-tenemos que irnos a casa, ya es tarde.- dije mirando a los chicos y beverly.
-ella quiere decir que debemos llegar antes de que papá deje de estar ebrio y quiera matarnos cuando note que no estamos en casa.
-ya lo saben richie, no era necesario.- bufé mirando como se encogía de hombros y acomodaba sus gafas.
-como sea, sube.
-nos vemos mañana.- me despedí subiendo en la parte trasera de la bici de richie y sujetandome de su cintura. él comenzó a pedalear y mientras ibamos a medio camino se detuvo de golpe haciendo que golpeara mi cabeza con la suya -¡idiota!- me quejé con el ceño fruncido mientras tocaba mi cabeza.
-¡lo siento, agh!- se quejó de la misma forma.
-¿por qué te detienes así?
-¿cómo?
-¡de la nada, imbecil!
-cierra la boca, ¿si? acabo de acordarme que no le entregué a eddie su inhalador. tengo que llevarle esta mierda antes de que comience de dramático y me culpen por su muerte. ¿me esperas aquí?- me preguntó ayudándome a bajar. rodé los ojos.
-no es que tenga otra opción, pero te apuras porque ya es tarde.- dije sentandome en la acera y cruzando mis brazos.
-claro jefa. no te vayas de aquí.
vi como subía de nuevo a la bici, pedaleando con rapidez de vuelta por donde veníamos. suspiré. maldito richie, donde papá note que nos escapamos nos va a matar a ambos. bueno, a él. richie nunca ha dejado de papá me ponga una mano encima, normalmente me defiende y es él quien se lleva la mayor parte de los maltratos. aún recuerdo una vez que richie salió a comprar algo y papá peleó con mamá; se desahogo conmigo y me dejó un morado en la mejilla. richie estaba tan furioso que golpeó a papá y después estuvo todo el tiempo conmigo, lamentándose y diciendo que si no hubiera salido eso no habría pasado. era un buen hermano a pesar de ser un bocazas. lo quería demasiado y trataba de que nunca le pasara nada. claro, en casa no podía evitarlo. papá siempre estaba ebrio. y no estaba diciendo que eso fuera algo normal, nadie debía acostumbrarse a los golpes. claro que me dolía ver como papá no se tocaba el corazón al lastimar a su propio hijo.
-miren quien está aquí, ¿qué haces tan sola a estas horas, bonita?- mi corazón casi se detuvo en el segundo en que escuché la voz de henry bowers detrás de mí. sabía que estaba junto a los idiotas de sus amigos y podía ver las sonrisas en sus caras. ugh.
mi cuerpo no reaccionó y simplemente pensé que ignorarlo sería la mejor opción para evitar problemas. dios, como si fuera el mejor momento para que apareciera.
en menos de un segundo sentí una mano en mi brazo y como si no pesara nada, henry me levantó con rapidez y me acorraló junto a patrick y belch en la pared.
-¿vas a ignorarnos?- me habló cínico con una sonrisa burlona en su maldita cara.
-dejame en paz.
-pero si no te estamos haciendo nada.- esta vez habló patrick.
-solo queremos ser tus amigos.- siguió henry levantando su mano y acariciando mi mejilla. me retorcí tratando de alejarlo de mí. me daba asco.
-vete a la mierda, bowers.- gruñí enojada pero con miedo. estaba cansada de él y sus abusos a mis mejores amigos.
-no me hables así, perra.- siseó jalando con fuerza mi cabello.
-yo hago lo que quiero, imbécil.- dije empujandolo por los hombros y logrando hacer que se aleje un poco. casi al instante volvió a empujarme contra la pared haciendo que me golpeara la cabeza por la fuerza. vi como sacó una navaja de su bolsillo y la acercó a mí con una mirada furiosa.
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gaze🅱os ; imaginas y preferences
Randommierditas cortas que salen de mi mente porque amo a mis bebitos bellos