Esta historia trata de Hanna una chica que la abandonaron siendo ella un bebé, crece en un orfanato y con el paso de los años se va convirtiendo en una chica guapa, listas y inteligentes, así hasta que cumple los 18 años y decide tener una nueva vid...
Después de un rato incómodo me fui a mi habitación a darme una ducha, mientras me duchaba pensaba el motivo de porque esta familia me había adoptado.
"¿Cual es el motivo de que me adoptarán?"
Suspiro apagando el grifo de la ducha. Me envuelvo en una toalla, mientras salgo de la ducha. Me acerco al espejo y limpio el bao que se había forma, me peino el pelo, me lo seco y me pongo mi pijama, antes de salir del baño me doy un último vistazo en el espejo y salgo del baño.
Es la primera noche que dormiré fuera del orfanato y en una habitación solo para mi, que en el orfanato dormíamos las chicas en la misma habitación y los chicos en otra.
Me acosté en la cama y apagué la luz para luego acostarme, mirando hacia la ventana, donde solo se podía ver la luz de la luna. Cerré los ojos y después de unos minutos me dormí.
***
Estaba en una habitación que no había estado nunca en mi vida, me estaba mirando en el espejo, llevaba puesto un vestido rojo, el pelo lo llevaba recogido en un moño, me aleje del espejo y me senté en un tocador, cogí un pintalabios rojo y me empecé a pintar los labios, hasta que empecé a perder el control de mi brazo y empecé a pintarme media cara.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Aque me veo hermosa-salió esa frase de mi bocas sin mas-¿Que te parece Hanna?-al parecer estaba hablando conmigo misma pero no me estaba dando cuenta.
"¿Que me está pasando?"
-Que te estás volviendo loca mi querida Hanna-volví a decir, intenté hablar por mi cuenta pero no podía era como si en el cuerpo que estaba no fuese el mío.
Intente gritar pero no pude, intente moverme pero tampoco podía, no sabía que hacer.
"¿Quién eres?¿Por qué estás dentro de mi cabeza?¿Donde estoy?"
-Demasiadas preguntas sabes-dije en frente del espejo o mejor dicho.-Solo estoy aquí porque quiero decirte que tienes que irte de la casa de los Oliver, hay no estás a salvo.
"¿Que?¿A que te refieres?"
Dichas esas preguntas todo a mi alrededor se desvaneció.
Desperté algo a saltada por el sueño que había tenido, mire a la ventana y aún estaba oscuro afuera, mire el reloj ya eran las 6:00 de la mañana. Decidí levantarme de la cama, me acerqué al armario, saqué de él un top deportivo, unos shorts de deporte, una chaqueta deportiva, me vestí y me puse mis de portibas. Me recogí mi pelo pelirrojo en una coleta y salí de mi habitación.
Baje las escaleras sin hacer ruido y salí de la casa siguilosa. Empece a correr para luego adentrarme en el bosque. Nunca antes me había sentido tan libre como ahora.
Llevaba cinco minuto corriendo, me pare en seco al escuchar un grito, me eche a correr en dirección del grito, hasta que llegue a una chica que estaba casi a punto de caer a un acantilado, ya que un lobo la tenía acorralada.
"¿Que podía hacer?"
Suspire frustrada por no saber que hacer, hasta que vi que a los pies del tronco de un árbol se veía algo brillar. Me acerque, visualizando una daga y una chaqueta.
"Me pregunto ¿de quien será? Bueno de quien sea no creó que le importe que lo coja prestado"
La cogí y me acerque detrás de el lobo, no sin antes hacerle un gesto a la chica de que guarde silencio. Pero antes de que le clavara la daga al lobo, la chica se resbaló haciendo que cayera al acantilado.
-¡NOOO!-grite y le clave la daga al lobo.
El lobo chemeco de dolor y se fue corriendo, no antes sin mirarme. Me acerque a la orilla del acantilado, vi a la chica ahogándose, me saque la chaqueta y la tire hacia un lado, me iba a tirar cuando alguien me cogió del brazo, giré mi cabeza para enfrentarme con la persona que me había agarrado, pero me di cuenta que era Alex.
