Dua POV
Mis labios atacaron los de Camila mientras que mis dedos continuaron recorriendo su centro, entrando y saliendo más rápido y profundo.
Gimió contra mi boca y detuve el movimiento de mis dedos. Ella no había terminado, estaba iniciando.
"¿Qué crees que haces?" cuestionó sobre mi boca, mordisqueando levemente mis labios. Me estaba provocando.
"Continúa...hazlo a tu ritmo".
Mis manos sujetaron su cadera y la balanceé un poco hacia adelante para que su intimidad quedara cerca de la mía.
La camioneta continuaba avanzando, con la escena de nosotras cubierta por los cristales oscuros en el interior.
Bajé mis dedos para acariciar su sexo húmedo y ella empujó ligeramente hacia adelante para ser penetrada.
Su agarre se aferró en mis hombros.
"Necesitaba esto".
"Dua...no te detengas..." su voz se entrecortaba con la agitada respiración. Sus pezones ya estaban rasgando contra mi pecho y sonreí cuando ella se movió en mis dedos.
La fricción de su intimidad estaba mojada y sus suspiros de placer chocaron contra mis oidos, tocando su punto más sensible.
"Camila, me enloqueces".
Ella cerró con más fuerza sus ojos y yo sólo admiré el momento en el que abrió la boca para pronunciar mi nombre en el orgasmo, sus mejillas estaban rosadas y los movimientos rápidos de sus caderas fueron disminuyendo.
Su pecho subía y bajaba contra el mío. Y abrió los ojos para encontrarse con los míos.
"Esto es sólo el inicio de nuestra noche".
Uní mis labios a los de ella mientras sentía cómo se acomodaba de regreso en el asiento.
"Me alimentaría de lo que llevas entre las piernas pero ya estamos cerca del lugar que te prometí..."
Llevé mi dedo a la boca mientras ella me observaba.
El sabor de Camila en mi boca me recordaba los planes que tenía en mi mente para nosotras.
"El vestido es negro y te vas a sentir incómoda con..." miré hacia sus piernas por donde terminaba de acomodarse el vestido. Demasiado excitante.
Esto me sucede por estar mucho tiempo fuera de casa.
Me acerqué a la parte delantera de la camioneta donde el chofer continuaba conduciendo.
"Robert".
"¿Si, señorita?".
"Antes de que lleguemos estaciónate en la lateral, debo encargarme de algo...y por favor, sube el volumen de esa canción".
"Como usted diga" el hombre continuó el camino, mientras aumentaba el volumen de West Coast y regresé al asiento trasero junto a Camila.
"¿Sigues húmeda?".
Ella sonrió y asintió.
"Más de lo que crees".
"Fui la culpable del mar entre tus piernas así que debo ocuparme de eso".
Me arrodillé frente a ella, sosteniéndome en el asiento y bajé de nuevo sus diminutas bragas. Las retiré de sus piernas y ella me miró sorprendida.
"¿Qué haces?".
Mis dedos se dirigieron a su entrada para revisarla, aún se encontraba un poco lubricada pero mi boca se encargaría.
