O6 | Nouvelle menace.

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¿Cuándo fue la última vez que tuve semi desnuda a mi esposa sobre mi escritorio? No lo recordaba del todo, sin embargo, volver a tenerla así, completamente excitada en mi oficina para mi... Era una jodida delicia.

Marinette gemía conforme mis lamidas aumentaban, me encantaba la forma en como sus piernas temblaban ante el placer, me encantaba que me implorara lamer cada vez más su delicioso coño, me encantaba que fuera tan caliente y pervertida como yo.

— A-Adrien... N-Nos van a...

— Shh... Abre más tus hermosas piernas nena... Ábrelas para mi...

Marinette dejó caer la cabeza hacia atrás, apoyando sus manos contra el escritorio a la vez que obedecía mi petición, sus hermosos pechos saltando y meciéndose al ritmo de los movimientos de su cuerpo eran un espectáculo digno de admirar, pero su hermoso y encantador semblante cuando estaba así de excitada... No tenía comparación.

— ¿Ves lo que provocas... Por ser tan malditamente sexy?... — Pregunté mientras atrapaba uno de sus labios íntimos entre mis dientes y jugueteaba con mi lengua sobre él, Marinette no respondió, subió sus piernas sobre mis hombros y empujó su pelvis hacia mi, suplicando por más. Yo decidí complacer a mi preciosa esposa, deslizando mi lengua sobre su clítoris, rodeándolo y presionandolo a la vez que introducía un par de dedos en su coño, mi mujer se removía completamente excitada, manchando de sus pervertidos fluidos el vidrio templado debajo de ella.

— Adrien... V-Voy a...

— Oh no... Aún no tienes permitido correrte hermosa.

Me levanté, bajé el cierre de mi pantalón y saqué mi caliente y palpitante erección, noté como mi esposa se relamió los labios en cuanto bajó la mirada para verla, me la ponía tremendamente dura que hiciera eso...

— ¿Quieres comerla? — Pregunté mientras sujetaba mi verga desde la base y la sacudí de arriba a abajo ante su curiosa mirada, ella asintió, bajó de un salto del escritorio y me empujo hacia atrás, obligándome a sentarme en mi silla ejecutiva.

— Aún tenemos algo de tiempo — Susurró antes sujetar mi miembro con su mano y después de escurrir un poco de saliva sobre mi glande, comenzó a lamerlo, recorriendolo con lentas y largas lamidas, desde la punta hasta la base y visceversa.

— M-mierda... Se siente tan bien...

— Shh... Disfruta mi amor...

No hacía falta que lo dijera, eché mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos entregándome plenamente al placer que su pequeña y caliente lengua me brindaba,  en cuanto sentí como atrapó una gran parte de mi verga dentro de su boca, lancé un sonoro jadeo, Marinette se había vuelto jodidamente hábil con la boca con el paso del tiempo y cada vez que la chupaba provocaba que mi cuerpo se tensara por completo.

— Mmnh…  Me encanta como jadeas…  

— Sigue chupando…

— ¿Cómo se dice?

No respondí, metí nuevamente mi verga en su boca y tomándola de la cabeza la atraje hacia mi pelvis, provocando que  mi miembro se deslizara aún más en su interior.

— Dije que…  Chuparas…

Marinette obedeció,  comenzando a subir y bajar su cabeza, chupando y lamiendo mi verga la cual le llenaba por completo la boca, el sucio sonido que ésta provocaba combinado con las deliciosas sensaciones que me recorrían mi sexo me estaba enloqueciendo.

— Ven, aún hay tiempo…  — Dije mientras sacaba mi miembro de su boca y tomando su mano la hice incorporarse frente a mi, la tomé de la cintura y la senté sobre mi pelvis mientras aferraba mis manos a su hermoso culo, Marinette sonrió levantándose un poco, bajó una de sus manos hacia mi miembro para guiarlo hacia la entrada de su coño.

LA VIE EN ROSE | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora