Otro día de trabajo, mucha lectura, llamadas, nuevos trabajos asignados. El agente Vega llamó para preguntar si tengo alguna información nueva y le hablé sobre el hermano de Juan José que trabaja en el servicio postal. Es un dato primordial, es claro que él es quién pasa la droga por el correo. El sentimiento que tengo al contarle esto es extraño, sé que estoy haciendo lo correcto, amo mi trabajo, quiero cumplir mi misión, pero es tan encantador que me dolería entregarlo. Él no significa nada para mí, no aún y tampoco sé si lo hará, pero me causa nuevas sensaciones y quisiera disfrutarlas. Oírlo hablar con tanta pasión sobre su trabajo, sus planes, me hace querer escucharlo por horas, no me aburre y eso es increíble.
No he parado de pensarlo ni un minuto en el día. Deseo escribirle o llamarlo, pero no quiero dar ningún paso. Ya sé que me desea, en aquel beso lo pude sentir, pero por primera vez no quiero ser yo quien dé el paso. Tengo que poner a Emilia al tanto se todo lo que ha pasado.
Hace siglos no hablaba tanto por teléfono, detesto eso, pero no hay forma de cortarle a una mejor amiga. Me siento liberada, centrada, hablar con ella me ayuda mucho.
"Hermosa, buenas noches" — recibo el mensaje de texto de Juan José, me tiembla hasta el centro del estómago.
"Hola guapo, igual para ti. ¿Qué tal tu día?"
"No tan bueno como el de ayer. Te soy sincero, he pensado mucho en ti. No quiero que pienses que vengo con palabrerías, pero te le metes en la mente a cualquiera"
"Causas el mismo efecto" —me voy a morir de emoción, que cosas dice este hombre.
"Quiero invitarte a algo diferente este fin de semana. Déjame saber si estas disponible, pero necesito que me regales dos días."
"Creo que puedo sacrificarme 😅. Sería un placer"
"Definitivamente, te paso a recoger el viernes a las 7:00 PM, envíame la localización de tu apartamento. Que descanses... Ansioso por verte"
"Perfecto, te veo el viernes... Más que a ansiosa"
Madre del verbo, ¿qué rayos acaba de pasar? Voy a pasar unos días con él, es obvio que pasará algo, al fin. Ahora sí que no dormiré y al parecer hay otras cosas más que no dormirán. Solo imaginar que me toca, me excita, me emociona, me vuelve loca la cabeza. No puedo aguantar, necesito hacer algo ya.
Mi cama y yo, que soy mi mejor amante. Pongo una música suave de fondo y me dejo llevar por la imaginación, tentando al futuro, creando expectativas que espero sean sobre pasadas. Mi sexo totalmente húmedo y el cosquilleo que me recorre todo el cuerpo, mis manos masajeando el clítoris en ritmo perfecto, primero suave, como una caricia, el movimiento subiendo de intensidad mientras imagino su boca en la mía y sus manos recorriéndome. Introduzco un dedo dentro de mí y otro, la sensación va subiendo y solo puedo pensar en cómo me verían esos ojos estando él sobre mí. Estoy llegando a la cima de excitación y digo su nombre, cada letra me quema la garganta. Juan José.
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En boca abierta...
RomanceSoy Amelia Guerra. Tengo 25 años, soy una periodista exitosa. Guardo un secreto, uno que me encanta, que me llena, que me hace sentir plena y en ocasiones me hace querer desaparecer. Soy adicta al sexo, no lo decidí yo, lo decidió la vida que me cre...