Capítulo 9

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Todo había cambiado desde entonces, las fiestas dejaron de ser casi todos los días, esas tardes que no había fiestas nos íbamos lejos allá por la carretera en zonas donde estuviera desolado, ahí Matt me enseñaba como usar diferentes tipos de armas, era necesario tener los conocimientos porque necesitábamos dinero para comprar ropa, maquillajes, comida, el alcohol y las drogas, son cosas indispensables sin las cuales ahora no podemos vivir.

Nuestra relación se había fortalecido cuando empezamos con las misiones, solo había una misión por semana, pero no en días específicos, los demás días Matt se iba con sus amigos en las mañanas para planear las estrategias de las misiones.

Por lo que, cuando Matt no se encontraba en casa, Nick seguía viniendo, a escondidas por el patio trasero ya que en la casa de enfrente vivía una chica bastante chismosa que siempre le decía todo a Matt, como si su trabajo fuera estar cuidándome todo el día y bueno, algunas reuniones a las que iba Matt eran justo enfrente, en la casa donde vivía la metiche.

¡Qué gran adrenalina sentíamos Nick y yo! En especial cuando en las mañanas estábamos en la recámara de arriba haciendo el amor, nuestros cuerpos se fundían en una especie de calor que desbordaba pasión por nuestros poros, era algo incomparable sentir estas sensaciones, su toque era delicado sobre mi piel, besaba mis heridas pensando que con ello desaparecerían, la forma en que me veía demostraba lo que yo sentía por él. Probablemente Nick era mi alma gemela, estábamos hechos el uno para el otro, pero sabíamos que nuestra relación, más bien, nuestro amorío no podía durar para siempre.

Nick tenía sus secretos, una cosa era decirme cosas bonitas y otra que me contara acerca de su vida, al principio pensaba que era porque estábamos teniendo una relación en secreto, pero comprendí que, en este mundo, nadie debe revelar información personal, esa es nuestra gran debilidad.

Aunque debo decir que me encontraba indecisa, Nick me había propuesto fugarnos de este modo: en el momento en que yo aceptara, él sacaría documentos falsos, ambos teníamos bastante dinero ahorrado por lo que huiríamos de país en país para que nadie nunca pudiera encontrarnos, era una maravillosa idea, pero yo no podía dejar a Matt.

Amaba a Nick, pero no podía dejar de lado lo que sentía por Matt, son sentimientos diferentes, con Nick puedo sentir el amor, el cariño, la tranquilidad, la adrenalina... pero con Matt siento la pasión, el peligro, el miedo, la necesidad...

Es algo complicado, pero no puedo dejar a ninguno.  Aunque tenía miedo de que Matt se enterara delo que estábamos haciendo.

De hecho, un día estuvo a punto de descubrirnos, ese día había llegado Matt antes de lo normal, en lo mientras Nick y yo estábamos acurrucados en la habitación de arriba después de haber hecho el amor unas cuantas veces, de repente escuché.

-¡Nena he llegado! –Matt había cerrado la puerta de entrada.

Nick y yo nos vimos a los ojos, comenzamos a vestirnos muy rápido, salió por la ventana que por fortuna daba al patio trasero, y me quedé en ropa interior cuando Matt entró en la habitación.

Me observó de arriba a abajo, yo tenía el cabello enredado y las mejillas enrojecidas.

-Veo que alguien estaba dándose placer -me dijo Matt con una sonrisa de lado, no sabía que decir así que debía llevarle la corriente.

-Te estaba esperando –le dije nerviosa, no podía enterarse de lo que había estado haciendo.

-Bueno, aquí estoy para complacer a mi chica –me contestó acercándose a mí para acostarme en la cama, comenzó a meter sus dedos en mi interior– así se debe hacer, solo yo puedo darte placer, no puedes tocare sin mi permiso, nadie puede tocarte, solo yo.

No podía decirle nada porque metía sus dedos en mi interior con bastante rudeza, me estaba lastimando, lágrimas bajaban por mis mejillas al mismo tiempo que Matt aumentaba su tortura.

-¡Dilo! ¡Dilo de una maldita vez, Maia! –Matt estaba furioso, descargaba su ira contra mi cuerpo, veía que sus dedos tenían sangre, mi sangre porque estaba lastimándome. No sabía el motivo de su molestia, pero teníatanto miedo de que se hubiera enterado que haría lo que fuera para que secalmara.

-Yo... –no podía pronunciar palabra alguna por el dolor.

En ese momento, Matt me volteó para que estuviera boca abajo en la cama, arrancó mis pequeñas bragas y comenzó a penetrarme por detrás, era aún peor que lo estaba haciendo antes, pero él no se conformaba con eso, con una mano estaba tapando mi boca para ahogar mis gritos y con la otra me sujetaba del cabello corto hacía atrás. Sus embestidas eran dolorosas, me ardía bastante.

- ¡Qué lo digas! –me gritó aumentando el ritmo, estaba sintiendo un desgarramiento interno.

- ¡Soy tuya, sólo tuya! –le pude gritar entre mi dolor, pero esa fue mi salvación porque simplemente me soltó y se fue de la habitación azotando la puerta, yo me encontraba llorando y sangrando de mi parte íntima y de un lugar que pensé que nunca sería utilizado con esa finalidad.

Nunca supe que Nick se encontraba afuera de la casa escuchando mis gritos de dolor, él lloraba por no poder salvarme del maldito infierno al que me había sometido, así que desde ese momento nunca volví a verlo, eso creó una gran herida en mi corazón.

Todas las mañanas que estaba sola me quedaba esperando a Nick, pero él nunca volvió, me estaba carcomiendo el no haber aceptado huir con él cuando tuve la oportunidad. Las cosas en casa se habían vuelto a poner pesadas. 

Las tardes volvieron a ser de fiestas, volví a tomar en exceso y a drogarme como si no hubiera un mañana, Matt ahora se encerraba en nuestra habitación con chicas rubias para tener sexo, desde aquel día no volvió a tocarme.

Pero tampoco podía acercarme a un chico porque uno de los amigos de Matt se había encargado de doblegarme para no hablarle a nadie, así que solo era un fantasma entre las fiestas, nadie notaba mi presencia, aunque estuviera desaliñada la mayor parte del tiempo.

Ya no tenía claro que hacer con mi vida.

Todo era un descontrol total, así que subí al baño de arriba, primero saqué a la pareja que estaba teniendo sexo ahí, después llené la bañera, aspiré una línea en el lavabo y me metí en la bañera para relajarme.

Pensaba en la vida que había planeado antes de esto, estaba terminando mi carrera con las mejores calificaciones de la clase, recibiendo mi título al lado de Ana, Santiago, Luna y su bebé que para entonces ya sería una niña o niño de primaria, me veía trabajando en un hospital atendiendo las heridas de los pacientes del mismo modo en que yo me curaba las mías, encontraría al esposo perfecto que me amara incondicionalmente, tendríamos hijos que amaríamos sin duda alguna, compraríamos una casa hermosa para poder criarlos, viajaríamos en familia por el mundo, envejeceríamos juntos, pero nunca dejaríamos de amarnos.

Todo un cuento de hadas que jamás sucedería.

En algún punto comencé a imaginarme lo anterior al lado de Nick, sé que sería el mejor esposo y padre que alguien pudiera tener, él era ese chico perfecto con sentimientos tan puros, me daba cuenta que lo amaba lo suficiente, pero él ya no estaba aquí...

Él único que estaba a pesar de todo era Matt, pero con él no podía imaginarme ese futuro, lo amaba demasiado, no había duda de eso, el problema es que la vida a su lado consistía en esto. Alcohol, fiestas, drogas, sexo salvaje, mujeres entrando en su vida, misiones, armas, sangre por todos lados, él no cambiaría por mí, aunque lo hubiera dicho miles de veces en el pasado, había algo que nos tenía encadenados a esto, era de por vida vivir de este modo.

Solo me sumergí en la bañera para olvidar los errores de mi vida.


Robbers © #NightAwards2k19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora