Capítulo.03

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No hace falta recordar que tan agustiado fue el viaje, normal, fue la primera vez que voy en avión y para mejorar las cosas, no tenía nadie a mi lado a quién apretar de la mano cuándo me entrara el pánico.

El momento de pisar Corea del sur por primera vez fue una sensación que arrancó el miedo de cuajo, así que no me importó mucho.

Esperé en el aeropuerto hasta topar con un cartel que pronunciaba mi nombre, lo sostenía la persona que sería mi guía personal (pagado por la beca) y me acerqué poco a poco a esta, algo nerviosa por las palabras que fuera a decir. El chico que sostenía el cartel no era muy mayor pero tampoco muy joven y había que admitir que tenía su atractivo personal.

Me costó pronunciar la primera palabra, pues sólo el hecho de tenerlo en frente hacía que no parara de pensar en todos los retos que estoy cumpliendo para llegar a esto, además de que no sé lidiar con gente a la que considero atractiva, ya que pienso que no llego a su rango social cómo para hablarles.

Hubo un momento de puro silencio, dónde el sólo caminaba y yo le seguía, se veía que no era de muchas palabras y yo tampoco era la excepción, pero me entristecía el no tener nada interesante que hablar con él.

Cogimos un coche que él conducía, en el interior me apenaba que el fuera obligado a hacer todo esto, pues está todo pagado por el erasmus.

- No tienes por qué hacer esto -Dije con sinceridad, aunque no podía ver su rostro completo más que en el espejillo que hay en el frente del coche donde de permite ver parte de su frente, la cuál estaba ligeramente arrugada, cómo si estuviera encarnando una ceja- Es decir, me da la sensación de que en realidad no quieres hacer esto y en verdad no te obligo, tan sólo con que me dejes en el apartamento ya me apaño.

Su cara era inexpresiva, casi podría decirse que parece un robot y debido a ello mis manos estaban temblando un poco ya que su inexpresividad realmente me pone nerviosa de sí dije algo que no debía y me mordí la lengua en señal de arrepentimiento. Después de un rato silencioso dónde mis manos sudaban más que nada el silencio fue roto por su grave voz.

-Me conmueve señorita que piense en mi bienestar, pero no es como todo piensa- En ese momento fui yo quién enarcó las cejas- Yo elegí exclusivamente ser su guía personal, me hacía ilusión tratar con alguna extranjera y al ver tú perfil entre las hojas a elegir le elegí a usted.

Mis mejillas se tiñeron de un rosado casi impresenciable, pero me era muy inusual que me dijeran eso y los nervios que antes mostraban mis manos ahora subieron a mis mejillas, técnicamente debía estar preparada para hablar tranquilamente con coreanos, tal cómo hice con BTS cuándo hablé exclusivamente con ellos. Pero después de dos años sin venir me di cuenta de que aún me pongo nerviosa hablando con asiáticos en general.

-Puedes tutearme, no creo que sea tan mayor cómo para ser formal conmigo.

-Como quieras, señorita- cuándo pronunció esas palabras podría diferenciarse que estaba esbozando una sonrisa.

¿Por qué lo ? Porque sonó alegre y aliviado

El piso que vi cuando llegamos era realmente grande, blanco cómo la nieve, ventanas negras que parecían estar blindadas por fuera, pero no por dentro, sino sería más como una cárcel. Sentí como si mis ojos brillaran al ver el explendor que estaba presenciando y dónde viviría un buen tiempo.

El señor que me llevó me vio von una sonrisa ladina, de seguro porque podía ver el brillo de mis ojos acompañado de mi boca tan abierta que podría llegar al suelo si tenías mucha imaginación.

Le dije que no me haría falta por hoy más de su ayuda, pues el sitio más o menos ya lo conocía y que aprovecharía para ver mi piso con detenimiento, asentió y tras hacer una reverencia se despidió de mí y se fue en el coche viendo cómo este iba desapareciendo carretera abajo.

Memory [M.Y.G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora