13 ✚Final real✚

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Dani se puso las zapatillas, corrió a coger las llaves del auto y con la misma velocidad se subió a él. Sus lágrimas no le permitían ver bien la carretera y sus movimientos eran torpes, aun así llego sin problemas.

-B-Buenas, ¿Carlos García? -Preguntó a la recepcionista a penas llegó al mostrador. Limpiaba sus lágrimas con las mangas de su sweater, se sentía nervioso y ansioso, sus piernas temblaban, como si en cualquier momento fuera a caerse.

-Habitación 124 -Respondió con voz apagada, monótona. Dani agradeció y hecho a correr por el pasillo -¡No se pueden correr por los pasillos!

Ignoró la voz que venía de la señora que le había recibido, en ese momento no había nada más que ocupase su mente que su hermano. Corrió por el pasillo esquivando a todos los doctores/as que caminaban por allí, con la misma velocidad subió las escaleras, comenzando a ralentizar el paso al mismo tiempo que el número de las habitaciones ascendía.

Finalmente, se detuvo frente a la habitación 124. Tomó el picaporte, un cúmulo de emociones se arremolinaban en su interior, quería llorar, se sentía ansioso y nervioso. Giró la perilla y empujó el metal en dirección contraria. Allí estaba, el peliblanco sentado en la silla, mirando hacía la ventana donde entraban los rayos solares, tenía puesto únicamente la bata del hospital y se veía bastante desmejorado. Al oír el crujir de la puerta, desvió la mirada y la dirigió a la nueva persona que ahora había allí. Sonrió débilmente y se paro para recibirle. Si ahora les preguntaras, ambos coincidirían en el momento tenso que estaban viviendo, por un lado querían gritarse todo y por el otro querían simular que todo seguía como antes, pero, para bien o para mal, ya era demasiado tarde para eso.

-¡Eres un gilipollas, un idiota, un insensible! -Comenzó a reprocharle Dani, acercándose a él con pasos agigantados, Carlos le miraba confundido, él seguía insultándole mientras comenzaba a golpearle el pecho suavemente con ambas manos, sus ojos comenzaron a cristalizarse -¿¡A quién mierda se le ocurre declararse en un mensaje de voz, diciendo que es probable que muera!? ¿¡No pensante en como me sentiría!? ¡Me tenías muy preocupado, joder! ¿¡Qué haría yo si no estuvieras conmigo!?

Con ese último reclamo, el mayor rompió a llorar, agachando la cabeza mientras sus golpes se suavizaron hasta que sus manos simplemente se apoyaron en el pecho contrario, Carlos le envolvió en sus brazos de manera fuerte, brindándole ese contacto que ambos necesitaban.

-Casi choco viniendo... Estaba muy preocupado -Confesó, simplemente dejándose abrazar por su hermano, volviendo a aspirar su suave aroma, logrando tranquilizarse un poco.

-Lo siento mucho... Por todo, no era mi intención hacerte sentir así, debí haberte dicho antes pero si era algo grave no quería verte deprimido los últimos días antes de ingresar... Pensé que, tal vez, al confesarme te olvidarías de mi con más facilidad.

-¿Olvidarte? ¿Me estas jodiendo? -Preguntó desconcertado logrando la misma mirada de parte de su hermano, separo sus cabezas, quedando de frente -También me gustas, me gustas desde hace mucho.

El tiempo se detuvo, o al menos eso sintieron ellos, sus ojos se conectaron como si al mirarse todo al rededor formara parte de un segundo plano, estaban muy cerca, sus respiraciones se mezclaban. Dani sentía que su corazón se saldría de su pecho, al fin eso estaba sucediendo. Por fin llegó el momento esperado, Carlos unió sus labios rompiendo toda esa distancia que les separaba y le separo durante tanto tiempo.

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-Entonces... ¿Desde cuándo te gusto? -Preguntó Carlos mientras acariciaba la mano contraria.

-Desde un poco antes de irnos de casa -Confesó Dani rascando su nuca, nervioso. El peliblanco ahora estaba recostado en la camilla, junto con su hermano a su lado -¿Cómo te sientes?

-Cansado... Quiero dormir pero siento que ya lo hice demasiado -El menor se puso de costado, abrazando por la cintura a su hermano y escondiendo su cabeza en el cuello ajeno.

-Nunca se duerme demasiado, si quieres descansar deberías hacerlo, yo estaré  aquí para cuando despiertes -Aseguró dándole confianza, volteando él también, haciendo que queden de frente.

Dani sentía como su corazón martillaba, si no supiera que era imposible hubiera asegurado que se saldría de su pecho. Miraba con atención a su hermano, sus ojos cerrados, parecía que estaba en paz y eso le tranquilizaba, paseo su vista por todos los detalles del rostro contrario y suspiro, se sentía tan bien al estar con él. Acerco un poco su rostro y besó su mejilla, seguidamente su nariz y por último sus labios.

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-Al fin en casa -Exclamó con alegría mientras Dani cerraba la puerta detrás suyo. Estiró sus brazos con emoción, como recibiendo el aire de su hogar, el que compartía con esa persona especial, Dani rió detrás suyo y le abrazó por la espalda, plantando un suave beso en su nuca. Habían estado un largo período en el hospital por la recuperación del menor y a pesar de que todavía no se sentía completamente bien, lo dejaron ir a casa, con la condición de volver de vez en cuando para chequear que todo iba bien.

-Tengo sueño, vayamos a dormir -Suspiró Dani en su cuello y rompió el contacto, se desperezo y bostezo, había manejado desde el hospital hacía su casa y realmente se sentía exhausto. Carlos le miró ilusionado y asintió sonriente, parecía un niño pequeño.

Hicieron su rutina de noche y se fueron cada uno para su cama.

Carlos se sentía frío, solitario, había pasado todo su período en el hospital durmiendo con su hermano y ahora realmente quería ir con él. Se paró, dudoso, fue hasta la puerta y frenó, ¿Y si era inoportuno? Volvió a su cama pero allí tampoco se sentía a gusto, sabía que solo lo estaría con su hermano, volvió a pararse y volvió a frenar en la puerta. Repitió esto unas tres veces más hasta que finalmente se decidió y abrió su puerta, encontrándose con Dani en esta, a punto de tocar y con la misma indecisión en el rostro que, probablemente, él también tendría.

Ambos se sonrieron y sintieron como el calor subía a sus mejillas por la vergüenza. Dani fue el que inició el beso esta vez, hasta que terminaron los dos juntos en la cama, simplemente acostados dándose caricias. El mayor levantó la camiseta contraria para plantar un beso en la cicatriz de su hermano por la cirugía, se separó y le sonrió.

-Te amo -Soltó Carlos, seguidamente se percató de lo que dijo y se sonrojo completamente, tapando su rostro con ambas manos. Dani sonrió, subió hasta quedar de frente y sacó sus manos de su rostro.

-Yo también te amo -Confesó. Besó su nariz y sonrió, sonrisa que rápidamente fue correspondida.


⇢Fin⇠



Dark Tri8choDonde viven las historias. Descúbrelo ahora