Capítulo 19: Tantas veces puedo decir que te anhelo

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  Kilian seguía durmiendo. Yo me he había despertado hacia casi una hora.
Debo admitir que me parece raro que aun siendo vampiro, pueda seguir soñando, y más me ha sorprendido el hecho de que hasta mis sueños parecen más vivos.

  Ya me había bañado y observado frente al espejo durante un largo rato, tuve que esforzarme para apartarme de mi reflejo, me costaba admitir que esa era yo.

  Salí de la habitación, me encontraba sedienta y planeé ir hasta los calabozos. Pero de repente, una idea más divertida se me ocurrió.

  Fui al despacho de Kilian, la puerta estaba abierta, parecía que el destino quería que yo tuviera un poco de diversión.

  Entré en la torre, donde encerrada se encontraba Lilith, la vampiresa, que cuando la conocí, era la esposa de Kilian. Hoy sólo era una prisionera de su eternidad.

  Despertó con el sonido de mis tacones chocando contra el suelo. Se movió con desesperación, arrastrándose por el piso. Miraba de un lado a otro con temor, se veía desquiciada.

  La Lilith que yo había conocido ahora no era más que un recuerdo muy lejano. Su rostro se veía demacrado por la falta de sangre, como si le hubieran pegado en cada uno de sus ojos las ojeras se encontraban marcadas y profundas, su cabello el cual era rubio y un día había sido perfectamente brillante y sedoso, ahora se encontraba opaco y enredado.

  No parecía ella, estaba seca.

  —Qué bien te ves Lilith —dije riendo—. ¿Te acuerdas cuándo tus celos te volvieron estúpida? ¿Cuando intentaste asesinarme y me tiraste contra el espejo? ¿Lo recuerdas?
Qué gracia me da recordar cómo Kilian te agarró del pelo y te arrastró hasta este lugar... Oh, pobre Lilith.

  Clavó sus ojos en los míos.

  —¿Qué haces aquí? —dijo ella luego de unos minutos.

  Puse los ojos en blanco por un momento mientras me detenía, para luego mirarla fijamente.

  —Tenemos algunos asuntos pendientes que arreglar —dije.

  Ella intentó arrastrarse por el suelo, casi sin fuerzas, pero no se dio cuenta de que los rayos del sol entraban por las rendijas y se quemó la pierna. Pegó un grito y se alejó rápidamente
hacia las sombras.

  —¿Qué harás conmigo? —preguntó.

  —Jugar un rato —respondí.

  Yo sabía que ella entendía lo que le decía y eso me llenaba de satisfacción.

  —Mátame rápido, por favor —susurró la vampiresa.

  Por un instante casi me causó pena

  —Oh Lilith, tú planeabas darme una muertr muy lenta y dolorosa según recuerdo.

  —¡Eres una perra y te pudrirás en el infierno! —gritó señalándome, como acusándome de su condición.

  No pude evitar poner los ojos en blanco.

  —Soy demasiado buena como para ir a allí, pero contigo estarán conformes —dije en susurro y tono sarcástico.

  Lilith se levantó, apoyándose contra la pared para mantener el equilibrio. Se lanzó hacia mí y sin el mínimo esfuerzo la esquivé.

  Jugar con la presa era bastante divertido, y sus intentos por atacarme se repitieron con el mismo fracaso.
Me di vuelta y la agarré del cuello como ella me había agarrado hace ya varios días.

  Ella intentó soltarse en vano. Su fuerza en comparación con la mía no era nada.

  —¿Cómo Kilian pudo crear algo tan inmundo? —dijo ella.

The Bloody Moon: The Vampire Army (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora