Al día siguiente nos levantamos para crear un desastre en la cocina al intentar preparar un desayuno que concluyó siendo una guerra de besos y comida.
Una ducha tan relajante y excitante al estar a su lado experimentando cosas que nunca pensé que podrían ser posibles.
Llegamos a la casa de la amiga de Luna donde se había quedado a dormir, como siempre que íbamos de fiesta, ella estaba en el suelo de un dormitorio llorando desconsoladamente, mi corazón se rompió un poco al ver a mi única mejor amiga en ese estado, lo primero que pude reaccionar fue en abrazarla mientras lloraba sosteniéndose a mi como si fuera su única salvación, Matt estaba preguntándole a todas sus amigas que había ocurrido, ellas solo bajaban la mirada y se quedaban calladas, se podía notar en sus ojos el dolor pero a ellas no les correspondía decir algo.
Ayudé a Luna a ponerse de pie con ayuda de Matt, nos sentamos en un sillón para que ella se recostara en mis piernas mientras yo acariciaba su cabello como solía hacerlo cuando llegaba muy ebria de una fiesta y no recordaba lo sucedido.
Matt estaba a mi lado abrazándome, depositando pequeños besos en mis mejillas dándome la fuerza para poder ayudar a mi amiga.
-Luna, ¿Qué ha sucedido? –le pregunté seriamente, sólo de ese modo ella no evadiría la conversación.
-Mis papás van a odiarme –me respondió entre lágrimas.
-Sabes que no, Santiago y Ana siempre son muy comprensivos –le dije mientras pensaba en todas las mentiras que teníamos que decirles, aunque probablemente ya supieran la verdad.
-Maia... estoy embarazada –me respondió cubriendo su rostro entre sus manos.
Sentí como si me hubieran tirado un bote de agua helada encima, pero sabía que sus papás no la dejarían a un lado a pesar de sus errores.
-Luna yo... –comencé a decir, pero me interrumpió de manera brusca.
- ¡Es que eso no es lo peor, Maia!
-¿Qué puede ser peor? –le pregunté en todo neutro.
-Que ni siquiera sé de quién es el bebé...
Me quedé en completo shock, estas eran palabras mayores.
Estaba consolando a mi mejor amiga, debía apoyarla, el bebé no tenía la culpa de sus malas decisiones en las fiestas, el problema iba a ser contárselo a sus padres, justamente estábamos caminando hacia la entrada de la casa de Luna, Matt nos había dejado y se había ido a su trabajo.
Sus padres al vernos llegar salieron a recibirnos, pero al ver nuestras caras se dieron cuenta de que algo estaba muy mal.
- ¿Qué sucedió, princesas? –nos preguntó Santiago abrazándonos y llevándonos en dirección a la sala.
Ana se sentó delante de nosotras y Santiago inmediatamente se sentó a su lado; Luna y yo cruzamos miradas, ella rompió en llanto y yo la abracé fuerte, sus padres nos observaban impacientemente esperando una respuesta.
-Yo... –Luna no podía dejar de llorar.
-Mi amor, ¿Qué sucede? Sabes que puedes confiar en nosotros –Ana la tomó de las manos mostrándole su total apoyo.
-Estoy embarazada.
Un silencio sepulcral inundó la estancia, Luna lloraba, Ana lloraba aferrándose a Santiago, él lloraba silenciosamente, mientras yo sólo bajaba la mirada, no podía evitar sentirme culpable por acompañarla a todas esas fiestas.
-¿Quién es el padre? –le preguntó Santiago seriamente resistiéndose el impulso de romper a llorar nuevamente.
-No lo sé...
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Robbers © #NightAwards2k19
Short StoryDecisiones. Todos debemos tomar decisiones en la vida, aunque no muchos tenemos la oportunidad de decidir. Muchas veces nuestra vida toma un rumbo distinto al que queremos. No es nuestra culpa. Simplemente llegan las personas equivocadas en el momen...