-¿ya me vas a poner atención?- se quejó richie dando vueltas en mi cama. era la séptima vez que me preguntaba lo mismo en todo lo que iba del día y le había jurado golpearlo con mi libro en la cabeza si no me dejaba concentrarme.
-ya te dije que me dejes leer tranquila, tozier.
-¡pero es que no me has hecho caso en toda la tarde y ya estoy aburrido!- siguió hablando. lo ignoré tratando de releer el mismo párrafo por quinta vez. los minutos pasaban y cada vez parecía adentrarme más el libro. a pesar de que al principio estaba siendo obligada a leerlo ahora le estaba tomando gusto. era un buen libro.
salí de mis pensamientos cuando sentí como richie se acurrucaba junto a mí y abrazaba mis piernas. negué con la cabeza y seguí con mi tarea. no tardó mucho en volver a molestarme, pero esta vez era más bien desconcentrarme pues me estaba pasando las manos por todo el cuerpo. sus manos tibias. decidí que ignorarlo seguiría siendo una buena idea. sus manos se detuvieron en mi cintura por unos segundos y cuando estuve a punto de hablar me sujetó con fuerza y me alzó hacia él haciendome quedar sobre su cuerpo. tenía fuerza para ser un debilucho. lo miré mal e intenté levantarme.-richie ya te dije qu- sus suaves y gorditos labios atraparon los míos. intenté alejarme pero sus piernas y abrazos estaban a mi alrededor y no tenía muchas opciones para escapar de su cercanía. además estabamos hablando de richie, no iba a durar mucho sin seguirle ese beso, la verdad.
me rendí al instante. una de sus manos fue a mi cuello para acercarme más a él. era como si ese libro nunca se hubiera cruzado en mi camino, como si no tuviera tareas por hacer; solamente era richard tozier, el chico de rulitos y gafas extrañas. no tardé demasiado en llevar mis manos a acariciar sus suaves mejillas repletas de adorables pecas. como le quería.
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gaze🅱os ; imaginas y preferences
Randommierditas cortas que salen de mi mente porque amo a mis bebitos bellos