parte 05. viéndote

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15 de Octubre de 2008, 8:47 AM

Escuela Secundaria Kyunggi

—¡Yah, Lee Donghae!

Hyukjae acelera a través del pasillo en el instante en que sus ojos encuentran esa familiar cabellera color marrón oscuro. Corre a través de la pequeña multitud de estudiantes dispersa en el pasillo, disculpándose rápidamente con aquellos con los que choca pero sin desacelerar nunca su ritmo.

—¡Donghae!

Dicho muchacho no gira para mirarlo y Hyukjae masculla un insulto por lo bajo, pensando que su mejor amigo o tiene sus auriculares puestos en sus oídos o solo está ignorándolo a propósito de nuevo como el imbécil que es. Hyukjae descubre que es lo último cuando choca contra la espalda de Donghae, causando que ambos tropiecen ligeramente en medio del pasillo mientras Donghae suelta un quejido de sorpresa, y Hyukjae descubre que no hay auriculares en los oídos del muchacho más bajo.

—¡Qué demonios, Hyukjae! —chilla Donghae, escapándose del fuerte agarre de Hyukjae alrededor de su cuello.

—¡Puedo decir lo mismo de tí! —le grita Hyukjae, implacable contra los forcejeos de Donghae por liberarse de sus brazos—. ¿Por qué demonios te fuiste de tu casa tan temprano? ¡Se supone que te recogería! ¡Fui allí para nada!

—Qué tengo, ¿doce? ¿Por qué necesitas recogerme? —replica Donghae—. No eres mi chaperón ni mi niñera ni nada.

Hyukjae frunce su ceño, un poco molesto de que Donghae casualmente le reste importancia a lo que considera como una tradición entre los dos - en la que, literalmente, se convierte en el esclavo de Donghae en su cumpleaños. Es de alguna forma un arreglo sobreentendido, pero técnicamente, Hyukjae hace cada maldita cosa que Donghae quiere en su cumpleaños - recogerlo, comprarle comida, limpiar sus desastres, darle su chaqueta si hace frío incluso si Hyukjae se congelará, llevar sus cosas, hacer su tarea (aunque para ser honestos, Hyukjae cree que algunas de esas cosas suceden incluso cuando no es el cumpleaños de Donghae, pero oh bueno). Han estado haciendo esto tanto tiempo como Hyukjae recuerda, desde cuando Donghae salió de su inocente fase de bebé y se convirtió en el malvado monstruo marino que es ahora.

Aunque no lo dice, a Hyukjae no le importa. Hasta está muy dispuesto a hacerlo, porque cree que es mucho más significativo que los regalos materiales. Seguro, aún dan obsequios al otro, como en Navidad, pero a Hyukjae le gusta cómo tienen algo que definitivamente, otros mejores amigos no tienen. Le gusta ser un poco especial con Donghae.

Su mente es sacada de golpe de sus pensamientos cuando el chico entre sus brazos pellizca irritadamente su brazo, y Hyukjae chilla del dolor antes de soltar a regañadientes a su mejor amigo.

—Joder, por Dios, Lee Donghae, siempre encuentras la manera de lastimarme —gimotea Hyukjae, haciendo un miserable puchero mientras frota el área adolorida, alcanzando su ritmo mientras caminan a través de los pasillos de su salón.

Donghae lo mira ferozmente desde la esquina de sus ojos antes de suspirar para sí mismo.

—Cállate, los esclavos no tienen permitido quejarse ni maldecir a sus dueños.

Y Hyukjae olvida el pellizcón y solo sonríe felizmente antes de enredar un brazo con el de Donghae porque joder sí no ha restado importancia a su tradición.

Es demasiado malo que Hyukjae no esté de frente a su mejor amigo, porque si lo estuviera, habría estado preguntando a Donghae por qué luce como si estuviera a punto de llorar.

—Aunque, honestamente —dice Hyukjae, con un gran bocado de arroz mientras los cuatro comen su almuerzo debajo de un árbol en los campos de la escuela, Kyuhyun y Sungmin discuten algo aburrido sobre ajedrez o algo así, y Hyukjae está completamente desinteresado en lo que sea que están hablando. Mira a Donghae que está sentado silenciosamente en frente de él, comiendo su propio almuerzo, antes de continuar—. ¿Por qué hoy te fuiste tan temprano a la escuela?

Stumbling Down A Windy RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora