parte 09. lo que no se perdió

1.5K 231 109
                                    

18 de Abril de 2011, 5:25 PM

Casa de Donghae

Es gracioso.

Por meses, había un punto en el cual realmente nunca paraba de llorar. En que, cada noche, después de un agotador día de estudio y pretender estar bien en la universidad, siempre terminaba encontrándose sujetando con fuerza el pequeño dije de monito mientras lloraba hasta quedarse dormido. Despertaría a las dos o tres de la mañana solo para continuar llorando mientras sostenía su teléfono y miraba fijamente el número de cierta persona, ansiando llamarlo, hablar con él, para simplemente oír su voz de nuevo. Porque sabía que era por su propio bien. Porque sabía que no había dejado a la persona más importante de su vida solo para regresar a ella arrastrándose. Porque sabía que ya no podía tener nada de eso. Porque estaba cansado de estar lastimado. Y era tiempo de avanzar.

Y por eso, lo hizo. Cambió su número, lo eliminó y a todos sus amigos de sus contactos, para que no estuvieran allí para tentarlo a llamar. Finalmente aceptó salir de noche con algunos amigos, regresando a casa ligeramente ebrio después de solo un vaso - teniendo absolutamente nada de tolerancia cuando se trataba de alcohol, pero era mejor que llorar. Pronto, aprendió a sonreír de nuevo sin fingirlo. Aprendió a reír genuinamente y se dio cuenta de que aún podía seguir con su vida incluso sin esa persona.

Aún dolía. Algunas veces, pensaba en él y sus dedos tocarían el dije reposando contra su pecho a través de la tela de su camiseta, y aún dolía. Pero el dolor estaba desvaneciéndose. Donghae estaba sanando. Ya no derramaba lágrimas y dejó de despertarse a impías horas de la noche.

Estaba mejor. Estaba bien.

Pero bien no era suficiente.

Solo tomó un incidente al casi perder la gargantilla, y las grandes lágrimas ya estaban allí de nuevo. Donghae se encontró llorando de nuevo por el pensamiento de que había perdido para siempre su obsequio más preciado de Hyukjae, solo para llorar con aún más fuerza en el momento en que la encontró completamente enredada debajo de su almohada. Y fue entonces cuando se dio cuenta de que irse y mantenerse alejado había sido inútil hasta ahora.

Mantuvo la gargantilla en una caja pequeña, la dejó en la esquina más lejana de un cajón, llenó ese cajón con cosas inútiles y lo mantuvo cerrado para no atreverse a tocar esa gargantilla de nuevo. Encontró un póster promoviendo el programa de intercambio estudiantil y Donghae pensó que aún había una oportunidad. Esta era su oportunidad para finalmente seguir adelante - de estar en un ambiente enteramente diferente, rodeado de personas completamente desconocidas, con absolutamente nada que le recordara a Hyukjae. Aplicó y pasó, y pronto se encontró en un avión, de camino a Australia, donde pasaría un año convirtiéndose en una mejor persona, deshaciéndose del dolor y las lágrimas que se hacían presente ante el solo pensamiento de su mejor amigo de la escuela secundaria.

Y fue genial. Como esperaba, estar en un lugar desconocido había sido suficiente para eliminar los pensamientos de los que quería deshacerse. Conoció a personas de diferentes culturas, habló con ellas con su inglés quebrado, y aún así fue recibido con amabilidad y calidez. Lo llevaron a lugares, le presentaron su cultura y manera de vida, le enseñaron cosas que nunca imaginó aprender. No tenía que estar asustado - aceptaron su sexualidad y le hicieron darse cuenta de que no estaba solo en ello, que no era algo malo.

Y por primera vez en mucho tiempo, Donghae estuvo realmente feliz.

Amaba estar allí - amaba la cultura, los lugares que exploró, las aventuras y experiencias, y los amigos que hizo. La única razón para llorar fue en el momento en que su único año terminó y ante el hecho de que los extrañaría mucho - aunque de todas formas se habían añadido en Facebook.

Stumbling Down A Windy RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora