Capítulo 11: Sangre

273 11 0
                                    

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que Kilian me asustó cuando entró de manera repentina por la puerta.

-¿Qué dijo? -pregunté.

-Nada que no se pueda solucionar -dijo Kilian mientras destapaba su brazo para luego morder su muñeca.

Al comienzo no entendí que estaba haciendo y luego supe cuáles eran sus intenciones.

-¡No, ni se le ocurra! -dije mientras extendía mis manos hacia él indicándole que no se me acercara.

Me levanté y caminé lo más rápido que pude hasta el otro extremo de donde estaba él. Miré su brazo por donde corría la sangre y me repugnó completamente.

-¡No lo permitiré! -protesté.

-No pensaba pedirte permiso -dijo él acercándose más y más a donde yo estaba.

No tenía hacia donde escapar, caminé lo más lejos que pude hasta que quedé acorralada contra la pared. Acercó su muñeca a mi boca y giré mi cabeza para esquivarlo. Le pegué en el pecho con las fuerzas que tenía; estaba muy cansada y él se daba el gusto de hacerme gastar la poca energía que me quedaba.

-Si no bebes morirás, y te lo aseguro Luna, no te dejaré morir, te dejaré encerrada en una de las celdas del calabozo, sin agua ni comida y con bichos.

-¿Por qué los bichos? -pregunté asqueada al imaginarlo.

-¡Entonces bebe! -dijo en tono fuerte.

Viniendo de él y su mente retorcida podría decirse que hablaba enserio, «Sólo será un poco» pensé y me lo repetí sucesivamente unas 50 veces.

Finalmente dejé de luchar y temerosamente me fui acercando a su brazo donde finalmente me prendí a su piel mientras él me tomaba entre sus brazos.

Kilian parecía estar disfrutando a medida que yo chupaba y bebía la sangre que emanaba de él.

Apreté los ojos para intentar convencerme a mí misma de que pronto terminaría todo y estaría bien. Parecía que un extraño lazo comenzaba a formarse y nos unía de manera que nos conectaba poco a poco. Era su sangre dentro de mí. Éramos como uno solo, la misma mente y el mismo corazón (aunque el de él estuviese muerto), algo imposible de romper, el resto del mundo no existía en ese momento, no había visiones y no había ejercito de vampiros ni nada que pudiera dañarnos. No había dolor del cual quejarse.

Lo que había comenzado como repugnante no había terminado como una sensación satisfactoria, sino en una completa repugnancia. Luego de beber durante varios segundos su sangre me aparté con resignación ¡Acababa de beber sangre, la sangre de un vampiro!

Un cosquilleo comenzó a recorrerme por todo el cuerpo y empezaba a sentir fuerza, más de la que normalmente sentía. Lástima que para sentirme bien había tenido que tomar sangre.

Todos mis sentidos parecían haberse vuelto más agudos y podía sentír el olor de la sangre en mi ropa. En este momento incluso Kilian parecía más angelical; había algo diferente, como si el lazo aún no se hubiese roto y persistiera, era él dentro de mí que bailaba sin cesar sanando cada parte de mí que estaba herida y fortaleciendo cada milímetro de mi ser.

-Gracias -le dije a Kilian.

-No hay de qué -dijo él, mientras los agujeros de su piel se cerraban mágicamente.

-Que conste que lo digo con repugnancia.

-Siempre tan dulce.

Caminé hasta el ropero y saqué la caja que él anteriormente me había dado. Allí había más ropa que antes; incluso ropa interior. Miré a Kilian levantando una ceja y él sonrió satisfecho por haber podido elegir toda esa lencería para que yo usara.

The Bloody Moon: The Vampire Army (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora