Mas cerca de lo que se pensaba.

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Luego de una hora hablando con él llamamos a la policía, el hotel no tenía cámaras de seguridad ni ningún tipo de vigilancia, pero las cámaras de seguridad de la tienda de enfrente del hotel habían grabado, el problema es que no había nadie con la descripción que yo daba, de todas formas dijeron que debíamos sentirnos seguros, ya que cuando alguien que acosa es descubierto es muy difícil que vuelva, de todas formas vigilarían lo que quedaba de la noche. Decidí que pasaría la noche con Andrew, y no quería dormir sola, así que dormí a su lado, si lo sé, es casi como engañar a mi novio, pero no lo estaba haciendo, pase toda la noche despierta, con la cabeza en el pecho de Andrew, pude escuchar su corazón, era extraño, el estaba dormido y pareciera que acabara de hacer un maratón, su corazón iba a mil por hora, y su rostro era pacifico, como si solo soñara.


En la mañana abro los ojos y el incandescente sol me sega por completo, mientras me acostumbro a la luz excesiva puedo notar que me encuentro sola, y entro en pánico, ¿Dónde estaba Andrew? Sentía que alguien entraría por esa puerta y me secuestraria, así que me escondí debajo de la cama, y unos minutos más tarde veo a Andrew, salió del baño, empezó a ver la cama para ver si me veía, y pareció que creyó que yo estaba fuera de la habitación, en ese momento salgo de debajo de la cama.


-¡Espera! -le grite mientras salía de debajo de la cama.


-¡Oh! -exclamó mientras se acomodaba la toalla. -Creí que estabas en tu habitación.


-No, ya me iba, estaba buscando mi celular.


-Esta bien, solo sal un momento que voy a vestirme.


Salí de la habitación sudando, no sé si fue por el nerviosismo de aparentar estar sola o de verlo casi desnudo. Entre a mi habitación y comencé a ver mis mensajes, llamé a mi novio y le dije lo que sucedía, solo me decía que estuviera con Andrew, que nunca me separara de él, aunque yo no quería molestarlo, es decir, estaba muy asustada pero no iba a interrumpir su paz y su viaje por mí. Cuando deje de hablar con Marcus y me despido veo que a pocas cuadras del hotel hay una plaza o parque, yo no quería salir ni al vestíbulo, pero tampoco podía estar ahí encerrada, así que decidí salir. El aire era frio, había un tenue viento, apenas notable, los niños jugaban futbol y las aves cantaban con su sonido aturdidor pero hermoso, estaba un poco calmada, pero me sentía extraña, era una sensación de que debía moverme.


Y por un momento comienzo a ver hacia mi alrededor, buscando algo, no en especifico pero si algo que me dijera porque me siento así, y de la nada miro hacia un callejón oscuro y solo, entre la oscuridad puedo ver una silueta, la de un hombre, el que me estaba acosando, estaba vestido igual que siempre, y me estaba mirando. Pensé por un segundo en ir hasta allá y confrontarlo, pero el miedo combinado por el pánico y la áspera sensación que tenía no me daba el valor de hacerlo, me senté en las banquitas del parque pensando en que era lo que debía hacer, luego de algunos minutos me dirigí corriendo hasta la puerta del hotel, al llegar me percaté de que el hombre había entrado al callejón de nuevo. Mientras subía por el ascensor un pánico combinado con un miedo se apoderaron de mi, y me estaba costando respirar. Mientras llegaba al piso podía escuchar unos pasos, como si alguien corriera, y cuando el ascensor se abrió pude ver la puerta de Andrew cerrándose, rápidamente me dirigí hasta ella para poder entrar con él, empecé a tocar la puerta como loca. Luego de unos instantes abrió la puerta.


El estaba sudado, pálido, como asustado, pero luego se calmó, no quise preguntarle qué era lo que le pasaba, estaba vestido como si fuera a hacer ejercicio, decidí que lo acompañaría. Mientras estábamos en la plaza le planteé la idea a Andrew de que fuéramos a ese callejón para ver si el hombre aun estaba allí, el callejón estaba al lado del hotel por lo no que estaba muy lejos, al principio él se negaba a ir, pero más temprano que tarde dijo que sí. Cuando entramos a ese estrecho espacio entre dos paredes nos dimos cuenta de que ahí no podía haber nadie, el suelo estaba mojado, las paredes llenas de insectos muertos y olía a muerte, pero al final del callejón había una puerta, la abrimos y tenía una escalera. Tras varios minutos subiendo las escaleras con cuidado de no hacer mucho ruido, vimos otra puerta, esta era de color blanco y tenía una manija nueva, al abrirla mi corazón comenzó a latir a una velocidad inimaginable, sentí esa sensación de vacío en el estomago y casi me desmayo. Frente a mí, estaba el pasillo de mi piso, y a pocos metros esta la puerta de mi habitación, miré la puerta desde afuera y me percate de que era el trayecto que usaban para botar la basura. Casi de enseguida fui hasta la oficina del dueño del hotel, era obvio que uno de sus trabajadores era el sospechoso, esa puerta no tenia manija desde dentro del hotel, solo la entrada de una llave, por lo que era necesario ser del personal para abrirla, pero yo no tenía pruebas, además que la puerta reportaba fallos con la cerradura desde hace años, según ellos "Cualquiera pude abrirla, no es necesario una llave", aseveraron los empleados y el dueño.

¿Quien me acosa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora