V

1K 56 45
                                    

Camila POV

-Tres...-conté con la voz entrecortada.

Demonios. Me está excitando.

El simple dolor en mi trasero ardía en todo el cuerpo, y el sonido del azote comenzaba a fascinarme. Debía maldecir en mil idiomas por experimentar ese placer.

Su mano azotó firme una vez más y cerré los ojos, presioné los labios y me sujeté al banco.

-Cua..tro-dije bajo y ella me dió inmediatamente otro azote, más fuerte, recordándome que debía contar alto para que me escuchara.

El deseo de ser suya me estaba intimidando y me aferré con más fuerza al banco hasta que mis nudillos se remarcaron.

Su mano golpeó mi trasero y ahogué un grito que parecía más a un gemido en mi garganta. El calor ya se había encendido en cada parte de mi cuerpo y un cosquilleo entre mis piernas se hizo más constante.

"Cinco" conté firme.

Ella acarició la parte en donde me había azotado, y con sólo el tacto me bastó para reducir mis agarre, liberando la tensión en las piernas.

"¿Te gusta?".

Respiró profundo y asentí.

"Sólo termina conmigo".

"Voy a disfrutar el último golpe" sentí su cuerpo cerca del mío y abrí los ojos para intentar mirarla, pero ella sujetó mis caderas como si estuviera acomodando mi trasero para darme como ella quería.

Sus dedos recorrieron mi piel desnuda, realmente estaba disfrutando el tacto que dejaba en mi cuerpo, y escuché mi nombre entre sus labios antes de sentir el último azote.

Maldita sea.

Mi trasero estaba ardiendo, tenía la sensación del golpe repitiéndose, así que dejé descansar mi cuerpo en el banco, tenía que recuperarme.

Sus manos me sujetaron de la cintura y sentí como sus labios hábiles comenzaron a recorrer la línea de mi espalda.

"No deberías permitirme hacerte esto".

Su lengua repasó mi piel y presionó mi cuerpo con el suyo. Me burlé de mí misma con una risa por querer que continuara con la brusquedad de sus caricias.

"Si vas a terminar conmigo que sea en la cama" pedí.

"No debiste decir eso".

"No debes provocarme, Dua" intenté levantarme pero ella no lo permitió, inmediatamente me obligó a girar sobre mi propio cuerpo y quedé frente a ella.

Sólo llevaba la camisa entreabierta y ver su piel a través de la tela me dejaba sin aliento.

Sus manos abrieron mis piernas y pidió que la obedeciera.

"Cierra los ojos".

Y así lo hice, con una sonrisa que se convirtió en una presión para terminar por morderme los labios.

Sus besos continuaron lentamente alrededor de mi ombligo y subieron por el abdomen, como si fuera una perfecta tortura. Me removí por debajo de su cuerpo para provocarla más.

Tiene una maravillosa lengua que sabe utilizar.

Su boca se encerró en mis endurecidos pezones y sus manos se presionaron contra las mías, arrancándome un gemido.

"Hazlo para mí... Camila...dime cuánto lo disfrutas..."

La miré desde abajo. No podía negar lo que me hacía sentir.

INTO IT • duamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora