¿Quien me acosa?

¿Andrew?

Entre sus ropas, su closet, el auto, no encontré nada, pero un día se descuido, y dejó y fue a trabajar dejando su laptop encendida. Lo primero que pude ver fue que su escritorio estaba vacío, pero en su carpeta de fotos había una carpeta con el nombre “Parque”. Dentro había fotografías de cuando fuimos al encuentro con mi acosador en el parque, la mayoría eran fotos mías, lo cual fue muy extraño,  ¿por qué no borró las fotos? Otra cosa que también había era la grabación de la primera noche que me quede en su casa, se podía ver como yo dormía, y así con varias grabaciones. Esto ya comenzaba a asustarme bastante, ¿acaso Andrew era mi acosador? Luego vi una carpeta que decía: “Horarios”. Al abrirla vi que tenía un calendario, habían días marcados, algunos decían cosas como: “terapia”, “tiempo con Jess”, “entretenimiento”. Al parecer las terapias eran para ir a una serie de consultas que tenia con una doctora llamada Luisa Ortega, y a la cual debía asistir de forma semanal. El tiempo conmigo significaba pedirme salir, habían cosas escritas que ya habíamos hecho, como ir al parque, ir a tomar café, y también habían cosas que él me propondría hacer, como viajar a una casa en el campo, o ir a un parque de atracciones. La parte de entretenimiento estaba vacía, pero tenía horas altas, es decir de la madrugada, imagine que era para salir con amigos a algún bar.

Aproveche el momento para así investigar sobre la doctora, al parecer era una psicóloga, que trataba a la gente con problemas serios de estrés pos trauma, y sé que los ex soldaos sufren de eso, y Andrew era uno.  Aun así no me quite de la cabeza la posibilidad de que él pudiera ser mi acosador, pero luego vi un archivo de texto, el cual no tenía nombre así que lo abrí. Al abrirlo casi se me parte el corazón, era una carta, una carta de amor para mi, ahora veo la razón del porque me ayuda tanto. El estaba enamorado de mí, allí recapacité un poco, él ya no podía ser mi acosador, cerré su laptop y la deje en su cama. No pensaba tener nada con él, como ya dije, no me gusta Andrew, pero si es verdad que me sentí mal por pensar tan mal de él. En la noche Andrew llegó de su trabajo, y me propuso viajar el fin de semana al campo, en una pequeña casa que él tenia, sin pesarlo mucho le dije que sí.

Era viernes, y comencé a sentirme rara, otra vez volví a sentir que me veían, estaba en la cafetería desayunando y simplemente no podía evitar voltear para ver si lograba divisar a alguien. Alzo la mirada por la venta y puedo ver Andrew del otro lado de la carretera, a los pocos momentos de que se percata de lo que estoy viendo decide entrar al establecimiento. Se acerca a mi mesa, saluda y se sienta.

-¿Pasa algo Andrew? –le pregunté mientras tomaba un sorbo de mi café.

-No, no pasa nada. –replicó. –Solo quería saber si de verdad quieres hacer este viaje conmigo a las montañas.

Claro que quiero. –respondí. – ¿Sera  que ya no quieres?

No, no es eso, es que te tengo una sorpresa y esta allá guardada.

-Bueno, cuando estemos allá la veremos.

Después de eso nos levantamos de la mesa y nos dirigimos hasta la caja para pagar y luego al auto para prepararnos e ir al viaje que sería al día siguiente. Imaginé que la sorpresa seria que se me declararía como novio, estaba emocionada y a la vez un poco nerviosa, si le decía que no él se pondría muy triste, y no estaba segura de decirle que sí. Por lo que debía pensar muy bien mi respuesta. Luego esa misma noche puedo ver a Andrew, estaba saliendo de la casa en su auto, vi la hora y recordé la fecha, hoy tocaba “entretenimiento”, no indagué a donde iba, solo me fui a dormir otra vez.

Me despierto en la mañana, son las cinco, me baño y desayuno, Andrew aun no ha llegado, por momentos pensé que se había pasado de borracho. Pero no, llegó a eso de las nueve de la mañana, estaba sudado, sucio y tenía algunos moretones. También estaba lleno de tierra, imagine que fue a casar con amigos.