Uno.

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Después de pasar unos días juntos, los cuales habían pasado sin darse cuenta, Harry tuvo que despedirse de Louis en el aeropuerto, entre numerosas lágrimas.

Tras su primera vez con Louis en la habitación de la fraternidad, vinieron muchas más pero éstas ya fueron en la lujosa habitación del hotel donde Louis se hospedaba y dónde el omega se había sentido un poco abrumado.

El Louis que recordaba y el que había tenido enfrente eran completamente diferentes, éste tenía un porte más altanero, era amante del lujo y bastante excéntrico, Harry pensó que era una versión más acentuada del Louis de los primeros días de conocerlo, tras recogerlo en la carretera.

Y aunque en esencia seguía siendo aquel alfa del que se había enamorado, Harry extrañaba a ese, al que en los últimos días había cambiado su humor y se reía, él que era feliz entre los animales mientras lo observaba y él que había charlado incansablemente con su madre.

Harry había extrañado mucho a ese alfa, el que ya no estaba incómodo viviendo en la humilde casita junto a dos omegas pobretones pues el Louis que había regresado solo le había hablado de sus negocios, del dinero que había hecho, de como había conseguido meter entre rejas a sus socios y recuperado todo lo que era suyo.

Louis le habló también de las fiestas que solía hacer y de la gente importante que conocía, no se lo dijo en ningún momento pero al ojiverde, le asustaba toda esa vida de lujos y de ajetreo.

La vida que el ojiazul tenía en Los Ángeles para nada era para él, el rizado amaba la vida tranquila en su pueblo y aunque ahora estaba en la Universidad y en una fraternidad, soñaba con volver algún día a vivir en la granja de su madre, con los animales, la verdad era que a pesar de que había tenido una vida dura, nunca había sido tan feliz.

El omega soñaba con estudiar y ser profesor algún día pero si no lo conseguía no le importaba volver a esa vida y no le hacía ninguna gracia lo que Louis le había dicho de la vida en Estados Unidos, él no quería irse, aunque para que no se sintiese mal o discutiesen no le llevó la contraria.

Cuando Harry regresó a su fraternidad, su compañero de habitación le preguntó por el alfa que lo había estado acompañando todo aquel tiempo y éste le contó todo.

Este era un omega llamado Liam Payne y salía con un alfa de tercero, llamado Zayn, al que había conocido en el instituto y desde entonces ya no se habían separado.

El alfa era dos años mayor y era muy celoso pues estaba loco por el omega, así que antes de irse a la Universidad lo había marcado.

Tras dos años en la Universidad, Zayn había mantenido el vínculo intacto y Liam estaba completamente seguro que él y su alfa eran destinados y que su lazo era eterno

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Tras dos años en la Universidad, Zayn había mantenido el vínculo intacto y Liam estaba completamente seguro que él y su alfa eran destinados y que su lazo era eterno.

Harry escuchaba su historia y soñaba con que lo suyo con Louis, algún día fuese igual pero había una cosa cierta y era que en todas las veces que el alfa y él habían hecho el amor, en ningún momento lo había marcado y ni siquiera le había hablado de hacerlo.

...- ¿Por qué crees que Louis no me habrá marcado Liam?- le preguntó el omega un poco triste.

- No tengo ni idea Harry pero si es verdad que está tan enamorado de ti y te dijo que estaba tan comprometido, me extraña que no te haya marcado.-contestó el ojimiel- Tranquilo, quizás esté esperando a que llevéis más tiempo, no te comas la cabeza, ha estado contigo, ¿no?. Además te ha buscado por toda Inglaterra, no puede haber venido solo para echarte cuatro polvos y luego volverse a Los Ángeles sin más. Tú tienes qué significar algo más para él, no creo que sea de esos.

- Sí, quizás no ha querido morderme aún porque es muy pronto, apenas nos hemos reencontrado y bueno, él vive lejos pero prometió que mantendríamos el contacto.

-Claro amigo, no te preocupes.

El ojiverde suspiró.

-Acaba de irse y yo ya lo estoy echando de menos. De veras no entiendo como he podido vivir estos meses sin él, ni tampoco como he podido vivido mi vida antes de conocerlo. Siento que Louis lo es todo para mí.

(...)

A miles de kilómetros de allí, el alfa aterrizó en Los Ángeles con una sonrisa en la cara pues estar con el omega había sido lo más gratificante que había vivido hasta el momento. Nada tenía que ver con las relaciones sexuales que había tenido con otros. Harry sin duda era especial y no sabría como iba a mantener la distancia, quizás se haría otro viaje la semana siguiente. Además no podía dejarlo solo mucho tiempo pues muchos alfas estaban al acecho en ese campus, sobre todo ese pelirrojo amigo de Harry, que no le daba muy buena espina.

53. Esperando a mi omega-Segunda Parte -L.S.-Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora