Dijo el con una sonrisa en la cara.
En ese momento no sabía cómo reaccionar, al principio me sonroje un poco y decidí apartar la vista de él, me estaba poniendo muy nerviosa y creo que lo noto porque nada más girarme él se puso de puntillas delate de mí para no perder el contacto.
- Tranquila que no muerdo. - Dijo haciéndome reír.
- Por cierto, aun no me has dicho tu nombre. - Dijo con mirada intrigante.
- ¿Y porque tendría que decírtelo? - Pregunte graciosa.
El me mando una mirada seria y yo me asuste un poco.
- B... bien, me has con...convencido. S..soy Anna- Dije tartamudeando, de repente sin saber porque me puse nerviosa.
- Encantado, yo soy Da..Dani - Esto último lo dijo burlón y los dos nos echamos a reír.
Estuvimos charlando un buen rato, aunque a mí me parecían segundos.
Dani miro el reloj, me dijo que eran las 4 pasadas y que se tenía que ir o lo echarían de menos, asentí un poco triste así que el decidió abrazarme y aun abrazados me dijo:
- Mañana a las 9 nos volvemos a ver, ¿te parece bien?
Cuando nos separamos asentí y cada uno se marchó por un lado.
El día al final no iba a acabar tan mal después de todo, había hecho un nuevo amigo, aunque con la oscuridad del jardín no me fije en si también estaba ingresado o solo era un acompañante, mañana se lo preguntaría sin falta. Me levanté de aquel banquillo decidida a dirigirme a mi habitación a dormirme de nuevo.
Al llegar a la habitación, mi madre noto como abría la puerta y se despertó de su dulce sueño. Al verme despierta y llegando a tales horas de la madrugada me pregunto qué de donde venía, yo solo le dije que me encontraba un poco mal y necesitaba tomar aire, parecía convencida asique asintió y nos fuimos a dormir. Esa noche soñé con mi nuevo amigo, Dani.
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A dos pasos de la felicidad
Genç KurguPuedes pensar que tu vida es perfecta y que nunca podrías llegar a ser más feliz de lo que eres en este preciso momento, pero ¿y que si todo en lo que crees parece ser una mentira? Anna es una niña de 14 años, con padres divorciados, que un día tien...