capitulo 22

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Ok, me siento engañado. Casi paso a comprarme un maldito traje para asistir a mi propia boda y solamente me llaman para tomar un café. Y eso no es lo peor, no señor. Lo peor es que hay otra chica aquí. ¡Ho No! Eso tampoco era lo peor. Lo peor realmente es que estamos espiando a un chico. Vamos! Solo me falta una falda y me uno al club de fanáticas.

-ya deja el capricho. Dejare que me invites al cine si te portas bien- miro a Liz con el ceño fruncido y sin descruzar los brazos. Ella es quien debería invitarme al cine no yo.
- ¿Quien te dijo que después de este gran engaño a mi persona, quisiera invitarte el cine?
- no te engañe de ningún modo- ¿¿enserio?? Nadie le crea a esta mujer. Es peligrosa con esos ojos atrapantes.
- dijiste que querías verme con urgencia ¡hasta me bañe! Y créeme, yo no hago eso por todos- la pequeña rubia amiga de Liz hace una mueca de asco. Le saco la lengua. Así es señores y señoras, aprendan de este sensualon hombre maduro.
- eso es asqueroso.
-¡Ho! Con que el demonio con cara de angelito habla- ella frunce el ceño y mira a Liz con indignidad. ¿Oigan? ¿¿Esa palabra existe?? Y si no es así pues se joden, acabo de inventarla. Quien la use debe pagarme por mis derechos. Unos millones cada vez que se pronuncia estarían bien para mí.
- yo no soy ningún demonio.
- claro, eres toda una santa aquí mirando al chico de los dientes brillantes. Seguro estas pensando en que pagina del kamasutra se ve mejor. Pequeña pervertida.
- tú no eres mi amigo. ¡¡No puedes decirme eso!!
- lamento informarte que desde el momento que te vi decidí que serias mi amiga. Y solo porque yo no me pongo a ver chicos con cualquiera. Eso solo lo hago con mis mejores amistades- ella sacude la cabeza confundida. Luego mira a Liz
- tu novio es raro
- el no es mi novio.
- si lo soy- contradigo.
- refréscame la memoria y dime el que momento paso que no lo recuerdo.
- paso justo ahora.
- pues es algo bastante repentino.
- y rápido- agrega la pequeña rubia.
- si, tan rápido que ni lo recuerdo- llevo una mano a mi pecho fingiendo llorar.
- ¿cómo pudiste olvidar ese momento tan importante de nuestra relación? Ya no sé si quiero seguir con una persona tan insensible.
- ¡Ho! ¡¡Eso es tan horrible!! ¿Se supone que debo rogarle que no me abandone?- su amiga en respuesta encoge sus hombros.
- ya sabes que no puedes dejar ir a tan magnífico hombre- le sonrio a la rubia. Acabo de elegir una mejor amiga.

-entonces deber ser un buen novio y hacerme este grandísimo favor- la observo sin ninguna emoción en mi rostro y niego con la cabeza.

- yo no quiero ser amigo de el. No puedes obligarme o le contare a mi mama.

Liz rueda los ojos antes de empujarme hacia el chico. Ellas caminan a la mesa contigua de la de él.

- Hola- me ve sorprendido cuando tomo asiento en frente suyo.

- Yo no quería esta aquí- por el rabillo del ojo veo al torbellino rubio dejar caer su cabeza contra la mesa. Seguro me odia un poquito. Vuelvo mi atención al chico cuando se remueve incomodo.

- Bueno, pues no lo estes.

- No puedo hacer eso. Al parecer ya no tengo control de mi vida.

- Yo creo que si quieres lo tienes.

- No amigo. He aquí un consejo de novio. Nunca le digas no a tu chica- sonríe mirándome divertido. Esta bien dejare que se acerque a mi amiga nueva. Solo por esa sonrisa genial. Digo, si me gustaran los hombres seguro me fijaría en el.

- Lo tomare en cuenta.

- Bien. No me caes mal, pero aun asi no quiero estar aquí. ¿Por qué no tomas tus cosas y te mudas a nuestra mesa? Podemos ser grandes amigos- gira su rostro hacia la mesa de al lado y su sonrisa se hace mas grande. Ok, creo que puedo hacer de Cupido nuevamente- no te procupes, ella no muerden.

- Tranquilo no me molestaría que la niña bonita me muerda- mi sonrisa se borra.

- No hablamos de la de ojos claros no?

- Ambas los tienen.

- Sabes que me refiero a la de cabello oscuro.

- No habloa de ella- susurra mientras toma sus cosas.

- ¿seguro?

- Claro.

- ¿no vienes con nosotros?

- Creo que por hoy paso. Ya no tengo tiempo.

- Bien- estrecho su mano y me muevo a la mesa de las chicas.

- Y? que te dijo al final? No pudimos oír- miro a Liz con una ceja enarcada.

- El dijo que eran demasiado feas para compartir una mesa con su honorable persona- Liz rueda los ojos.

- No es cierto, solo tu dirías eso.

- Oye!- llevo una mano a mi pecho- yo jamás diaria algo así.

- Claro niño bonito. Será mejor que me mandes esa gran charla con tu amigo nuevo por un mensaje.

- Porque por teléfono? Planeas abandonarme aquí?

- Planeo ir a estudiar para el examen de mañana

- Examen? Cual examen?

- El de literatura- responde el diablo rubio mientras guarda su teléfono en el bolso- el del libro que debíamos leer.

- No recuerdo un libro.

- Eso es porque no estás asistiendo a la escuela- siento un pequeño grado de reproche en la voz de mi novia. Oyeron eso? Novia. Suena a casi imposible.

- Es porque estaba agonizando. Además me llamas para tener charlas caliente y no eres capaz de decirme que debemos leer un libro. Técnicamente es tu culpa que yo no sepa nada- Liz se ruboriza hasta el inicio del cuello cuando su amiga la mira con las cejas enarcadas.

- Nunca te llame para eso. Y nunca voy a hacerlo.

- Nunca digas nunca.

- Nunca- repite y se levanta seguida de Selena para irse a no sé dónde.

Oigan, no lo se todo.

 SimónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora