Ya había pasado una semana desde que el peligris tuvo aquel desafortunado encuentro. No obstante, éste parecía no querer borrarse de su mente. Siempre estaba pensando en aquellos ojos oscuros, que a veces brillaban de un color cercano al rojo. También recuerda a la perfección como los fuertes colmillos del vampiro se habían clavado en la unión entre su cuello y su hombro... Había sido doloroso, y placentero. Jimin estaba convencido de que había algo mal consigo mismo.
- Te perdiste - se rió Taehyung nuevamente, Bambam a su lado lo corroboró.
- Yo solo estaba pensando.
- Seguro que estabas pensando en el chico ese - habló el rubio emocionado.
El hada de invierno hizo una mueca que ninguno notó. Esperaba que eso no fuera cierto. El hecho de que pudiese recordar el ataque y lo denunciase... Yoongi era un vampiro, la cosa podía no salir bien si las inquietudes de su compañero de habitación llegasen a oídos de aquellos que ganasen si los vampiros volvieran a ser expulsados de la ley de paz por ir contra ella.
Sin embargo, el de cabellos blancos no podía estar más equivocado. Jimin no tenía en mente la denuncia. Sólo quería entender por qué los sueños... Los sueños. Eso sí que era agotador. Todas las noches tenía ese sueño tan vívido, tan real. Cada día se despertaba con un vacío mayor en su pecho. Había algo mal con él... ¿Por qué querría llevarse al mar a aquel vampiro? Nunca había soñado con algo parecido.
El agua era algo sagrado para los tritones. Querer compartir aquello con alguien fuera de su mundo era un deseo extraño, algo que nunca pensó que podría llegar a querer. Bueno, él sólo lo quería cuando estaba dormido. Ni siquiera quería encontrarse con aquel joven pálido.
- ¡Jimin-ah! - exclamó un divertido Taehyung.
- Perdona, no te estaba escuchando.
- Dime algo que no sepa - se quejó graciosamente, luego le hizo una seña a la puerta.
Los ojos del peligris se dirigieron hacia ella. En el marco de la puerta apoyado estaba aquel extraño chico. Un escalofrío recorrió su cuerpo completamente. Todos sus pelos se erizaron, una sensación gélida lo había inundado.
Bambam, desde la puerta, lo observaba todo. Había algo... Quizás debía llamar a Mark. Definitivamente, tras pensarlo unos segundos, decidió que eso sería lo correcto. Su hyung podía ver más allá del ojo humano. Veía destinos y veía quienes estaban unidos por la Luna. Él tenía esa ligera sospecha.
En realidad, no era una ligera sospecha: Jimin hablaba por las noches. Sólo le faltaba ver las reacciones para estar seguro. Todos los cabos se ataban finalmente. Sin embargo, no quería hablar demasiado sin haber confirmado nada antes. Aunque en realidad, incluso si llegase a descubrir que es real, que sus ideas son ciertas... No todo está como en los cuentos de hadas. Él lo sabía mejor que nadie.
Su pareja no le hacía caso. De hecho, su pareja tenía novio...
- ¿Bambam?
Los ojos azulados del chico se clavaron en Jimin, quien se encontraba frente a él.
- Estás llorando - susurró.
El de cabellos blancos se llevó la mano a la cara notando rápidamente la humedad en los cachetes. Suspiró mientras hacía un gesto con la mano. No se debían preocupar por él, al menos no deberían momentáneamente. Quizás en un futuro...
- ¿Qué haces aquí? - dijo la voz agua.
- Necesito hablar contigo.
- ¿No puedes hacerlo aquí? - preguntó; él no tenía nada que esconderle a su prometido.
O al menos eso era lo que él quería creer.
- Preferiblemente a solas.
Jimin miró a los dos chicos que se hallaban en la habitación, buscando desesperadamente la negación de alguno de ellos. Sólo bastaba con que alguno de los dos decidiese decirle que le necesitaba para algo. No obstante, no recibió ninguna desaprobación por parte de ellos. Taehyung incluso se encontraba saltando emocionado en la cama individual. El rubio era un romántico empedernido... El único problema es que Jimin no sabía cómo sentirse al respecto, ellos estaban prometidos. Estaría traicionando el acuerdo nupcial que sus padres habían hecho.
- Entonces, ¿nos vamos?
- Supongo - susurró.
Decidió que lo mejor sería no mirarlo. Sí, eso estaría bien. Si no lo miraba, se mantendría a salvo de cualquier pensamiento peligroso que cruzase su mente.
El suelo del pasillo parecía infinito hasta que finalmente llegaron a su destino. El vampiro se paró frente a una de las puertas y la abrió con su llave. El peligris no pudo hacer más que dar un par de pasos hacia atrás. Estar a solas en una habitación no parecía un gran plan.
- Creo que he cambiado de idea - dijo, logrando que los movimientos del vampiro cesasen.
- ¿Por qué? - preguntó de mala gana.
- Primero, casi me matas. Y ahora me quieres meter en tu cuarto a solas... ¿Cómo puedo estar seguro de que voy a salir con vida?
Yoongi empujó su lengua contra una de sus mejillas. Claro, el chico tenía que tener instinto de supervivencia... Maldijo internamente por su error inicial.
- Tendrás que averiguarlo por ti mismo - se encogió de hombros.
- Paso.
- Yo creo que no.
Antes de que el menor pudiese replicar. Yoongi ya había tomado su brazo y lo había introducido involuntariamente en la habitación. El peligris se sentía completamente fuera de lugar. La habitación del mayor era tremendamente oscura y especialmente fría. Hablando de la estructura y el espacio, no era demasiado diferente a la suya propia, pero la decoración le ponía los pelos de punta. Además, la inmensa cantidad de bolsas de sangre que había en las minineveras no ayudaban.
- Déjame ir - pidió.
- No puedo hacer eso.
Sintió la presencia del contrario pegaba a su espalda. La anticipación había hecho que sus músculos se tensasen. Estaba demasiado cerca como para que su cerebro funcionase con cordura... Aquello nunca le había pasado.
- ¿De qué querías hablar?
- De ti, de mí. Es mejor que nos vayamos conociendo, ¿no crees?
Uno de los pálidos dedos del vampiro se había deslizado por la columna vertebral de Jimin, trazándola con delicadeza. Sintiendo cada una de las reacciones que el menor tenía. Dejó su mano en la parte baja de la espalda contraria, demasiado cerca de la zona más protegida del tritón.
Había normas y creencias en todas partes, bajo el agua no era diferente. Y aunque algunos habían decidido ir contra ellas y ser más liberales; Jimin pertenecía a una familia muy creyente. Allí la reproducción es casi más similar a la de los peces, a no ser que salgan fuera del agua. Entonces serían nueve meses en el mundo exterior antes de poder volver. No obstante, eso lograba que muchas personas no pudiesen tener hijos.
Bajo el mar las cosas funcionaban de otra manera. Mujeres podían tener hijos entre ellas. Hombres podían tener hijos entre ellos. Pero ninguno cargaba el bebé en su vientre... La madre de Jimin, junto con su padre, habían decidido dar a luz de la forma natural, subiendo a la superficie y viviendo un embarazo.
Su familia creía que las relaciones sexuales eran algo así como un milagro, algo muy especial. Por ello, Jimin nunca había sido de aquellos que se habían escapado a la superficie a "casas de amor". Él había cuidado su flor, tal y como su madre le enseñó. A fin de cuentas, Jimin debía esperar por el príncipe Taehyung, su prometido. Igual que el rubio esperaba por él.
Aún así, el peligris no podía apartar esa mano de su cuerpo. Había algo dentro de él que se lo impedía. Algo que luchaba contra sus propias creencias. Algo que gritaba que aquello estaba bien.
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Dangerous Attraction --YoonMin-- [Beautiful Creatures I]
FantasyNorthewen es una institución alejada de todos los pueblos de Corea del Sur, perdida en el centro de la nada, rodeada por una inmensidad de árboles que la oculta de la vista de los curiosos. Allí hay bellas criaturas, dañinas y temibles, pero bellas...