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 Lunes.

 Sueño. Ojeras. Examen.

 Que buena manera de empezar la semana, pensó con ironía sentándose en su banco; uno de la primera fila. Estar cerca del pizarrón siempre le era útil para ver con facilidad lo escrito. También, no se distraía con los idiotas de sus compañeros tirando cosas en el fondo del salón.

Sacó su libro de matemática y los cinco esenciales para su primera clase: lápiz, goma de borrar, lapicera azul, lapicera de color y corrector.

—¡Louis! —llamó alguien detrás suyo. Giró fastidiado al notar quién era. Ese día no estaba de humor. Las pocas horas de sueño le hacían doler la cabeza.

—¿Qué? —preguntó levantando una ceja. Seguramente le pediría su tarea. ¿Acaso la gente no entendía que su esfuerzo y tiempo no valían un simple "por favor"?

—¿Qué clase tenemos ahora?

—Matemática, Niall. Ya estamos a mitad de año, ¿en serio tan difícil es memorizar los horarios? —bromeó sonriéndole a su amigo. Tampoco lo trataría mal si no era su culpa.

 Niall era una de las pocas personas que soportaba de aquel grupo de adolescentes casi graduados. Claro que también era su mejor amigo. No tenían mucho en común: uno era el mejor de la clase, el otro apenas aprobaba. El castaño no se caracterizaba por relacionarse fácilmente con los demás. Niall era el payaso del grupo, les agradaba a todos. Responsabilidad y diversión juntas. Era difícil imaginárselos juntos, pero lo cierto es que se conocían desde pequeños y no podían entenderse mejor. Al final del día, solo eran jóvenes que hablaban de cualquier tontería y se reían de lo que el otro hacía.

—Créeme, no tengo tiem... —Fue interrumpido por la voz del profesor.

—Buen día —saludó el adulto entrando al aula—. Como ya saben, hoy tenemos el segundo examen de los cuatro que habrán en el trimestre. Saquen una hoja y copien lo del pizarrón —Tomó una tiza luego de dejar su maletín en su escritorio y giró a la pizarra—. Ah... —Volvió su vista a los alumnos—. Recuerden. Al que habla, lo echo del aula. No me hagan perder el tiempo.

 Louis sonrió al escucharle. Sus clases eran las mejores porque sabía cómo controlarlos. Además, apreciaba el esfuerzo que el alumno hacía. Comenzó a escribir en una hoja blanca que había arrancado "examen de Matemática", junto a la fecha y su nombre completo. Prosiguió con las consignas mientras formaba una mueca. Había unos ejercicios que no entendía, debería pensar mucho. Además, no podía preguntar. Cualquier duda en un examen del señor Robert debía ser guardada para uno mismo o eras alumno muerto. Se limitó a seguir copiando.

Segundos más tarde escuchó la puerta ser tocada. No levantó la vista aunque sabía que todos los demás sí. Prefería no perder tiempo, mas sí que miró hacia la puerta cuando escuchó pasos que se dirigían al interior del aula.

—Hola, uhm... —susurró un chico joven yendo hacia el profesor.

 Louis era gay, algo sabido por todos sus compañeros. Para su suerte no lo molestaban, aunque nunca faltaban los típicos comentarios homófobos a sus espaldas proveniente del grupo de chicos que se creían lo suficientemente geniales como para hablar de los demás (los llamados "no pensantes" por el ojiazul). Nunca se había fijado en alguien del aula, eran todos muy... Comunes. No feos, tampoco raros. Solo no llamaban su atención.

 Hubo una excepción con aquellas piernas que lucían tan delicadas en los ajustados pantalones que las rodeaban. Ese detalle obligó Tomlinson a subir su vista hacia el rostro ajeno, y vaya que había sido mejor aún. Los diamantes verdes que miraban atenta y hasta extrañamente a los demás captaron su atención de inmediato. Esa nariz que se curvaba de manera perfecta, casi como si se tratase de una escultura creada con toda la sutileza posible. Ni hablar de los labios que enmarcaban aquella sonrisa que debía ser mejor aún cuando era más traviesa. Tenían un aspecto fino, suave. Sutil.

—¡Hola! Tú debes ser Harry Styles, ¿cierto? —El muchacho asintió tímidamente—. Bienvenido, alumno. Yo soy Robert, el profesor de Matemática. También suelo ser el mayor enemigo de estos individuos —bromeó y tomó al chico del brazo para hacer que viera a sus nuevos compañeros.

—Parece que está exhibiendo un pedazo de carne fresca... —susurró Niall inclinándose hacia él.

Louis reprimió una risa, claramente su amigo lo decía no solo con la intención de que le diera gracia. Lo conocía en demasía.

—Chicos, este es Harry —repitió—, su nuevo compañero. Por favor, no lo asusten —bromeó nuevamente—. He oído excelentes cosas de él, como por ejemplo que tiene unas calificaciones excepcionales. ¡Primero en su clase!

—¡Cuidado, que viene el fin del mundo! ¡Tomlinson al fin tiene competencia! —gritó Niall robando varias risas de los jóvenes. Styles se limitó a reír con él, no parecía importarle.

Una mueca se formó en el rostro de Louis. Bajó su vista y continuó con su examen. De todas maneras no era tan lindo.

El chico nuevo fue guiado por el mayor unos bancos más atrás de él en la fila siguiente. Pese a que ambos hablaban bajo, todo el curso podía escuchar lo que decían.

—Hoy tenían examen de un tema que expliqué hace unas semanas, no espero que lo entiendas tan rápidamente. Sé que cuesta adaptarse, no hay problema si no puedes hacer... —fue interrumpido.

—No hay problema, profesor —Carraspeó—. Mi anterior colegio manejaba más o menos el mismo programa. Estoy seguro de que por lo menos podré aprobar.

—Bueno... No suelo permitir preguntas en los exámenes, pero por ser el primer tuyo, haré una excepción en tu caso. No guardes tus dudas, y si no te sientes seguro no hay problema en suspenderlo por hoy.

 Tomlinson carcajeó irónicamente. Si a él le costaba, no se imaginaba cómo podría tener perfecto el examen su nuevo compañero. Con suerte tendría un ocho, pobre.

Grades before you || larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora