Capítulo 8

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El tiempo pasaba, cada vez había más gente peligrosa, todos consumiendo diferentes tipos de drogas, la variedad era impresionante, aunque muchas veces lo consumían solo por curiosidad hasta que un día tu cuerpo la necesitaba todo el tiempo, al igual que con el alcohol, era algo indispensable, no podía recordar que día era o cuantos meses habían pasado desde aquel incidente en la casa de Luna...

No lo sé, mi memoria era un asco, las horas pasaban y podía solo estar acostada en el sillón lo bastante ebria para no darme cuenta de lo que sucedía a mi alrededor, Matt se iba mucho tiempo... o bueno eso se suponía, para mí el tiempo era algo relativo, no sabía lo que sucedía, en un momento era de día y en otro de noche.

Mientras Matt no estaba en casa, Nick venía a hacerme compañía de vez en cuando, podía pensar que solo era por el sexo, pero había algo más entre nosotros, una especie de conexión que no pude sentir con Matt en todo este tiempo, Nick me hacía sentir especial, me hacía sentir ebria de amor por él...

Nick fue una especie de primer amor, algo diferente, un amor que podía ser pasajero, pero lo necesitabas en grandes cantidades cuando lo tenías cerca.

...

-Levántate y date una ducha –Matt me empujó un poco para que despertara -tenemos cosas que hacer así que apúrate.

Estaba muy atontada así que sólo sentí un jalón y de repente ya estaba bajo el chorro de agua fría, me estaba congelando, pero después de tanto tiempo estaba consciente en un cien por ciento, mi ropa era un asco, yo era un asco.

Al salir me vi en el espejo, estaba irreconocible, me había consumido por completo, estaba totalmente pálida, todas mis facciones delineadas de forma esquelética, unas ojeras para espantarse, traté de arreglarme lo mejor que pude con maquillaje, pero a veces no podía hacer muchos milagros, no cuando el alcohol y las drogas entran en tu vida.

Me encontré en la cama con unos jeans negros ajustados y una blusa del mismo color, ropa muy decente o más bien, ropa que solía usar en el pasado, mis viejos converse negros estaban sobre el piso, no dude en usarlos con tanto cariño. Me puse de pie frente al espejo.

¿Qué diablos me había pasado?

Esta no era yo.

No creía volver a ser yo otra vez.

...

Matt entró en la habitación dándome un vistazo rápido, me tomó del brazo para salir de la casa en dirección a una camioneta negra que nos esperaba afuera.

Llevábamos buen tramo recorrido, ninguno de los dos decía nada, solo escuchaba los murmullos de las otras personas, pero no les presté atención, no me importaba nada lo que dijeran.

A mi lado Matt comenzó a revolverse en su asiento en busca de algo, me pasó algo envuelto en una tela sucia, lo tomé para revisar que era, al desenvolverlo me encontré con un arma, mis ojos verdes se abrieron por la sorpresa, lo volteé a ver asustada.

-Es hora de que entres en mi mundo –me dijo Matt tranquilamente colocando sus brazos atrás de su cabeza muy despreocupado.

- ¿Qué rayos voy a hacer con esto? –le pregunté con la voz temblorosa, no sólo mi voz estaba así, sentía un frío recorrer todo mi cuerpo haciéndome temblar como nunca, diversos recuerdos comenzaron a llenar mi cabeza, mis papás, ambos muertos por mi culpa, por mis asquerosas manos.

-Bueno tenemos una misión importante, pensé que después de lo que le habías hecho a tu padre... podrías hacer cualquier cosa, así que entraremos en una fábrica, solo apunta a las personas y haz que se reúnan en un sitio, sino lo hacen, la tomas con ambas manos, los brazos estirados, apuntas y jalas el gatillo.

-Lo dices como si fuera muy fácil –sentía sobre mí una oscuridad al recordar lo que había sucedido con aquella navaja que derramó sangre sobre mí.

-Lo es, no tengas miedo, estaré a tu lado –me dijo Matt dándome una caricia en mi mejilla antes de darme un beso. Nunca había sentido tanta culpabilidad como lo que le estaba haciendo a Matt a sus espaldas.

...

La acción comenzó cuando la camioneta se paró, todos salimos demasiado rápido, me di cuenta que eran tres camionetas negras las que estaban aquí, dos personas abrieron la puerta de la fábrica con fuerza para poder entrar, las personas dentro abrieron los ojos por la sorpresa, comenzaron a correr, nosotros íbamos detrás de ellos, unos compañeros se fueron a otro lado, nosotros acorralábamos a los trabajadores contra una pared, apuntándolos con armas, se escuchaban disparos en otra zona, pero mi mente estaba en estas personas que me miraban con odio... justo como mi papá lo hacía.

Me insultaban, un tipo se acercó demasiado a mi haciéndome retroceder para chocar con una pared, ahora él me tenía acorralada, sin pensarlo levanté el arma apuntándolo en la cabeza.

- ¿Crees que me intimidas, niñita? Pero si estás más asustada que un cachorrito, no puedes hacerme nada, no tienes el valor, pero podría divertirme un rato contigo... –decía ese asqueroso hombre con toda la intención de poner sus manos sobre mi cuerpo.

Apunté con los brazos tensionados por la ira y jalé el gatillo, escuché el golpe de su cuerpo al caer, la sangre comenzaba a ensuciar el piso.

Mi mirada se encontró con la de Matt, me regaló una sonrisa de lado, así que supe que estaba haciendo las cosas bien.

Sólo quería volver a hacerlo, disparaba con gran adrenalina hasta que Matt me quitó el arma de las manos para darme una maleta llena de dinero, todos llevábamos maletas llenas de dinero y otras de sustancias que aún no conocía bien.

Salimos corriendo para entrar a las camionetas, a lo lejos se oían las sirenas de la policía, aceleramos e íbamos por una carretera hacia un destino incierto.

Bajé la ventana y el aire golpeaba mi cara relajándome, Matt a mi lado me abrazaba como nunca, no podía apartar las manos de mi cuerpo como si fuera una novedad para él.

Paramos en una gasolinera en medio de la nada, no había coches en ningún lado, presentía que ya había estado aquí, pero no recordaba en que momento...

Bajamos de los coches, íbamos camino a una tienda que estaba sola, pero Matt tomó mi mano desviándose a otro lado, a unos cuantos metros de nosotros había unos baños, sin pensarlo me llevó hasta ahí cerrando la puerta con seguro tras de nosotros.

-Hiciste todo tan bien, no sabes lo excitado que me pone pensar en ti sosteniendo con seguridad esa arma –me sentó en el lavabo y comenzó a darme besos en el cuello aumentando mi temperatura corporal.

Se colocó entre mis piernas, nos besábamos hambrientos el uno del otro, sólo lo necesitaba a él para ser feliz, necesitaba que me viera con admiración como lo estaba haciendo en este momento, necesitaba que me tocara para poder sentirme con vida, lo necesitaba para poder respirar, lo necesitaba más que a mi propia vida...


Robbers © #NightAwards2k19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora