11 | Inquiet

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Luka dormía plácidamente en una de las bancas dentro de la celda, Vic rayaba algo en la pared con un palillo que encontró y yo... Pensaba en mi familia. Mis dos princesas estaban seguras, de eso no había duda, pero Hugo y Plagg estaban con Nino, no es que no confiara en él ni nada por el estilo, pero seguramente Marinette se molestaría sobre manera conmigo por haber dejado a nuestro hijo al cuidado de alguien más cuando la responsabilidad era mía.

Sin sexo por lo que resta del año... Eso es seguro.

Suspiré y fijé la vista al frente, un par de sujetos estaban sentados en el suelo al igual que nosotros, recargados justo contra la pared a sus espaldas, uno de ellos era realmente intimidante, grande, rudo, musculoso y el otro... Bueno, lucía muy normal, a pesar de la forma tan extraña en la que me observaba, en cuanto nuestras miradas se encontraron, él... Me mandó un jodido beso a la distancia.

No me jodas.

Rápidamente me giré hacia Víctor, quien seguía muy entretenido rayando el muro junto a él.

— ¿Qué haces? — Le pregunté en un suave susurro, Vic volteó a verme, señalándome con su índice las tres líneas que había dibujado en la pared de la celda.

— Marco las horas que llevamos aquí.

Rodé los ojos para luego bufar.

— Eres un dramático.

— Hey, en las películas siempre hacen eso — Se encogió de hombros — quería intentarlo.

Suspiré, apoyando mis antebrazos sobre mis rodillas mientras echaba la cabeza hacia atrás, apenas llevábamos 3 horas y... Marinette no se había aparecido por allí para pagar la maldita fianza... ¿Enserio me había dejado pasar la noche en una celda? Para hacer algo como eso solo significaba una cosa: Estaba tremendamente molesta.

¿Ahora cómo podré contentarla?

— No es por atemorizarte pero... Alguien no deja de verte —  Susurró Vic contra mi oído después de un rato, yo abrí los ojos y volví a echar un vistazo al frente, de nuevo, ese tipo afeminado, mirándome de esa forma tan jodidamente incómoda.

Carajo.

— Creo que le gustas.— Musitó mi amigo con tono burlón, yo agaché el rostro, evitando así mirar a mi acosador.

— Cállate Vic.

Mi amigo soltó una fuerte carcajada, recorriendose en el suelo para sentarse un poco más cerca de mí, después de eso, posó su antebrazo sobre mi hombro, lanzando un profundo suspiro.

— Si ese ratón... Plagg,hubiese venido contigo ¿Habrías destruido esto para liberarnos?

— Eso sería ilegal ¿No? — Suspiré — Y Plagg es un gatito.

Vic se encogió de hombros.

— Como sea, no estoy seguro de cómo sean las leyes para los súper héroes — Carraspeó — Aunque pudiste haberle dicho a tu papi que...

— ¡Ni hablar! — Lo interrumpí casi en un grito, llevándome ambas manos a la cabeza — Mi padre odia los escándalos y... Es mejor no hacer tanto alboroto con todo este maldito embrollo, además...

Suficiente tuvo con el escándalo de que su hijo era gay... 4 años atrás.

— Hey tú... Rubiales — Dijo uno de los hombres sentados frente a nosotros, para ser más específico, el grande, fortachón — ¿Porqué estás aquí?

¿Qué carajos?

— ¿Yo? — Pregunté señalandome a mi mismo con mi índice, el tipo asintió — Ehh... Bueno...

LA VIE EN ROSE | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora