O3. | Inséparable

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— No se alejen de nosotras y permanezcan en donde podamos verlos ¿De acuerdo?

Alyna y Hugo asintieron para después correr hacia los juegos del "Jardin d'Acclimatation" Alya y yo nos sentamos en una de las bancas cercanas mientras que Emma contemplaba el móvil que colgaba de su carreola, era tan adorable cuando balbuceaba y estiraba sus manitas intentando alcanzar las figuritas giratorias.

— Entonces... ¿Cuánto tiempo tienen sin sexo? — Preguntó Alya con tono burlón, yo suspiré y apreté los labios a la vez que mentalmente me arrepentía por el comentario que se me había escapado el cual me delató.

— Hemos tenido "Acercamientos" pero... Intimidad como debe de ser... — Hice cuentas con mis dedos, la ultima vez que mi esposo y yo habíamos tenido intimidad fue cuando tenía 5 meses de embarazo de Emma, después de eso mis cambios de humor y la carga de trabajo en Gabriel's para Adrien, nos habían complicado el coincidir tanto en estado de ánimo como en horarios disponibles, después eso y de mi parto, había tenido ciertos acercamientos con Adrien, como el sexo oral de apenas dos semanas pero... Eso no cubría por completo la necesidad que ambos teníamos el uno del otro.

— Es un milagro que Adrien no haya explotado — Bromeo Alya, yo sonreí y me recargue contra el respaldo de la banca.

— ¿Y tu? ¿Cómo va lo tuyo con Nino? — Pregunté para cambiar la conversación hacia ella, mi amiga sonrío y se cruzó de piernas.

— Maravilloso, aún no entiendo como es que le tenía tanto miedo al matrimonio, al menos hasta ahora, todo ha sido tan perfecto...

— No sabes lo feliz que me haces al decirme eso. — Sonreí ampliamente, Alya me guiñó un ojo.

Repentinamente, alguien a mis espaldas me sujetó de los hombros, yo solté un pequeño grito, sin embargo, en cuanto sentí los labios de mi esposo besar dulcemente mi mejilla me relajé al instante, Adrien rió contra mi oído.

— ¿Te asusté?

Asentí un poco ruborizada, mi esposo rodeó la banca y se sentó entre mi amiga y yo obligándola a recorrerse.

— Hola Adrien, que gusto verte en una pieza — Saludó Alya , Adrien enarcó una ceja.

— ¿A que te refie...?

— N-nada, nada... ¿Qué tal te fue en la oficina? — Pregunté para cambiar de tema, mi esposo sonrió y pasó un brazo por encima de mis hombros, acariciandome con su pulgar.

— Eh... Todo bien, solo fueron 3 chicas por hoy y... ¿Dónde está Hugo?

Alya y yo dirigimos la mirada hacia el área de juegos, Alyna jugaba en el arenero, sin embargo, no lograba a ver a mi hijo por ningún lado, rápidamente me puse de pie y me dirigí hacia el área de juegos infantiles para buscar a mi pequeño, sin embargo, él tampoco estaba allí.

— Hugo se fue... Ammm... Ahí — Dijo Alyna mientras señalaba en dirección a los pasajes que dirigían hacia los alrededores de la zona en la que estábamos, corrí hacia uno de éstos y fue entonces cuando lo vi, platicando con una exuberante rubia quien lucía un entallado y provocativo vestido negro a juego con unas zapatillas altas.

— Papi dijo que no hable con estaños — Sentenció Hugo mientras retrocedía sobre sus pasos.

— ¡Hugo! ¡Ven acá! — Grité a la vez que me acercaba a donde ellos estaban, mi pequeño rápidamente se giró y corrió hacia mi, fue entonces cuando la rubia levantó el rostro y al instante nuestras miradas se encontraron, sentí como el alma se me iba del cuerpo al reconocerla... Esa odiosa chica que me hizo la vida imposible durante la preparatoria... Chloe.

LA VIE EN ROSE | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora