Retos Fantásticos: Día 1

21 2 3
                                    

Un Deseo, Un Precio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un Deseo, Un Precio

Estefan se rió a carcajadas al encontrarse con una invocación demoniaca en la página web que estaba utilizando para su ensayo. Su profesor de religión, en un intento de innovación, se le había ocurrido que cada estudiante analizara un sistema de creencias distinto y a él le había tocado el satanismo. Sin embargo, el supuesto “hechizo” que mostraba la pantalla de su laptop parecía una estupidez en vez de una verdadera invocación… o por lo menos lo que él esperaba de un cántico de invocación.

Lo leyó en voz alta sólo por fastidiar, quizás si lograba conjurar un demonio sus estirados y come mierdas padres dejarían esa estúpida idea de que fuera cura. Sí como no, sueñas con lo imposible, hombre.

―En la oscura noche susurras en mi oído, acaricias mi piel y manipulas mis pasos. Tus ojos dominan y hechizan con tan sólo una mirada. Concedes un deseo a cambio de un pago. Escúchame, Señora de la Oscuridad, yo te convoco buscando tus servicios ―Esteban bufó, divertido y se echó para atrás en su silla―. ¿Y la gente se cree esta porquería?

Un segundo después, las luces de su habitación parpadearon y su computadora sufrió un corto circuito, apagándose de inmediato. El joven de cabello marrón maldijo entre dientes mientras miraba bajo la mesa al plug eléctrico a ver si éste también había sufrido daños con el bajón de luz. Por mala suerte sólo su computadora parecía haberse averiado.

―¿Qué hay ahí abajo?

Estefan intentó incorporarse en el momento que escuchó una voz femenina a su lado, pero sólo logró golpearse la cabeza con la mesa.

―¡Maldita sea! ―gritó mientras se paraba y volteaba a ver la dueña de aquella voz.

Una hermosa mujer de cabellos plateados e irises blancos veteados de dorado se hallaba a su lado con expresión de curiosidad en su delicado rostro.

―¿Quién rayos eres y como entraste aquí? ―preguntó el hombre con el corazón en la boca.

―Llamaste a mi madre, pero ella está ocupada en estos momentos así que me envió a mí en su lugar ―Sonrió tiernamente antes que sus dientes se tornaran afilados y dos sets de cuernos le crecieran en la cabeza cubierta de risos platinados―. ¿Qué deseas mortal?

Aún sin creer nada de lo que estaba viendo, Esteban respondió lo primero que vino a su mente.

―Que mis padres saquen de su cabeza la idea de que me convierta en sacerdote.

Los ojos de la diabla brillaron rojos por un segundo antes de asentir.

―Quiero la vista de tu ojo izquierdo.

―¿Por qué no? Todo esto debe ser un condenado sueño.

La mujer sólo le regaló una media sonrisa antes de evaporarse en el aire como si él hubiese alucinado aquel loco evento. El joven sacudió la cabeza y se pasó una mano por el cabello. La universidad me está aflojando algunos tornillos, mejor me iré a acostar.

A la mañana siguiente despertó sin poder ver nada por el ojo izquierdo y, al bajar desesperado y algo aturdido al primer piso de su casa, encontró a sus padres decapitados en el sofá frente al televisor.

Locuras en Blanco y Negro  [Retos, Locuras y Otros]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora