capítulo 12

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Pov.Anthony.

"Hemos decidido volver a Inglaterra"

El cielo cuajado de estrellas, como todas las noches me ponía a observar el lienzo negro.

-Inglaterra,-mis ojos seguían clavados en el cielo mientras recordaba los años pasados de mi vida- nunca te conté que viví en Londres pequeña.
Sabes...Esta noche es muy parecida a las que viví mientras estaba en suelo británico durante el invierno.- me aparté de la venta y me dirigí hasta el lugar donde descansaba aquella pequeña que robó mi corazón. Sigiloso, temiendo que pudiera verme me senté delicadamente en el borde la cama y retiré un mechón dorado de su angelical rostro. No era la primera vez que la admiraba al dormir,pero aún así verla cada noche tan tranquila era un regalo para mi. Pasé mi mano por su mejilla y ella al contacto sonrió.- Candy, esta noche te contaré la razón por la que residí en Londres y mi regreso a Lakewood.

Sabía dentro de mi que ella no me escuchaba pero que importaba yo necesitaba decirlo, pues entre ella y yo nunca existieron secretos.

Todo comenzó cuando yo era muy pequeño, cierto día mi madre y yo jugábamos en el jardin de las rosas y sin previo aviso ella se desvaneció. Asustado corrí hasta donde estaba mi padre para avisar lo sucedido pero fue inútil, cuando mi padre llegó era demasiado tarde, mi madre nos había dejado. Mi padre cayó en una profunda depresión y se encerró en su habitación por días. La abuela Elroy preocupada por mi bienestar, decidió llevarme a vivir con ella a Londres, por obvias razones mi padre no se negó y fue así como cruce el océano.- una sonrisa melancólica se formó en mi rostro- El carruaje de la familia nos recogió en el puerto, la verdad tuve miedo pues estaba lejos de mi hogar, de mi padre.
Después unos minutos llegamos a una hermosa mansión, tenia un gran jardín y una fuente en el centro, sin duda aquel lugar había sido diseñado por la propia matriarca. Las sorpresas no terminaban puesto que al entrar,en el salón principal se encontraban dos niños corriendo por todo el lugar. Creo que sabes a quienes me refiero.
Archibald y Alistear Conrwell se encontraban desde hacía ya un año con la tía abuela; los señores Cornwell trabajaban y viajaban constantemente así que no podían llevar con ellos a dos pequeños tan inquietos.
Camine con miedo hasta el centro de ese gran salón mirando como los hermanos subían y bajaban las escaleras, fue entonces cuando se escuchó el sonido de la puerta cerrarse. Al instante ambos niños pararon de correr y bajaron lentamente por las escaleras en dirección a la abuela Elroy, ni siquiera notaron mi presencia<<Buenos días tia abuela>>dijeron ambos pequeños al unísono.<<Buenos días Archibald, Alistear.-comenzó la tía Elroy - Quiero presentarles a Anthony, estará viviendo con nosotros a partir de hoy >>.
Al instante ambos se presentaron conmigo y comenzamos a conversar. Desde mi llegada las travesuras se hicieron cada vez más frecuentes, pues siempre me las ingeniaba para evadir los regaños de la matriarca.
Los años pasaron y yo había conseguido dos maravillosos hermanos.
Al cumplir 10 años cada uno de nosotros tenia sus intereses;Stear comenzó a crear sus artefactos, Archie se pasaba horas en  la biblioteca mientras  que yo, comencé a cultivar rosas; al principio fue algo difícil pues el clima en Europa es mas frío que aquí en América, pero a pesar de todas las adversidades del clima logre tener un pequeño jardín de rosas.
Cuando Archie y yo cumplimos 12 años, los tres fuimos enviados a estudiar al mejor colegio de toda Inglaterra; el colegio era enorme y como es de esperarse de tenían reglas muy estrictas. La habitaciones estaban diseñadas para albergar a dos chicos pero ninguno de los tres quería separarse de los demás así que gracias a mis súplicas y al poder del abuelo William logramos que adaptaran una habitación para que ésta estuviera conectada con la otra. En la habitación más grande residían los hermanos Cornwell, mientras que en la contigua me encontraba yo. Mi habitación constaba de un baño personal, un escritorio, la cama y un balcón, era pequeña en comparación a las demás pero así me sentía feliz.
Estudié en el colegio solo por un año, pues la tía Elroy volvería a América por ordenes del tio William.
Y fue así como después de 7 años regresé a Lakewood, me impresionó ver las rosas de mi madre, floreciendo tan espléndidas después de años, pareciera que me daban la bienvenida a casa.
Al principio nos costó trabajo adaptarnos a la enorme mansión, pues ni siquiera la de Londres era tan amplia y yo no recordaba nada de ella. Una vez adaptados a vivir en tan monstruosa mansión, comenzamos a estudiar por nuestra propia cuenta. Dos años después todo era tan rutinarios que tanto los Cornwell como yo descuidabamos nuestros estudios y a menudo escapabamos de nuestras obligaciónes. Nunca sabré que fue lo que me obligó a ir al portal de las rosas ese día, pero gracias a eso conocí a un ángel. Así es, te conocí a ti mi Candy, lo que sigue en la historia tu ya lo sabes...
Cuanto lo siento pequeña.

Lleno de paz besé su mejilla y volví a encaminarme hasta la ventana.
Los copos de nieve comenzaban a caer lentamente y todo se pintó de blanco demasiado rápido. Cerré los ojos y suspiré.

-Cuanto haz crecido mi cielo.- sentí una mano en mi hombro y esa voz me dejó helado.
Tenia miedo de volver mi rostro para afirmar algo que no creía. Apreté mis puños y me gire para encontrarme con aquellos ojos esmeralda.

-Pe... pero tu...


Entre Rosas y LibretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora