Capítulo 11

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- ¿Luna? -estaba desconcertada, pensé que nunca la volvería a ver, así que traté de abrazarla lo más que pude, su pancita de embarazo evitaba que me acercara más.

- ¡Amiga! -me correspondió el abrazo.

-Entra, no te quedes fuera –seguía bastante nerviosa por estas personas que nos amenazaban, si nos estaban vigilando en este momento, también tendrían a Luna en la vista para hacernos daño.

-Gracias, me están matando los pies –se sentó en nuestro sillón– ¿te vas de viaje?

-Me voy un tiempo de viaje, pero no sé si regresemos... –dejé todo al aire, lo más probable es que nunca volvería a verla, pero esta última vez que la vería, tenía que recordar a mi mejor amiga como una de las pocas personas que me ayudaron en mis peores momentos. La extrañaría demasiado.

- ¿Sigues con Matt? –me preguntó emocionada.

-Sí, nuestra relación está en su mejor punto, hemos tenido altas y bajas, pero podemos resolver todo, también hacemos este viaje para aclarar todo y comenzar a sentar cabeza –le sonreí feliz por lo que deparaba el futuro para nosotros.

-Me alegro bastante –Luna tenía lágrimas en sus ojos– lamento lo que pasó hace 7 meses en mi casa, no sabes lo arrepentidos que están mis padres por lo que te hicieron, trataron de contactarte por cualquier medio, inclusive fueron a tu casa a buscarte, pero está abandonada...

-Dejé de vivir en esa casa, el mismo día que sucedieron los problemas, vine a vivir con Matt desde entonces, ¿Cuánto tienes de embarazo?

-8 meses –respondió feliz tocando su barriguita con cariño– ¿Por qué eres rubia? ¿Qué te ha pasado?

Su preocupación era notoria, tenía meses sin verla, pero siempre sería mi mejor amiga y sabía cuándo yo estaba mal.

-Me alegro tanto por tu bebé –le dije con lágrimas en los ojos– necesitaba un cambio, pero me excedí un poco con las fiestas, juro que ya lo he dejado, llevo unas horas sobria así que es un gran comienzo, estoy cambiando, estamos cambiando, mejoraremos en todo.

-Maia... –Luna rompió en llanto, nos abrazamos y bajó mi mano en dirección a su vientre– siente.

En mi mano derecha sentía como algo me tocaba, estaba un poco asustada, pero era parte de conocer lo que era en sí un embarazo.

-Es... precioso –le dije entre lágrimas.

-Lo sé, algún día sentirás lo mismo, es una experiencia inolvidable, espero que Matt y tu tengan bebés, es algo único, verás que tu vida tiene sentido después de esto, ahora tengo alguien a quién cuidar, a quién amar. Ya no soy la misma dehace 8 meses, desde que me enteré que estaba embarazada todo cambio, mi vidacambio, mis padres me apoyan desde entonces porque no es fácil ser madresoltera, nunca supe quién es él padre de esta hermosa criatura, pero ¿sabes? Esono me importa porque yo puedo salir adelante con mis propios medios, ahorita meencuentro estudiando en la Universidad, ha sido difícil por el embarazo, peroestoy cumpliendo nuestro sueño, estoy estudiando medicina, justo como lohabíamos planeado, lamento que tú no hayas terminado la preparatoria, pero siquieres mis papás estarán gustosos de abrirte de nuevo los brazos, aunque ahoraserá para siempre, te juro queestán muy arrepentidos por lo que te hicieron y no paran de buscarte por todoslados.

Estaba bastante conmovida, lloramos un rato abrazadas mientras tocaba su vientre, por diversas razonesdecliné su oferta para continuar con mi sueño, ahorita yo era un peligro. Luna se fue y yo sabía que sería la última vez que la vería, lloré bastante.

Los amigos de Matt llegaron y nos subimos a la camioneta mientras subían las maletas, me despedí de lo que era nuestra casa.

Pude comprender que un hogar no es la casa donde vives, sino que es lo que compartes con otra persona, ese amor que quedará en nuestros recuerdos para toda la vida.

Cruzamos toda la ciudad para llegar por Martín Carrera, Matt nunca dejó de abrazarme o de sostener mi mano, como dije al principio, éramos nuestro sostén de esta horrible realidad.

Llegamos a unos departamentos retirados, algo perfecto tomando en cuenta que había personas acechándonos. Sus amigos dejaron las maletas en el departamento y se fueron.

Pasamos dos semanas encerrados ahí para que no pudieran localizarnos, había suficiente comida en la alacena, tiré las drogas por el inodoro y vacié la botella de tequila en el lavabo, estábamos desintoxicándonos  de todos los excesos que habíamos tenido.

Fueron las mejores semanas de mi vida, hicimos el amor innumerables veces por toda la casa, todo era tan delicado, despertábamos uno al lado del otro, pasábamos las horas hablando sobre que nos gustaría hacer, podríamos hacer viajes y regresar a estudiar lo que quisiéramos, Matt había prometido apoyarme para que pudiera estudiar medicina, al fin y al cabo, mi sueño iba a realizarse de algún modo, él me contó que dejaría todo esto después de la última misión pendiente, viajaríamos con el dinero obtenido, nos mudaríamos a otro estado, compraríamos una casa, nos casaremos, tendremos bebés, seríamos una familia que con dificultades pudieron salir adelante.

Estando sobrios, todo era perfecto, hicimos un juramento para no volver a tomar o consumir drogas, ya no lo necesitábamos, estábamos cansados de ese ambiente que nos había convertido en monstruos, ambos cometimos errores, tuvimos infidelidades porque nos desviamos de lo importante, tocamos fondo, pero estábamos en proceso de recuperación.

Porque sí, nos habíamos contado todo, Matt me había hablado de las chicas con las que se acostó, pero que nunca significaron nada para él porque yo siempre iba a ser su prioridad, yo le conté acerca de lo que tuve con Nick, ese amorío que le di a entender que había sido insignificante, pero la realidad es que muy en el fondo, aún lo extrañaba demasiado.

Inclusive nuestras heridas estaban sanando muy rápido, dejamos de hacernos daño físicamente, nuestra enfermedad no nos dejaba ver la realidad y eso tenía que cambiar en algún momento.

El viernes, después de esas dos semanas me encontraba acostada desnuda entre las sábanas de nuestra cama, Matt se encontraba preparando el desayuno, mientras yo solo veía que mi cabello estaba creciendo de las raíces para dejar ver mi cabello natural, algo que ya no tendría que cambiar, también mi vestimenta había vuelto a la realidad, había una maleta repleta de mi roja vieja, pero que extrañaba bastante desde que la había perdido.

Matt llegó con el desayuno que tomamos en medio de risas, besos y caricias.

De repente, todo se tornó serio, Matt estaba muy nervioso y yo no sabía qué hacer porque en poco tiempo sería la hora de comenzar con la misión.

-Maia... te he lastimado bastante en estos meses, me dejé llevar por mi enfermedad con las drogas y el alcohol, he prometido dejarlo desde hace dos semanas y lo cumpliré toda la vida, no quiero volver a ser esa persona de antes, no me deja dormir el odio que siento hacia mí mismo por haberte hecho daño, soy mayor que tú y debería haber actuado con esa madurez, pero yo no conocía un mundo sano hasta que entraste a mi vida, había crecido con esa enfermedad que no sabía controlar. Tú me has hecho ver otra realidad de la vida, cuando te conocí en aquella fiesta, tan inocente no podía creer que existieran chicas como tú, había conocido personas que no valían la pena, eran desechables. Tú merecías ser amada y pude darte eso al principio de nuestra relación, ahora espero seguir haciéndolo, quiero ser esa persona que te amará incondicionalmente a pesar de las altas y bajas que tendremos en un futuro, quiero despertar a tu lado cada mañana desde diferentes perspectivas porque te he prometido que después de esa misión viajaremos por el mundo, no tendremos límites para ir a dónde tú quieras. Haremos de ahora en adelante todo lo que tú quieras, cumpliremos tu sueño de que seas doctora así yo tenga que conseguir un trabajo y trabajar doble o triple turno con tal de ver una sonrisa en tu cara por cumplir tus sueños. No hay nada más importante para mí que tu felicidad, lo he comprendido, cuando vi que estabas ahogándote fue un golpe en mi pecho porque no puedo perderte, te amo con toda mi vida, te amé desde hace meses y te amaré por toda la vida que nos queda por delante. Haré sacrificios para que tú puedes llevar la vida que no pudiste porque creciste en un infierno, y yo te llevé a otro, pero saldremos juntos de esto, porque si estamos juntos nada podrá ir mal. Maia, ¿te casarías conmigo?

Me tapé mi cara con mis manos, estaba llorando por sus palabras, los cambios que ha hecho se vieron reflejados en este momento, salté sobre él aceptando su propuesta. Se vendría lo mejor para nuestro futuro, puedo asegurarlo porque por fin tenemos una oportunidad de salir de estos infiernos, como Matt dijo, juntos, porque si estamos juntos todo podrá funcionar.


Robbers © #NightAwards2k19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora