Capítulo 1

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¿En qué momento decidí arruinar mi vida de esta manera?

Espera.

Mi vida ya estaba arruinada desde un principio...

Desde que era pequeña veía como todas las niñas se divertían jugando en los parques con sus lindos vestidos, tomadas de la mano de sus amorosos padres, se reían y hacían amigas entre ellas mientras que yo pasaba junto al parque con mi ropa vieja y sucia que había dejado de quedarme desde tiempo atrás, siempre salía con unos cuantos pesos que mi mamá me daba para comprar un poco de comida en el camino en lo que iba pidiendo dinero a las personas.

No había crecido en una familia de millonarios, mi papá no tenía un trabajo estable, simplemente trabajaba en cualquier trabajo informal que le saliera al momento.

Mi mamá se supone que debería estar en casa haciendo el aseo o cocinando, pero siempre salía detrás de mi papá para cuidarlo, ella sabía que él la engañaba, por eso pensaba que tenía que seguirlo a todos lados.

Crecí sola, tuve que aprender a mantener la casa en orden puesto que parecía que vivíamos en un basurero, era una casa muy pequeña por lo cual no era tanto trabajo, pero siempre que llegaban mis padres todo el ambiente era tenso.

Comenzaban a discutir y los golpes no tardaban en llegar, ella trataba de cubrir los golpes con maquillaje, pero no solo ella era la afectada...

Con el paso del tiempo comencé a ir a una escuela pública porque mi papá en ese momento tenía un contacto que  lo ayudó, me esforzaba en tener las mejores calificaciones y aprender más de la cuenta.

Era bastante inteligente.

Ahí conocí a la chica que se iba a convertir en mi mejor amiga para toda la vida, mi querida amiga Luna.

Desde que nos conocimos conectamos inmediatamente, ella nunca me juzgo por cómo me veía, al contrario, ella platicó con sus padres acerca de mi situación y ellos me aceptaban en su casa después de la escuela.

Entonces, todos los días después de la escuela iba a su casa, me daban de comer, me compraban ropa, me ayudaban con mi tarea, me daban todo lo necesario, eran como los padres que no pude tener.

En las noches me llevaban en auto a mi casa, siempre me avergonzaba de ello puesto que me ponía a comparar su gran casa con la mía bastante humilde, al llegar estaba sola un rato antes de que mis papás llegarán a romper la perfecta armonía que yo creaba en ese pequeño hogar.

Pasaban los años, en mi casa nada cambiaba, sólo los golpes iban en aumento y en las noches mi papá se salía furioso, yo encontraba a mi mamá tirada en el piso con más moretones cada día, tenía siempre una jeringa vacía en su mano derecha.

Comencé a comprender muchas cosas con el tiempo, odiaba mi vida cuando estaba en esa casa, me gustaba pensar que yo era la hermana de Luna, sus padres me trataban de ese modo porque no habían podido tener otro hijo puesto que el embarazo de Luna había sido de alto riesgo así que prefirieron no arriesgar la vida de Ana, la mamá de Luna.

Ellos comenzaron a preocuparse cuando llegaba a su casa con moretones después de haber pasado el fin de semana en mi casa donde todo estaba empeorando.

Mi mamá se la pasaba encerrada en su habitación, no salía para nada, mi papá llevaba mujeres con las que se acostaba en el sofá que se encontraba en nuestra sala, no le importaba que mamá estuviera en la habitación o que yo estuviera en el comedor cenando, él decía que primero eran sus necesidades.

Cuando yo no hacia los deberes del hogar o cuando mi papá no encontraba con quien descargar su ira porque mamá no dejaba que nadie entrara a la habitación, tomaba cualquier cosa que estuviera a su alcance y me golpeaba hasta que una de sus mujeres tocaba la puerta.

Los papás de Luna me habían regalado medicamentos, vendas, alcohol, todo ese tipo de cosas para que pudiera curarme, ellos me habían enseñado cómo hacerlo.

Todas las veces que iba a su casa me rogaban para que me quedara a vivir con ellos, pero yo los rechazaba, no podía dejar a mi mamá que estaba enferma y sabía que mi papá cometería cualquier locura si no me encontraba en casa. Era un infierno.

Lloraba todas las noches por no poder tener una vida normal, quería estudiar mucho, ser exitosa y poder salir adelante, claro que nunca olvidaría todo lo que tuve que pasar para lograrlo. Tenía grandes sueños que estaba dispuesta a cumplir.

Mi sueño era estudiar Medicina, ser la mejor doctora de la Ciudad de México, los papás de Luna apoyaban mi idea, ellos me ayudarían a lograrlo a como diera lugar, sabían que lo lograría porque era una chica muy centrada, amaba estudiar de todo, era una amante de los libros y cuando iba a la biblioteca de la escuela, tomaba los libros de anatomía para aprender poco a poco las partes del cuerpo.

En verdad tenía un gran futuro por delante, me veía formando una familia con un chico que me amara demasiado, poder darles a mis hijos lo que mis verdaderos padres no me habían podido brindar, todo iba a ser maravilloso. Pensaba crear un hogar como el que habían creado Santiago y Ana.

El comienzo de la secundaria fue complicado, pero logré adaptarme lo suficientemente rápido, gracias a Santiago y Ana, los papás de Luna, yo tenía una linda imagen, era bonita, lo sabía porque todos me lo decían, los chicos comenzaron a intentar llamar mi atención, pero yo no podía quitar mi concentración de los libros.

El gran problema comenzó cuando ambas entramos a la preparatoria...

Luna siempre ha sido muy alocada, tenía novio tras novio, y ahí estaba yo, siempre ayudándola con sus problemas amorosos, no podía culparla, ella era alta, rubia de ojos azules, parecía una modelo, todos lo sabían y por eso estaban tras ella buscando una oportunidad, Luna tenía gustos muy específicos con los chicos entonces se volvió una rompe corazones con la mayoría, pero cuando llegaban los chicos más guapos que podrías ver, ella no desaprovechaba la oportunidad para tener algo con ellos pero siempre terminaba con el corazón roto ya que a ellos les gustaba estar con ella y con 10 más.

Yo era pelinegra, bajita, delgada pero lo que resaltaba de mi eran mis ojos verdes como los de mi mamá antes de que estuvieran rojos todo el tiempo.

Siempre había envidiado su vida perfecta, pero sabía que en algún momento llegaría a mí el chico indicado, me estaba reservando para él en todos los sentidos, aunque con eso me ganará los comentarios de los demás chicos insultándome por no querer estar con ellos.

No me interesaban puesto que eran mis decisiones en las cuales ellos no podrían influir, yo tenía que estudiar intensamente para salir adelante y poder pagarles a Santiago y Ana todo lo que ellos me habían brindado.

Robbers © #NightAwards2k19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora