Parte 10.

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Una molesta luz había despertado primero al mayor de las dos personas que se encontraban en aquella pequeña cama. El joven de cabellos oscuros miró con adoración a la figura que yacía a su lado. Sus labios carnosos estaban levemente separados, su rostro desprendía un sentimiento de paz que hubiese echado cualquier preocupación que le abatiese, su pelo se encontraba completamente revuelto... Era precioso. Desde hacía dos semanas, Jimin y él eran inseparables. Su unión había sido lo mejor que ambos habían experimentado en la vida... Aunque, probablemente, lo más difícil de todo sería decirle a los padres del joven tritón; estos esperaban tanto de su hijo.

Además, habían comenzado a vivir juntos. Habían pedido el cambio de habitación por acoplamiento y ahora no había quien los sacase de allí una vez que terminaba el tiempo de convivencia con otros seres. Nadie podía culparlos, habían estado separados por tanto tiempo que ahora sólo querían estar juntos.

- Yoonie, deja de mirarme - susurró con la voz levemente ronca.

- No puedo - le dijo mientras se acercaba a él -. Mis ojos nunca pueden separase de ti.

Una leve risita fue la respuesta que obtuvo del bello durmiente. Yoongi, siendo un vampiro, no necesitaba dormir. Sin embargo, le encantaba hacerlo. Es decir, el placer de abstraerse del mundo por tanto tiempo... Increíble. Por su parte, Jimin era un ser de agua y, de vez en cuando, se sentía demasiado cansado en la Tierra. Aunque no le gustase demasiado, Park debía volver de vez en cuando a su forma sobrenatural.

- ¿Quieres ir hoy a la piscina? Te ves cansado - le dijo mientras le acariciaba con la nariz.

- ¡Para! No me dejas dormir - la voz chillona de Jimin había vuelto, junto con varias risas.

- No quiero que sigas durmiendo.

- Pero yo sí quiero. Yoongi, malo.

El vampiro se echó a reír. Acababa de ser reñido por su pececito por haber extendido de imprevisto sus colmillos.

- Eres adorable.

- No - su voz sonó ahogada ya que había hundido su cara en la almohada.

- Tu nariz debe de estar sufriendo.

Jimin, cansado, terminó por tirarse encima de su novio, quien se hizo el inmovilizado. En tierra, el vampiro superaba por mucho la fuerza del peligris. Sobre todo cuando este llevaba bastante tiempo ya sin reunirse con su elemento natural.

- Jiminie...

Un sonido gutural fue la única respuesta que obtuvo.

- No puedo respirar - fingió una voz angustiada -. Pesas mucho.

Ofendido, el tritón se levantó, apoyando cada rodilla al lado de una de las caderas contrarias, sentándose sobre la barriga contraria. El peligris sabía que tenía una muy buena figura, una que además su novio amaba. Jimin sabía leer a la perfección las caricias de su novio, y los apretones que solía dar a su culo. No era difícil conocer que el contrario estaba completamente satisfecho con su condición física.

- Te vas a enterar. Ahora sí que no vas a poder respirar.

Así comenzaron las cosquillas por parte del tritón al vampiro, quien no dejaba de reír. No sólo por el constante maltrato hacia su cuerpo, sino también porque su pequeño muchacho creía que podía intimidarlo o algo por el estilo. Para Min, su pececito era la cosa más perfecta y tierna del mundo; nada podría romper esa imagen que él se había encargado de hacer.

Unos golpes a su puerta hicieron que ambos parasen por completo sus actos. Intercambiaron miradas dubitativas hasta que Jimin decidió levantarse y atender a la puerta.

Dangerous Attraction --YoonMin-- [Beautiful Creatures I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora