capitulo 33

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Me levanto y camino hacia la ventana para dejar entrar el sol de la mañana. Porque extrañamente hoy he despertado muy temprano y no pude volver a dormirme.

- Tienes la luz de la puerta prendida- veo hacia abajo, a la señora entrada en años que esta parada en la vereda que da a la casa.

Cierro las cortinas con la misma rapidez con la que el correcaminos escapa del coyote. Ya saben, ese tonto dibujito que solo consistía en carreras para matar al pajaro. Mi cerebro me dice que ese dibujito no tiene sentido y está mal hecho pero el niño que habita en mi dice que es divertida esa interminable carrera. Algo así como tom y Jerry.

Bajo las escaleras acelerado.

- ¡Mama! ¡La vieja de la esquina anda de chismosa de nuevo!- ella me mira con los ojos entrecerrados, esa mirada que debería ser de terror.

- Esa vieja es tu abuela Simón. Y no deberías referirte a ella de esa manera- julia, mi abuela, me saca la lengua al mismo tiempo que come una de las galletas de mama. Ella es una de esas abuelas que rompen con el estereotipo de película. No esperes llegar a su casa y que tenga mucha comida esperándote, es más, ella va a decirte algo como "cocínate vos mismo vago de mierda" porque ella dice que no debe perder el tiempo que le queda de vida haciendo cosas para los demás. Además, dice que va a gastar todas las groserías que ahorro en la vida.

- Eres casi tan feo como tu padre- mama suspira ante el comentario de la abuela- no reprendas tanto a tu hijo querida. Si estoy vieja y soy bien chismosa. Así fue como me entere que el idiota mochilero no supo mantener sus espermatozoides dentro de sus huevos. Y que las niñas le han embarrado la cara con mierda a la vecina.

- Ya hable con las niñas mama, no va a volver a pasar eso- ella hace un ademan con la mano como restándole importancia al tema.

- No controles los demonios que habitan en las niñas, hija. Esa vieja chusma se lo merecía, se cree muy bonita con sus tetas nuevas y se la pasa haciéndole ojitos a tu padre- mama le da la mirada de ojos entrecerrados a la abuela, esa que yo siempre recibo. Luego suspira.

- ¿Tu las mandaste mama?- ella se acomoda el cabello ignorando la pregunta. Me encojo de hombros cuando mama me mira- deja de hacer que mis hijos hagan cosas que no deben. Simón pasó su niñez haciéndolas, prometiste que no le dirías nada a las niñas.

- Yo uso mi tiempo para compartir con mis nietos lo que yo quiero. Y les enseño lo que yo quiero, estoy vieja para que vengas a decirme que hacer.

- Vieja chusma y loca- ella me saca el dedo medio- casi veo mi futuro en ti abuela.

- Tu jamás serás tan sensual como yo, niño tonto- ruedo los ojos.

- Ya no soy un niño abuela- ella sonríe antes de tomar un sorbo de su café.

- Eso lo sé, te vi tocar las posaderas de una niña de ojos bonito ayer- creo que estoy muy sonrojada porque mi cara arde.

- Abuela por favor. Solo finge que eres ciega. No se lo digas al abuelo o me va a joder toda la vida- la abuela se encoje de hombros con una sonrisa.

- Yo hago lo que quiero con quien quiero- bufo como un niño berrinchudo antes de subir las escaleras mientras le saco la lengua.

Veo a Liz cerrar la puerta con el rostro muy rojo. Se apoya en la madera y me mira con sus bonitos ojos.

- Una señora en el piso de abajo acaba de decirme que no deje que me beses por que de niño besabas al perro- frunzo el ceño al mismo tiempo que mi boca.

- Yo no besaba al perro. La abuela solo quiere que no reciba besos.

- También dijo que me tocaste el trasero y que ella lo sabía. Que iba a usarlo cuando lo necesite. Yo no quiero que ella lo necesite- rio llamándola a que se siente a mi lado.

- No le hagas caso a esa vieja cariño. Ven y besa a tu novio.

- Pero no toques mi trasero. Dijo que iba a estar mirando.

Sonrío cuando se sienta en mi regazo y pasa las manos por mi cuello. No voy a decir que la amo porque es una palara muy grande. Además, soy muy poco romántico y recuerdo haber dicho te amo una sola vez y fue a mama. O tal vez alguna vez se lo dije a las gemelas. No lo sé. Sé que seguro la quiero y si no lo hago estoy en el proceso. En el proceso de estar muy enamorado.

Tomo su rostro entre mis manos y muerdo su labio inferior. Sonrío en cuanto lo suelto. Ahora es cuando el beso comienza de verdad. Hago pequeñas presiones antes de tomar entre mis labios su labio superior y succionarlo, luego hago lo mismo con el inferior. Hago presión en sus labios con mi lengua pidiéndole permiso y cuando entro en su boca y su lengua rosa la mía siento que puedo tener una dolorosa erección.

Es un beso cargado de erotismo y sensualidad. Un beso que grita caliente a loa cuatro vientos. Estoy intensificando más el beso cuando la puerta suena fuerte.

- Sé que estas metiendo la lengua en la garganta de la niña bonita Simón- ruedo los ojos ante la voz de la abuela- solo venia a interrumpir tu momento y decirte que me voy. Pasa por casa para cortar el pasto el viernes y ve a podar el árbol el sábado.

- No soy tu esclavo abuela- ella ríe sonoramente.

- Seguro a tu abuelo le encantaría ver esa foto que te saque con las manos en la posadera de tu novia con mi súper teléfono moderno.

- ¿A las cinco el vienes?

- A las cuatro- ruedo los ojos- ahora dime que me quieres- vuelvo rodar los ojos.

- Si abuela, eso que tu dijiste. Ahora vete a dormir la siesta y deja de interrumpir mis momentos calientes.

- Se te va a caer el pene por no tener amor en tu sistema- Liz ríe mientras mira las cosas sobre mi escritorio, no sé en qué momento ella paso de estar en mi regazo a estar en la otra punta de la habitación. Escucho los pasos de la abuela en la escalera.

- ¿porque tienes esto?- miro a Liz nuevamente con la panza de embarazo en su mano.

- Esa es una historia muy graciosa- ella suelta un gritito cuando la levanto, envuelve las piernas en mi cadera- una que te contare otro día- susurro mientras la apoyo en la cama.

Ahora si voy a mostrar el amor que hay en mi sistema. 

 SimónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora