Día 6

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Día 6

El castaño caminaba con un semblante pensativo, sus clases habían sido algo duras ese día, cuestionandose mentalmente donde compraría materiales para una de sus clases termino llegando al pequeño parque que estaba en la calle frente al subterráneo.

Deteniendose un momento miro a ambos lados para cruzar la calle, sin embargo pronto su mirada se quedo detenida en la persona que, a varios metros de distancia, alimentaba a las palomas con bastante desanimo a parecer del castaño.

Caminando con una sonrisa hacía el rubio aprovecho el hecho de que este mantuviera la mirada agachada para pararse frente él.

Pronto la mirada azulina se levanto del suelo, devolviendole la sonrisa al castaño frente él.

No necesitaban más palabras de saludo que lo que sus miradas decían, con una sonrisa en los labios.

-¿llegaste a tiempo ayer?- el primero en decir algo había sido el mayor, con un toque de burla a lo que el de mirada chocolate había hecho un pequeño puchero, con los ojos entrecerrados.

-pensé que ya no te encontraría- murmuro viendo como el contrario, aventaba todas las migas de pan que le quedaban al suelo; llegando al instante una gran cantidad de palomas.

-tengo mucho tiempo libre sabes- con un suspiro cargado de pesadez miraba a las palomas; hace unos días le habían dicho que hacer eso era relajante, ahora comprobaba que no era mas que una vil mentira.

-¿te gusta mucho la zona?- aquella pregunta había hecho que la mirada azulina se posara de nuevo en él; tras formarse una sonrisa en el rostro del rubio, respondió

-no es que me guste demasiado, pero es lo que hay- encogiendose de hombros, vio como el castaño parecía pensar un poco las palabras que había dicho, como si quisiera descifrar algún mensaje oculto tras su respuesta.

-¿quieres compañia?- con una sonrisa algo tímida había fijado su mirada en la azulina,  no sabía muy bien que decir, después de todo quizas el mayor deseara estar solo.

-¿no saldrás corriendo esta vez?- con una gran sonrisa de burla acompañando sus palabras recibió por respuesta un puchero por parte del castaño quién se había cruzado de brazos.

-no, hoy no..- sentandose a lado del rubio en la banca, respondio aún con los brazos cruzados, aunque una sonrisa comenzaba a asomar de sus labios.

36 días para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora