más de lo esperado.

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La lluvia caía de manera implacable en las calles de Seúl, parecía que el cielo estaba tan triste que no podía dejar de llorar ni un solo segundo, tal vez tan solo estaba reflejando los sentimientos de Lee Donghae, quien estaba sentado en uno de los mullidos asientos de la casa funeraria mientras su cara se bañaba de lágrimas y su vista se hacía borrosa cada que alzaba un poco la mirada hacia donde estaba el féretro, las pocas arrugas que adornaban su aún hermosa cara se marcaban un poco más por haber tenido un rictus triste toda noche, además de que las lágrimas se habían secado dejando a su paso un rastro salado que había tomado como cauce sus líneas de expresión, algunas provocadas por tardes enteras riendo, otras provocadas por uno que otro enojo, otras causadas por caras de placer en medio de la noche mientras la luna era la única testigo de lo que estaba pasando a las 2 de la mañana en Seúl, en el departamento de un joven artista y su inspiración más grande, su amante, su obra de arte.

Mi nombre es Han Seuk, soy estudiante de periodismo y bailarín profesional, Hyukjae siempre fue mi ídolo, cada movimiento que hacía sobre el escenario era maravilloso, la forma en la que entregaba todo de el en cada presentación del ballet nacional de Seúl me robaba el alma, en cuanto supe que tenía una relación con Donghae me sentí feliz, supe que estaba con la persona correcta, pues a pesar de no conocer en persona a ninguno de los dos sentía que se complementarían; camino bajo la lluvia con un paraguas y una mochila donde cargo mi libreta, mi cámara y mi grabadora en caso de que se presente alguna oportunidad, llego a la casa funeraria, hay demasiada gente afuera, algunos están fumando, hay otras personas que salieron de la sala funeraria al no poder soportar la extraña cercanía con la muerte, otros salieron para llenarse de vida para después entrar a darle un pedacito a un deprimido Lee Donghae que desde hace dos noches está al lado del féretro donde descansa por una última vez el amor de su vida, subo las escaleras de la entrada, me siento como un fantasma, nadie percibe que acabo de entrar, todos están concentrados en sus asuntos, y una parte de mi agradece eso, después de unos cuantos pasos de pasar inadvertido llego a la capilla funeraria principal, hay unas cuantas personas rezando y otras solo están con la mirada perdida en el horizonte, como pensando formas de aprovechar más su vida, o tal vez esperando el momento en que Hyukjae se levante de ese féretro y haga su mejor presentación, que salga con algún chiste, de esos tan malos que dan risa, que salga y le dé un beso en la frente a su amadísimo Donghae, rastreo con la mirada hasta que veo una sombra negra sentada en el sofá más cercano al ataúd, desprende un aura llena de tristeza, me acercó con un nudo en la garganta y me siento junto a él, estoy consciente de que él se da cuenta de que alguien se sentó a su lado pues se arrima un poco para dejar más espacio, trae puesta una chamarra de cuero que recuerdo perfectamente que Hyukjae llevó puesta en una de sus miles de presentaciones, recuerdo que vi ese ballet unas 7 veces, y que en las 7 veces mi admiración por el creció.

-Hola- dije y mi voz salió muchísimo más baja y triste de lo que esperaba, Donghae, volteó de reojo, pero seguía dándome la espalda, no desprendía la cara del féretro

-¿me hablas a mi muchacho?- preguntó el aún sin dirigirme la mirada, yo asentí sabiendo que él podía verme por el rabillo del ojo -siento muchísimo su perdida señor Donghae, siempre admiré mucho a Hyukjae y en realidad siempre admiré su valor, el valor de ustedes dos- él sonrió amargo y se giró un poco hacia donde estaba yo sin perder la vista del ataúd, esperando, como todos, que Hyukjae saliera de la nada con una sonrisa preciosa a bailar con Donghae.

-Me gustaría saber su historia, si es que no le molesta- dije bajando la mirada esperando un golpe en la cabeza de su parte, alcé la mirada al notar que no respondía, lo vi con una débil sonrisa en su cara y con los ojos extremadamente llorosos - ¿para que la quieres saber? - dijo regresando su mirada al féretro

-Porque para mí es la historia de amor más hermosa del mundo señor- dije honestamente, él sonrió de nuevo y asintió -Y sí que lo es- volteó un poco más y me vio de arriba abajo - ¿quieres un café? Esta historia puede tardar un poco más de lo esperado- dijo para luego tenderme una taza de café caliente.

Black Water (EUNHAE)Where stories live. Discover now