capítulo 16

260 30 1
                                    

Finalmente habíamos detenido nuestra marcha frente a una gran puerta.

-Está es la oficina de la madre superiora. Adelante señorita Candice.

Al abrir la puerta me encontré con la imponente figura de la superiora. A decir verdad si la mirabas de una distancia considerable parecía un hombre anciano.

-Buenas tardes.-dije al tiempo que hacía una reverencia.-Mi nombre es Candice White Andrew.

-Bienvenida señorita Andrew, soy la madre gray, rectora de este colegio.

La mirada de aquellas mujer te helaba la sangre, en mi vida había visto una mirada tan indiferente y fría, tan fría que la misma tía Elroy parecía dulce al mirarme. ¿Acaso las religiosas no debían causar paz al mirarlas?
Quizá no todas lo hacían o solamente en aquel instituto te miraban de tal manera para intimidarte.

De nuevo escuché el sonido de la puerta, los pasos de tras de mi se hicieron cada vez más fuertes, a decir verdad creo que era la única que podía escuchar tan silenciosos golpes en aquella alfombra color vino.

-¿Me ha llamado hermana Gray?

Una figura delgada cual aguja paso a mi lado para hacer una reverencia ante la rectora y finalmente colocarse a su lado.

-Así es hermana Margaret, le ruego escolte al caballero hasta la salida.

¿!Pero qué estaba escuchando!? Tan pronto me iban a separar de George y sin siquiera poder agradecerle o despedirme de él, sin poder expresarle lo que sentía.

-Disculpen mi atrevimiento hermanas pero se me ha concedido el honor de cuidar de la señorita mientras se encuentre en Inglaterra y es por esa razón que me gustaría permanecer en este colegio hasta que ella estuviese instalada en su dormitorio .

-¡Silencio!, este colegio es famoso por su disciplina desde hace más de dos siglos y ni la mismísima reina tiene el derecho de contradecirnos. Desde el momento en que la señorita puso un pie en el recinto es responsabilidad de nosotras, por esa razón le ruego que nos confíe la educación de la señorita Candice, a partir de este momento su futuro nos pertenece.

- Muy bien madre, si me disculpa. -decía George haciendo una reverencia con su serenidad intacta.- Que tenga una agradable estadía en el colegio señorita Andrew.

Lentamente George caminaba hasta la puerta de aquella oficina y junto con él se marchaban mis fuerzas. Cuando finalmente su mano se colocó en el picaporte mi lengua reaccionó.

-George, muchas gracias por todo.

Aquel hombre tan misterioso solo me miró una ultima vez y en su rostro se formó una sonrisa apenas perceptible.
Ahora en aquellas cuatro paredes sólo nos encontrábamos la superiora y yo.

-Bien señorita Candice es momento de que le explique como funciona la educación en este colegio.Aquí todos los alumnos se preocupan por mantener una reputación impecable.

Que tortura, ¿qué tiene de importante fingir para agradar a los demás? .

-En esta intuición la haremos trabajar tanto el espíritu como el cuerpo.

¿Espíritu y cuerpo? Esto de verdad no lo esperaba.

-Nuestro objetivo es preparar a todos los estudiantes para que puedan soportar la presión de la vida real.

Las palabras de la superiora quedaron segundo plano cuando comencé a pensar en cómo sería la vida dentro de ese antiguo castillo.
Para ser realistas no tuve mucho tiempo para platicar con Stear y Archie ... y tampoco el suficiente tiempopara despedirme de George de una forma apropiada.
¿Así serán todo mis días a partir de ahora? ...

-Por el momento es todo señorita.-El sonido de un libro cerrándose de golpe me hizo reaccionar.-Espero que las reglas que acabo de leer sean claras, por favor siga a la hermana Margaret, ella la llevará hasta su dormitorio.

¿Cuanto tiempo había pasado?
Estoy segura que más de dos horas.
¿En que momento entro la hermana Margaret?

Lo único que me quedaba era fingir que había escuchado el sermón y obedecer...
-Por supuesto hermana Gray, que tenga buenas noches.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Pov. Anthony

Tendido en la cama de aquella habitación que alguna vez me perteneció en este colegio, contaba cada minuto que había pasado desde la ultima vez que pude ver a Candy.
Pude quedarme a su lado mientras era presentada ante la rectora, pero algo me hizo seguir a mis dos primos, creo que fue el anhelo de estar vivo de nuevo y la envidia...  Sí, por primera vez envidiaba algo y era egoísta. ¿Cómo no serlo con la dama que amas?

Miré el reloj en la pared, había pasado una hora desde que Candy había entrado a la oficina de la rectora. Una hora era el tiempo suficiente para explicar todo acerca del colegio, pero era extraño que no hubiera roto ninguna regla hasta ahora, una  como entrar en el dormitorio de chicos.

Algo dudoso me levante de mi cama y salí rumbo a donde se encontraba la rectora con la esperanza de encontrar una pista de qué me llevara hasta la habitación se encontraba mi Candy.

El camino hasta esa oficina nunca me había parecido tan largo, pero al fin de unos minutos estaba detrás de esa gran puerta.
La voz tan grave de la hermana Gray retumbaba por todo el pasillo, la claridad de las palabras era nula.
Cómo ya era costumbre solo atravesé la puerta y al estar del otro lado la encontré de espaldas con la cabeza baja y con la mirada perdida.

-Señorita Candice, como se lo he explicado varias veces en esta conversación, el colegio real san Pablo es uno de los más prestigiosos de toda Europa y...

Estamos enterados de su relación con la familia Andrew ; así que dadas las circunstancias quisiera pedirle discreción ya que eso afectaría gravemente la reputación del colegio entre los demás estudiantes.-Mientras decía esto tomó el libro sobre su escritorio y cerrandolo con fuerza prosiguió. -por favor siga a la hermana Margaret, ella la llevará hasta su dormitorio.

La duda había llegado hasta mí. Verla en tal estado me preocupó. ¿Qué le había dicho la rectora para deprimirla?

Bien, a pesar de la rabia que sentí por la manera en que la hermana Gray la trató había llegado en un muy buen momento, ahora tendría conocimiento de dónde encontrarla. 
Recorrimos largos corredores hasta que subimos las escaleras del dormitorio de damas y recorrimos un gran pasillo.
Desde que avanzamos por el pasillo sin detenernos sabía bien cuál era la habitación que se le había asignado...
Esa realmente era una  habitación  a la altura de Candy .

Entre Rosas y LibretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora