En la primera le dije que era el cartero, casi de enseguida me dio un pedazo de lo parecía ser carne, ésta sabia pésimo, era de donde provenía el olor, pensé que era de algún animal muerto. Luego le dije que era mi maestro, nuevamente me siguió dando de esa carne asquerosa, podía escuchar como él también la masticaba, sea lo que sea, él también lo comía. Yo le daba nombres, pistas, personas, y el solo seguía dándome mas y mas carne, hasta el punto en el cual me dolía el estomago, aunque era alguien agradable, es decir, nunca me golpeo, solo me daba mas comida. Pasadas unas horas, él me quitó la venda, y pude ver de dónde venía la carne, ¡dentro de la bolsa estaba mi madre!, estaba de color amarillo purpurara y le faltaba un brazo, a su lado, estaba él, masticando uno de sus dedos, y al lado de mi silla estaban los huesos y algunos restos de carne que quedaban del brazo de mi madre.
-¡¿Qué… q… Que hiciste?! –le grite mientras comencé a llorar.
Nada, solo fui por un poco de entretenimiento... –no pudo terminar de hablar porque lo interrumpí.
¿Qué dijiste? ¿Entretenimiento?
Si maldición, al fin, ¿lo recuerdas? Piensa. –dijo mientras se acercaba nuevamente. –Se donde “vive” tu madre, fui a “entretenerme”. Piensa Jess piensa.
Lo tenía en la punta de la lengua, cuando se quito la capucha y el pasamontañas ¡era Andrew! Y en se momento entendí, cuando se refirió a entretenimiento era por la agenda que ocultaba en su laptop, la dirección de mi madre se la había dado hace unas semanas antes de encontrar el cuerpo de la niña en el hotel, cuando llegó a su casa en la noche el día que deje a Marcus fue porque me estaba siguiendo y al ver que iba a su casa se fue. La encriptación militar del móvil, su fuerza y entrenamiento, y esa pesadilla, de vedad paso, solo que me quede inconsciente y luego desperté… ¡era tan obvio! ¿Cómo coño no me di cuenta? ¡¿Cómo imagin3 que lo de su laptop no tendría nada que ver?!
-Ahora sabes, sabes quién soy. –dijo mientras reía a carcajadas.
-¿Pero por qué? –le pregunté aun llorando.
-Siempre me gustaste, desde siempre. ¡Pero siempre te la mantenías con esos que me molestaban! ¡Marcus era uno de ellos! –respondió al mismo tiempo que empezó a caminar en la habitación. –¿Alguna vez, te preguntaste como me sentí? ¡No! ¿Alguna vez me prestaste atención? ¡No!... Solo para pedir trabajos y cosas de la escuela, y aun si yo te tuve compasión.
-Ósea que me seguías desde antes de Suiza. –le dije.
-Claro que no, pero yo solo quería entrar contigo a ese taxi, pero tú ni me invitaste. Pensé que al ir contigo a Suiza podría conquistarte, pero no. –replicó mientras se sentó delante de mí. –Mira, nunca me diste una oportunidad, aun sabiendo que me gustabas, aun con el conocimiento de que yo era maltratado, siempre sentiste lastima por mí, pero más de eso nada.
-Y todas estas semanas, crees que no la he pasado mal por tu culpa.
-Si lo sé, pero yo quería tu atención, era la única forma, así estabas al tanto de mí, y a la vez pasabas tiempo conmigo en casa. –mencionó como si eso justificara sus actos.
Ese momento se levanta de la silla, se coloca detrás de mí y empieza a liberarme, “Aunque no lo dijiste, se que lo sabías” dijo mientras me levantaba. “Promesas son promesas”, en ese momento miré hacia la bolsa, tomé rápidamente el cuchillo que se encontraba al lado del cuerpo de mi madre y se lo encajé en el pecho. Por más musculoso y fornido que fuera logré traspasarle, la sangre salía de su pecho a borbotones, y Andrew se arrodilló en el suelo, me miraba llorando, y trataba de quitarse el cuchillo.
- Te… te dije que… esto… seria temporal. –dijo mientras terminaba de caer al suelo y sus ojos se cerraban.
Tenía miedo de moverme, pero a los pocos minutos de mirarlo salí corriendo de la casa, llegué a una gasolinera y llamé a emergencias. La policía llegó al lugar, pero había un problema, no estaba el cuerpo de Andrew, tampoco un rastro de él o su huida, ¿quieren saber lo peor? Según registros, Andrew nunca existió, sus redes sociales se habían borrado, sus cuentas bancarias también, todo indicio de él había desaparecido, aunque no pudieron culparme por el homicidio de mi madre lo hicieron por invadir propiedad privada, ya que esa casa tampoco pertenecía a Andrew.
En el ejército no había registros de su ingreso o vuelta a su país, pero sus amigos de la escuela y mis compañeros lo recuerdan, no es posible que todos tengamos la misma alucinación, 10/10 personas no son psicóticos esquizofrénicos. Solo había una explicación, Andrew era otra cosa, no era un humano, tampoco un fantasma, era algo ¿pero qué?
En estos momentos debes tener cuidado, cuidado del hombre encapuchado que puede verte desde tu ventana.
FIN
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¿Quien me acosa?
Mystery / ThrillerJess, una joven adulta buscando expandir sus horizontes y conocer personas, realiza un viaje a Suiza. Pero rápidamente este viaje se vuelve un infierno cuando se entera de que hay una persona acosándola, y que esta persona no se detendrá hasta tener...