Oda A Mi Otra Yo

37 1 0
                                    

Las lágrimas perlaban tus pestañas
por un dolor sin origen.

Un dolor sin salida, pero también sin principio.

Las cosas se acumulaban, te pesaban como si arrastraras una cifra incontable de cadenas.

El dolor inmenso, sin procedencia hacía mella en tu comportamiento.

Un toque, una palabra, una mirada...

Te enfadas, primero con los demás, luego contigo misma...

Y es que eras la única culpable.

Entonces volvían las ganas de llorar, de liberarte, de soltarlo todo hasta que no quedará nada.

Tan solo un vacío.

No sentimientos.
No dolor.
No traición.

Regar tus mejillas cada noche en la oscuridad
donde nadie era testigo de la profunda tristeza en la que te hundías.

Quizás perdías el control cuando estabas sola.

Quizás lo mantenías cuando aquellos varios ojos te escrutaban.

Quizás no eres quien creen, sino quien les haces creer.

Quizás no te conocen, y tú has dejado se saber quién eres...

Y entonces volverá a empezar.

El mismo ciclo. La misma rutina.

Y cuando acabe te prometas que no se repetirá. Que serás fuerte.

Pero la tormenta siempre vuelve, envuelta en recuerdos, remordimientos, soledad, fantasmas, demonios...

Seres que, sin propósito de quererlo, nos hieren menos. Nos ayudan más.

Pero no te engañes, nadie es digno.

Si lo saben que sea por error.

Que de tu boca no salga ni un suspiro, ni una pista del terror...

Afligida, temblante, fría... La costumbre de que quedarte contigo misma.


*POEMAS* ESPAÑOL | GALEGO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora