Dia 17

445 52 21
                                    

Dia 17

Después de una ducha y asegurándose de tener tiempo suficiente veía al espejo de cuerpo completo la ropa que se llevaría ese día, miraba desde un ángulo y desde otro que le quedara bien, que no hubieran manchas, estaba algo inseguro; peinaba su cabello de una forma y luego de otra para al final optar por el peinado que siempre llevaba, respiro profundamente antes de ponerse los tenis y la sudadera; parandose de nuevo frente al espejo analizaba por milésima vez esa mañana su aspecto.

Una leve risa proveniente del marco de la puerta le hizo voltear, su tía lo veía con una sonrisa en los labios y los brazos cruzados.

-¿a dónde vas, Peter?- con una sonrisa divertida veía a su sobrino y la sorpresa que ahora tenía en su rostro; no recordaba que Peter se esforzara tanto en su apariencia, y verlo dando vueltas en su habitación por esa razón le daba mucha risa.

-te lo dije May, saldre con un amigo, iremos al cine- tomando su cartera dio un sonoro suspiro para intentar tranquilizar el acelerado pulso de su corazón. Nunca le había pasado algo como eso cuando salía con amigos.

Emocionarse de esa forma y al mismo tiempo estar tan nervioso, lo dejaba muy consternado. No tenía muy en claro lo que estaba pasandole.

-ah si, tu amigo misterioso ¿cuándo lo conocere?- una mirada entrecerrada de su tía junto a su sonrisa de "yo se que ahí hay algo" hizo que un tenue rubor cubriera sus mejillas. Avergonzado camino hasta la puerta de salida, una vez se hubo despedido de May.

-pronto- finalizó antes de salir de la casa, aun intentando normalizar los nervios de su ser.

Caminaba por la calle hasta el cine en el que habían quedado de verse, estaba muy nervioso, sentía sus manos temblar y a la vez una intensa emoción invadía su pecho; estaba feliz y al mismo tiempo sentía que el corazón se le iba a salir del pecho si sus latidos no se normalizaban.

Suspiro profundamente antes de levantar su mirada, a un par de metros el rubio esperaba recargado en la pared con su celular en las manos.

Sintió su corazón dar un vuelco mientras una enorme sonrisa invadía su rostro, ese hombre en verdad atraía las miradas, quería correr hacia él pero..¿eso no sería demasiado? Bajando la mirada y mordiendo levemente su labio inferior siguió caminando al mismo ritmo hasta llegar a lado del rubio, tomando una suave bocanada de aire levanto la mirada antes de hablarle con toda la normalidad que podía.

-Wade- pronto la mirada azulina había salido del celular entre sus manos para ver al castaño.

-Petey-pay pense que ya no vendrías- sin pensarlo demasiado había abrazado al castaño con singular alegría, mientras el menor correspondía aquel gesto intentando inútilmente que su corazón dejara de zumbarle en los oídos y la sangre dejara de acumularse en sus mejillas.

-pero solo han pasado 5 minutos de la hora- una vez separados, el menor había reído un poco ante la manera tan dramática en que había hablado el rubio

-los más largos de mi vida- aseguró pasando un brazo por sobre los hombros de Peter quien sin darse cuenta se acercó al rubio aun más.

Habían entrado al cine sin demasiado problema, de nuevo el poder de "convencimiento" del mayor había hecho que Peter no tuviera mayores problemas para entrar a ver la película a la sala.

Sangre y gritos de horror sobraban en aquella sala, el menor veía muy interesado aquella película, mientras que el rubio había volteado hacía Peter.

Viendolo fijamente, trazaba en su mente la imagen del castaño, su cabello alborotado y sus mejillas sonrosadas, las largas pestañas de sus ojos y como parecían haber sido rizadas, la curva de su nariz y el suave respirar de su pecho, pero toda su atención se había puesto en los rosados labios del castaño, tan delicados le hacían preguntarse cuan suaves serían.

Antes de darse cuenta ya tenía la interesada mirada chocolate sobre sí, diciendole algo sobre la película que él había dejado de ver hace varios minutos.

Sin escuchar realmente las palabras que salían de ese par de labios, acercó su mano a la mejilla del sorprendido castaño, con lentitud se había acercado al rostro del contrario, inconscientemente feliz de que este no se alejara en lo más minimo; solo un segundo mas y pudo comprobar lo suaves que eran los labios del castaño.

Había sido solo un roce leve, solo un suave contacto entre sus labios que el mayor no pudo evitar hacer mas fuerte. Necesitaba más del calor que le proporcionaba aquel contacto, pasando su mano a la nuca del castaño comenzo un movimiento más fuerte sonriendo internamemte al sentir como el menor le correspondía torpemente.

Entreabriendo sus labios había pedido permiso con su lengua al menor quien con una respiración agitada los había abierto dándole completo acceso al mayor para que hiciera lo que quisiera con su boca.

Laa manos del castaño sujetaban fuertemente la playera del rubio, mientras este profundizaba cada vez mas aquel humedo beso, jugando con la lengua del menor lograba sentir pequeños jadeos por parte de este que quedaban en el interior de sus bocas; entreabriendo sus ojos logró ver tenuamente gracias a la luz de la pantalla la fuerza con la que los ojos del castaño estaban cerrados, su cuerpo temblaba levemente y lograba sentir la respiración entrecortada del menor, cerrando los ojos de nuevo dejo que sus sentidos tomaran el control nuevamente

Pasando su otra mano a la espalda del castaño intentaba acercarlo más, sentirlo mas cerca, bajando sus manos hasta la cintura del menor en un suave y fuerte agarre, causando escalofrios en el menor, necesitan mas uno del otro, cada vez más, que habían perdido noción de donde se encontraban

Separandose un poco dada la falta de aire, juntaron sus frentes, apenas tomando el suficiente oxigeno antes de comenzar otro beso cargado de necesidad, el ambiente entre ellos comenzaba a tornarse demasiado acalorado, pero poco les importaba.

Pronto las luces se encendieron dando a conocer que la película había terminado. Sus rostros se separaron, el castaño mantenía un fuerte sonrojo en sus mejillas, sus labios levemente rojos y humedos, entre abiertos intentaban recuperar parte del oxígeno que había perdido, su mirada avergonzada veía hacia abajo, sin comprender del todo lo que acababa de suceder, su corazón latía a mil por hora y aun así se sentía en las nubes.

Por su parte el rubio veía al castaño completamente embelesado, sus manos en la cintura ajena y su mirada fija en el sonrojado rostro del menor, ahora estaba seguro. Ese pequeño se había clavado muy profundo en su corazón.

Tomando la mano del castaño salieron en conpleto silencio del cine, la luz de las lamparas alumbraban las, ahora, oscuras calles, habiendo caminado solo una calle y sin poder seguir así, el rubio encaro al menor, quien después de todo el rato por fin paso su vista chocolate a la mirada azulina, dando lugar a un rubor muy profundo en sus mejillas.

-Peter...- intentando hablar, el castaño frente él había bajado la mirada de nuevo sintiendo aún mas fuertes los latidos de su corazón, ahora entendía el porque de eso y no sabía como actuar, nunca antes había sentido algo así.

-y-yo...te-tengo que...- intentando huir hacía el subterráneo había sido sujetado aún más fuerte de la mano, el rubio no lo dejaría ir tan facilmente.

-¡no te vayas!...dime...que no soy solo yo el que...- sus palabras habían sido interrumpidas por las del menor, quien había cerrado los ojos con fuerza.

-¡no lo eres!....tú...creo que...me gustas- finalizo sintiendo como su corazón saltaba de alegría al decir por fin lo que este había estado intentando decirle todo el día.

El rubio le gustaba demasiado, mas de lo que alguna vez penso que fuera posible y no había manera de negarlo.

Abriendo los ojos con lentitud levanto la vista encontrándose con esa mirada azulina que mantenía un brillo en ella difícil de describir.

No hicieron falta mas palabras, cuando, con una sonrisa en el rostro, el rubio paso una de sus manos a la cintura del castaño, mientras con la otra tomaba la nuca de este, agachándose lentamente, tomo de nuevo aquellos labios entre los suyos; acercando sus cuerpos lo mas que podía, sintió como el castaño pasaba los brazos por sobre su cuello, profundizando aun mas aquel beso.

36 días para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora